Metal Eden, el shooter espacial de Reikon Games publicado por Deep Silver, nos sumerge en un frenesí de disparos, identidad y cyberpunk cósmico

En los últimos años hemos visto cómo el género de los first person shooters retrofuturistas ha vuelto a florecer con fuerza. Títulos como Prodeus, Ion Fury o Dusk han recuperado la crudeza de los años 90, mientras que otros como Ghostrunner han apostado por la agilidad y el frenetismo.

Reikon Games, el estudio polaco detrás de Ruiner, un shooter en tercera persona con estética cyberpunk, regresa más grande y directo con Metal Eden. Éste se sitúa justo en medio de ese cruce de caminos: un juego trepidante, oscuro y contundente, que bebe directamente de la fuente de Doom 2016, pero que no se avergüenza de mirar también hacia Ghost Runner e incluso tomar influencias de Metroid Prime, con reminiscencias al anime filosófico de Ghost in the Shell y la estética decadente del cyberpunk clásico.

El resultado es un first person shooter con carácter propio, que aunque no revoluciona el género, sabe jugar bien sus cartas, apostando por un viaje donde la acción y la narrativa se entrelazan en un entorno tan hostil como fascinante.

Cuando la conciencia se convierte en un arma

En Metal Eden nos ponemos en la piel de ASKA, una androide militar cuya conciencia humana ha sido digitalizada. Su despertar ocurre en la estación espacial Moebius, donde la humanidad ha decidido almacenar sus mentes en fríos núcleos mecánicos para esquivar la extinción.

Pero el refugio se ha convertido en una trampa: la estación se ha corrompido, distorsionando recuerdos, máquinas y realidades. Detrás de esta catástrofe se encuentran los Ingenieros, creadores de Moebius y guardianes de un secreto que envuelve directamente a nuestra protagonista.

La narrativa no abre territorios desconocidos: hablamos de transferencia de conciencia, de memoria fragmentada, de corporaciones siniestras… y, sin embargo, Metal Eden lo aborda con una estética poderosa. Los personajes, aunque apenas esbozados, refuerzan la atmósfera, y el relato se despliega recordandonos sutilmente que hay mucho más bajo la superficie de lo que aparenta.

En sus aproximadamente 7 u 8 horas de campaña desentrañaremos el halo de misterios que envuelven su extraño universo librando una guerra cibernética contra las fuerzas mecánicas que protegen los secretos de este mundo artificial. Lastima que no haya demasiado incentivo para la rejugabilidad ni más modos de juego que la campaña, más allá de batir los records que se nos muestran al final de cada fase.

Moevius, Aska y Nexus

El gran atractivo radica en la construcción de la identidad de ASKA. Al más puro estilo Motoko Kusanagi (Ghost in the Shell), nuestra heroína no es solo un cuerpo de combate, sino una conciencia atrapada en un proceso de transferencia hacia la máquina. Ese conflicto entre lo humano y lo artificial se convierte en el núcleo de la trama, trasladándonos a un futuro donde la esperanza se diluye en los pasillos de Moebius, más tumba que hogar.

Seguro que muchos verán cierto parecido de Aska con Samus y con Motoko Kusanagi.

La narración se articula mediante una conciencia digital, Nexus, que susurra en nuestro interior, revelando fragmentos del pasado, secretos corporativos y dilemas morales. Este recurso, sencillo pero efectivo, nos acompaña en nuestras misiones, planteando una visión de como nuestra existencia fue encaminandose a la perdida de la “humanidad” en post del progreso.

Jugabilidad: acción brutal, parkour espacial y mecánicas de combate frenéticas

Donde Metal Eden verdaderamente brilla es en su forma de disparar y moverse. No inventa una nueva fórmula, pero toma ideas de Doom 2016 en su frenetismo y gumplay, Ghostrunner en su fusión con plataformas y movimientos verticales. Hay que sumarle acciones como esquivas, doble salto, gancho o correr por la pared. Todo esto, lo combina con la precisión suficiente para que lo que haces en pantalla se sienta fluido, exigente y justo y sobretodo, divertido.

El árbol de habilidades permite potenciar diversas ramas: mejoras de movilidad, daños, habilidades especiales y defensas. No es un sistema profundo, pero si efectivo, lo cual se agradece por el tipo de juego es, todo acorde al ritmo que se nos plantea. Podremos desarrollar habilidades tan peculiares y útiles como el tiempo bala.

También, se pueden mejorar las armas y armaduras, añadiendo ítems que mejoran estadísticas como daño, velocidad de disparo o resistencia. Para ello recogemos “polvo”, una suerte de monedas o puntos por el escenario. Incluso, por ejemplo, podremos añadir diferentes tipos de disparos en nuestra nuestra pistola, además del disparo estándar o retrasar el calentamiento de nuestro fúsil.

Podremos ejecutar un ataque cargado con nuestra pistola para romper la coraza de algunos enemigos.

Eso si, hay momentos de desafío real: enemigos normales y blindados (hay una buena variedad de ellos), oleadas que presionan sin descanso, drones y jefes, no tan inspirados en este caso, que exigen entender ciertos patrones de combate. En ocasiones, esa dificultad se muestra irregular: algunos enfrentamientos parecen calibrados para veteranos, otros más permisivos y a veces sentimos una dificultad algo artificial. Estás situaciones pueden frustar a usuarios que busquen una acción más asequible.

El núcleo de la acción

En toda esta salsa de piruetas y balas, hay espacio para algo más. Extraer el núcleo de energía de nuestros enemigos se antoja como una técnica fundamental para sobrevivir y que al mismo tiempo los matar al instante.

Extraer el núcleo de energía de nuestros enemigos es una mecánica divertida y fundamental para nuestra supervivencia

Podremos utilizar el núcleo para lanzarlo como arma explosiva a otros enemigos, o absorberlo para cargar un super puñetazo con el romper el escudo de nuestros enemigos, o conseguir mejoras pasivas como salud o armadura. A medida que mejoremos nuestros atributos de combate podremos darles mejores usos.

Adaptarse a un entorno hostil

Como hemos mencionado, Metal Eden ofrece una jugabilidad variada, y esto se manifiesta, una vez más, en la posibilidad de cambiar y adaptar nuestro cuerpo a diferentes movilidades y superficies. Tendréis que ir descubriendo sus posibilidades, pero, podremos convertirnos en una “bola móvil“, cual Samus Aran, para transitar por superficies abiertas. Tendremos la posibilidad de alternar nuestras dos formas físicas en estos escenarios, para combinar distintas acciones

Incluso, estos cambios físicos entrañaran nuevos ataques y armas. No es una opción que se desarrolle con gran profundidad, pero buscar dotar de cierto dinamismo la experiencia. Sin embargo, me parece la vertiente menos inspirada de la experiencia.

Metal Eden incluso se atreve a emular de forma elegante a Samus en Metroid Prime y sistema “bola”.

Estos mecanismos entroncan con la exploración, más limitada en algunas zonas, y con mapas más abiertos en otras, pero sin grandes alardes. Igualmente, estás zonas algo más amplias influyen en el ritmo y tampoco ofrecen demasiado incentivo a la acción.

Los niveles, y el mapeado, con una ambientación muy lograda que contribuye a la inmersión, gozan de un diseño divertido y funcional para poner en práctica nuestras habilidades. Son lineales en general y cuentan con zonas de plataformeo, con una verticalidad que buscará poner a prueba nuestros impulsores, el gancho y un parkour más fluido que enThe office.

Apartado técnico: Personalidad espacial

Metal Eden está desarrollado con Unreal Engine 5, presumiendo de un acabado visual más que decente. Reikon Games no asusta con gráficos de “AAA” puro, pero sí entrega escenarios muy bien ambientados: arquitectura espacial futurista, luces de neón que se reflejan en superficies metálicas, pasillos desolados y brillantes, contrastes de luz, zonas industriales oxidadas… todo bajo una estética adulta, sin concesiones.

En Metal Eden tenemos varios tipos de armas que podremos mejorar

Esta ambientación contribuye enormemente a la sensación de aislamiento y peligro. Moebius se siente vivo y moribundo al mismo tiempo. Todo se mueve con fluidez, pero en alguna acción podemos observar alguna pequeña ralentización, defectos que están siendo subsanados con lo que la experiencia es cada vez más fluida y satisfactoria. También, se han solucionado alguno de los bugs que aparecían en las primeras versiones del juego.

El movimiento de la protagonista Aska a los mandos se siente fluido, fundamental en un juego de este corte, los desplazamientos, parkour e interacciones tienen buen pulso. Los modelos de armas y enemigos, aunque no disponen de un nivel ultra fotorealista, muestran detalles suficientes, como el calentamiento del cañón de nuestra arma, todo con mejoras visibles en texturas y efectos de fluidos sanguinolentos que refuerzan lo visceral.

Habrá enemigos con corazas o determinados patrones de ataque.

En su vertiente sonora, Metal Eden cumple con notable. Musica y efectos sonoros se implementan perfectamente con la acción y acompañan contribuyen a surmergirnos en su ambientación. Estamos ante un título en inglés con la posibilidad de textos en español. Para algunos usuarios, resultará molesto combatir y leer al mismo tiempo, perdiendo el timing de la acción o quedándose sin leer comentarios de Nexus.

Conclusión

Metal Eden no es un juego que pretenda reinventar el género, ni falta que le hace. Lo que propone es un shooter de ritmo endiablado, oscuro y con carácter, capaz de atraparnos en su acción y universo narrativo. Sus referentes e inspiraciónes están claras, pero Reikon Games consigue mezclarlos con suficiente personalidad como para ofrecernos una experiencia que se siente propia.

Sí, hay picos de dificultad irregulares, algunos errores puntuales y un desarrollo que no siempre exprime todas sus ideas, pero lo que se mantiene constante es la diversión inmediata, el frenetismo bien ejecutado y una atmósfera madura y absorbente. Aska y Nexus nos invitan a recorrer un escenario, donde cada combate es un recordatorio de lo frágil que resulta la humanidad cuando se encierra en máquinas.

La ambientación y dirección artística de Metal Eden destilan personalidad

Metal Eden

39.99 euros
8.5

Valoración

8.5/10

Pros

  • Acción trepidante y fluida, con disparos, parkour y combate bien medido, a precio reducido
  • Aska y Nexus aportan una narrativa y trasfondo interesante
  • Apartado sonoro notable, música y efectos bien integrados en la acción.
  • La ambientación y su dirección artística son geniales
  • Las armas y habilidades con su progresión resultan muy satisfactorias

Cons

  • Dificultad irregular, con picos que pueden frustrar a jugadores menos curtidos.
  • Exploración algo limitada y poco incentivo a la rejugabilidad
  • Ausencia de doblaje al castellano, que puede entorpecer en la acción al depender solo de subtítulos para algunos usuarios
  • Alguna caída puntual de framerate que va siendo subsanada
  • Se agradece su afan por la variedad jugable, pero las partes más abiertas con el uso de bola son poco inspiradas

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