En Spectrolite tendrás que asimilar muy bien los conceptos de salto si quieres avanzar hasta el próximo nivel
Los juegos en primera persona están cogiendo varias vertientes que se alejan del clásico fisrt person shooter. Ya hemos visto aventuras gráficas que usan este estilo, juegos de coches, walking simulator, y un largo etcétera, donde la premisa principal es la cámara “dentro” del protagonista. Con el tiempo, esta expansión ha generado un nuevo estilo de juego. Un estilo que podríamos catalogar como de plataformas de toda la vida, aunque esta nueva visión del mundo que nos rodea que cambia radicalmente el concepto mecánico. Y ya no sólo en lo jugable, sino en lo sensorial. Y prueba fehaciente de ello lo tenemos con Spectrolite, la nueva propuesta de Dolores Entertainment, Noel Hetei y Andor Valentiny.

Saca la escuadra y el cartabón
Si habéis jugado a juegos como Air Bounce, Clustertruck o los aclamados Mirror´s Edge, sabréis perfectamente por donde van los tiros en Spectrolite. En esta aventura abstracta, tendremos que avanzar por una serie de niveles de dificultad creciente donde hay un denominador común: los saltos. Da igual si son saltos con propulsores, saltos en paredes o en pequeñas plataformas. Tendremos que dominar perfectamente esta habilidad de nuestro protagonista para proseguir en la historia.
Eso sí, no esperéis una experiencia parecida a los jugos citados en el párrafo anterior. Como se suele decir, estamos ante un café para cafeteros. Al principio el juego levantará la mano en según que etapas, pero pronto nos daremos cuenta de que tenemos que hacer los saltos bien para que todo prosiga debidamente. Especialmente en aquellas etapas donde tenemos que completarlas antes de un tiempo específico. Todo un desafío para cualquier jugador.

Parkour cyberpunk
Aunque empezamos de manera “suave”, en los primeros compases de Spectrolite ya veremos que hay que precisar en los saltos. Una vez que cogemos impulso, es muy complicado cambiar la trayectoria en el aire. Esto nos obliga a tener que pensar nuestras acciones en tierra firme. O mientras estamos haciendo un wall-ride y no un segundo después cuando ya estamos en el aire. Una exigencia que se va asimilando mediante el prueba y error a través de sus checkpoints, pero que nunca te lo pone fácil.
Por suerte, como suele pasar con este tipo de propuestas con una dificultad elevada, una vez que interiorizas los controles, automatizas movimientos y ves la trayectoria casi sin pensarla, todo coge otro color. Es una pasada hacer los recorridos a la primera, cogiendo velocidad en los tramos pensados para ello, saltar a toda pastilla y con la inercia de ese primer salto coger de nuevo impulso para llegar aún más lejos al siguiente punto. Es complicado de explicar con palabras, pero muy gratificante a los mandos una vez que lo consigues.

Deslízate por rampas mientras contemplas un atardecer
Aunque la historia es una mera excusa que tiene Spectrolite para seguir avanzando, me gusta los cambios de escenarios que posee. Desde lugares completamente minimalistas, a una especie de urbe cyberpunk o emplazamientos que parecen una jungla de tuberías oxidadas. Todo siempre con estímulos visuales y sonoros muy bien implementados, y con ese halo de intriga que, sin saber muy bien por qué, te empuja a seguir jugando. No obstante, pese a esos buenos efectos audiovisuales, no hubiese estado de más acompañar al juego con una historia algo más… legible.
La dificultad que hemos mencionado puede ser un arma de doble filo en Spectrolite. Está muy bien superar zonas que de primeras parecen imposibles, pero si de verdad se nos atraganta una parte, ahí se acaba nuestra andadura por el juego. Hay momentos en la aventura que entramos por diferentes portales, y no hubiese sido mala idea que estuvieran todos abiertos a la vez para realizarlos en el orden que cada jugador considere. Mira que soy un usuario que defiende la esencia de los juegos lineales, pero en este caso que nos atañe, no hubiese sido mala idea tener más variedad de caminos y rutas alternativas.

Conclusión de Spectrolite
Dentro de los juegos en primera persona, hay un subgénero que está tomando relevancia en el panorama por méritos propios. Los saltos imposibles y alocados que encontramos en la nueva propuesta de Dolores Entertainment, Noel Hetei y Andor Valentiny es una vuelta a de tuerca a la dificultad dentro de estos juegos de plataformas en primera persona. Una dificultad que hasta hace poco no se buscaba de una manera tan evidente. Y esa perfección en nuestros movimientos es la que tendremos que asimilar en Spectrolite.
El juego es complejo, pero con la práctica iremos interiorizando sus mecánicas, hasta que llegará un momento donde haremos parkour casi sin darnos cuenta. Los wall-rides, impulsos con las esferas, inercias con nuestro propio salto y mil técnicas más serán el pan nuestro de cada día. Si te gusta este tipo de aventuras, con un aspecto abstracto que nos invita a visitar localizaciones surrealistas con toques futuristas, no dudes en hacerte con Spectrolite. Eso sí, pon a tono tus reflejos y habilidades con el mando, porque los vas a necesitar.