Ha llegado a Xbox Wander Stars, un RPG por turnos en el que la palabra es tu mejor arma junto con los nakamas que hacemos por el camino.
Wander Stars entra por su apartado estético. Fácilmente podría ser un Shounen con los que crecimos consumiendo capítulo tras capítulo en la televisión autonómica de turno. El viaje del héroe con un destino fijo y un camino plagado de aventuras que realmente es el meollo de toda la historia.
Enemigos que se hacen amigos y amigos que se hacen enemigos
No sólo es el diseño estético elegido, es la temática, los personajes secundarios, el cómo se muestra el interior y pasado de cada uno y los giros (in)esperados de guión. Todo manda un mensaje a lo más primario del cerebro para decirte: “siéntate, merienda y disfruta.”
Ringo, la adolescente protagonista, sueña con ser campeona cósmica de KIAI, un arte marcial que utiliza las palabras para crear golpes. En su camino se estrella (literal, con su nave) Wolfe, un furro canalla que va buscando trozos del legendario mapa de Wanderstar por el universo. Da la casualidad o el destino que Ringo posee uno. A regañadientes unen fuerzas para explorar el espacio y encontrar los trozos del mapa mientras huyen de los piratas que les pisan los talones.

Está muy resumido, pero Wander Stars tiene mucho guión. Hay una parte bastante importante de visual novel y nos toca leer bastante. En principio no es un problema, pero el juego está completamente en inglés, y cuando entre combate y combate te paran unos cuantos minutos para aportar un ínfimo granito de arena de información en un diálogo exageradamente largo (estilo manga), resulta inconveniente. Y en el momento en el que te enteras que Paper Castle Games es un estudio fundado en Venezuela… pues hay que maldecir un poco el capitalismo, ¿no? Porque es de entender que en inglés se expande el mercado, pero siendo hispanohablantes, un parchecito no sería una locura. Con todo y con eso la historia avanza a buen ritmo de serie manga capítulo a capítulo.
No tiene el turno de palabra.
La lucha, como buen rpg es por turnos, pero estos no están adscritos a un número de acciones. En el Kiai se lucha con las palabras y tu turno termina cuando no te quedan huecos para poner más términos. Se pueden combinar como se quiera poniendo una palabra de acción (Puñetazo, patada…) y luego añadiendo adjetivos de elementales o incrementales para añadir daño al sustantivo base. Las combinaciones no son infinitas pero te acabas juntando con un buen diccionario que implica un valor estratégico importante.

Cada enfrentamiento tiene su tempo y cada palabra tiene su cooldown así que hay que pensarse bien qué vocablo utilizar y cuantos turnos nos va a costar recuperarlo. También hay que controlar las debilidades enemigas a tratar de no noquearlos, sólo debilitarlos. Como buen protagonista, Ringo tiene la posibilidad de convertir un enemigo en amigo apelando a su bondad. Si conseguimos dejarles en un rango de vida específico podremos parar la lucha pacíficamente y a parte de dar más experiencia, los enemigos nos darán más palabras y Pep ups, mejoras episódicas que realmente marcarán la diferencia en nuestra build.
Hay que pensar lo que se dice y cuando se dice.
Hay más profundidad estratégica de la que pueda parecer en su momento. He mencionado el cooldown de las palabras que utilizamos. Pues es que no se queda en la lucha. Estos turnos de enfriamiento permanecen mientras nos movemos por el escenario, una suerte de tablero en el que cada casilla tiene, además de luchas, pequeñas historias secundarias, trampas o cofres. Desde este punto también podemos modificar las palabras a utilizar y los Pep ups modificando constantemente nuestra build para seguir afrontando combates. Hay que gestionar bien los huecos que tenemos y las palabras que utilizamos para ganar cada batalla.

La división de capítulo, más allá de aportar en la historia un toque de anime también influye en lo jugable añadiendo progresión permanente que afecta a toda la historia y temporal dentro de capítulo que desaparece al finalizarlo. Los citados Pep Ups, las palabras y más mejoras que nos encontramos dentro del episodio se esfuman y sólo nos queda nuestro honor, los puntos de experiencia que podemos canjear en los stats y términos permanentes. Algo muy roguelite al igual que la disposición de los mapas y los enemigos aleatorios que añaden interés a la hora de repetirlos para conseguir la máxima puntuación.
Conclusiones
Wander Stars podría ser un buen Shounen más. Un anime con todas la tramas típicas, los recuerdos del pasado de sus protagonistas, los enfrentamientos épicos y los capítulos de relleno. Si, tiene mucha turra pero como los rollos que nos hemos podido tragar en Naruto, Dragon Ball o One Piece. Aquí el problema es que está enteramente en inglés y cuesta más digerirlo.

El aspecto jugable a priori simple se desarrolla hasta alcanzar una profundidad notable en la estrategia dentro y fuera del combate. Se hace indispensable la constante navegación por menús para variar las builds de palabras.
Su diseño, pese a decisiones estéticas de menús (para gustos los colores) apela al niño que llevamos dentro llamándonos la atención para entrar y su juego es lo suficientemente atractivo para seguir con el siguiente capítulo.
