Volvemos a The Outer Worlds como un osado —y probablemente atractivo— agente del Consejo de Administración, en la nueva odisea espacial de Obsidian junto a Xbox Game Studios.
Historia y Trama
Entre estrellas, traiciones y promesas de progreso, el regreso más mordaz del espacio firmado por Obsidian y Xbox Studios
Han pasado años desde que me vicie intensamente explorando los confines más excéntricos del espacio corporativo en The Outer Worlds, y la galaxia no ha aprendido nada. Como suele ocurrir, el ser humano tropieza una y otra vez con las mismas piedras corporativas y burocraticas. En esta secuela, nos ponemos en la piel de un osado y apuesto agente del Consejo de Administración de la Tierra, enviado a investigar el origen de unas misteriosas disonancias cósmicas que amenazan con devorar la civilización tal y como la conocemos.
Nuestro viaje nos lleva hasta Arcadia, una colonia aparentemente próspera, pero en realidad corroída por los mismos males que devoraron a Halcyon: el abuso de poder, la manipulación corporativa y la eterna búsqueda de beneficio bajo la bandera del progreso. Y ojo, la revitalización mental, una nueva técnica de robotización mental que ya querría para si el Hipnosapo. Arcadia no solo es un nuevo escenario, es un reflejo distorsionado de la humanidad: brillante en la superficie, pero podrida en sus cimientos.
Aceleradores supralumínicos y fisuras espaciales
En el corazón de este conflicto se encuentra la tecnología de aceleradores supralumínicos, un avance capaz de alterar los viajes espaciales y, quizás, el propio tejido del tiempo. Sin embargo, su control ha despertado una pugna entre facciones rivales, científicos visionarios y fanáticos del Consejo, cada uno convencido de ser el salvador de la galaxia. Y tú, como buen agente, tendrás que decidir en qué mentiras creer o a quién traicionar primero.
Como buen RPG de Obsidian Entertainment, nada es lo que parece. Cada conversación puede alterar el curso de una alianza, cada disparo tiene su eco moral, y cada decisión acaba cobrándose su precio. El humor negro y la sátira corporativa siguen presentes, recordándonos que en el futuro, el capitalismo sigue siendo un monstruo insaciable donde la vida vale poco mas que una ratrucha.
Tu tripulación, formada por nuevos rostros con demasiados secretos y viejas heridas, se convierte en tu único refugio ante el caos. Juntos, deberéis navegar entre ruinas espaciales, verdades incómodas y promesas de redención en un universo donde incluso las estrellas parecen estar en venta. En The Outer Worlds 2, el espacio vuelve a ser ese espejo sarcástico donde el ser humano se enfrenta a sí mismo y lo hace con una sonrisa de medio lado, entre gangas especiales.
Un viaje entre corporaciones, sátira y humanidad perdida
Una vez iniciamos nuestro viaje, The Outer Worlds 2 comienza a desplegar su entramado de conspiraciones, ciencia y sarcasmo industrial y económico. Los primeros compases de nuestra misión en Punta Horizonte nos sitúan en medio de un conflicto que ha ido fermentando durante años: la guerra fría corporativa entre Ganga Especial y Tita Cleo, dos gigantes corporativos cuyas ambiciones científicas, económicas y políticas amenazan con rasgar el tejido mismo del espacio-tiempo. Y por otro lado, el Protectorado o como ejercer una dictadura de forma disciplinada y corporativa, con tientes de secta obsesiva y burocrática.
El objetivo inicial, investigar los aceleradores supralumínicos y la misteriosa fisura espacial, pronto se convierte en una carrera por la supervivencia moral. El resultado de esa pugna da forma a Tita Ganga, una corporación voraz que parece salida de una pesadilla burocrática animada.
De hecho, la comparación con la fábrica de robots de Mamá en Futurama no es gratuita: ambas comparten esa mezcla de humor negro, cinismo corporativo y máquinas con más alma que sus creadores. Está, en su versión más consumistas se enfrentará al Protectorado en los años venideros, creando una sangría espacial sin parangón y con ofertas económicamente desternillantes.
Decisiones y secundarios de lujo
A lo largo del viaje iremos conociendo un elenco de personajes fascinantes, cada uno con un diseño artístico y psicológico digno de mención. Obsidian ha vuelto a demostrar que la verdadera fuerza de su universo no está en las armas, sino en las palabras.
Cada conversación es una pequeña joya narrativa, llena de sarcasmo, inteligencia y decisiones que pesan. Hablar con un ingeniero cansado, un androide rebelde o un burócrata iluminado puede abrirnos caminos insospechados… o cerrarlos de golpe.
Las decisiones que tomamos tienen un impacto real. Favorecer a una facción puede provocar la desconfianza de otra, y nuestras acciones acaban moldeando no solo la historia principal, sino la percepción que el mundo tiene de nosotros. El sistema de karma y reputación con las distintas facciones vuelve más vivo que nunca, y en ocasiones actúa como un espejo que refleja las consecuencias de nuestras palabras.
Todo ello está empapado en el característico tono de sátira cósmica de Obsidian, ese equilibrio entre lo absurdo y lo brillante que convierte cada diálogo en un placer. Hay humor, sí, pero también una crítica mordaz hacia el capitalismo desmedido y el control corporativo sobre la existencia humana. En este aspecto, The Outer Worlds 2 se siente tan actual como siempre, y tan ácido como solo Obsidian sabe hacerlo.
Aspectos tecnicos: Luz, color y sarcasmo interestelar
Un universo más vivo, más bello… y todavía deliciosamente imperfecto
Obsidian ha dado un salto cualitativo con The Outer Worlds 2. Sin ser un portento técnico al nivel de los grandes colosos del género, el juego se maneja con soltura y muestra una clara mejora respecto a su predecesor.
El diseño artístico vuelve a ser su gran arma: planetas de cielos imposibles, estaciones industriales que parecen respirar óxido y neón, y paisajes que dejan auténticas postales de ciencia ficción dignas de enmarcar. Hay momentos en los que uno se detiene simplemente a observar, y eso ya dice mucho.
Las animaciones también han recibido una buena dosis de mimo. Los rostros presentan más detalle y expresividad, y aunque las animaciones faciales todavía conservan cierta rigidez propia de la casa, el salto es evidente.
Nuestros movimientos son más fluidos, la cámara responde con precisión y, sobre todo, se percibe más vida en pantalla: más personajes, más criaturas, más acción simultánea y todo funcionando con una gran estabilidad técnica. Sin olvidar que podremos alternar entre la primera y la tercera persona, eso sí, siendo la primera más óptima para afrontar la experiencia.
Durante las decenas de horas que dura la aventura apenas he notado alguna leve caída de framerate, o el clásico bug anecdótico como un cadáver enemigo congelado en pose cómica o algún objeto rebelde orbitando sin razón aparente. Son anécdotas mínimas dentro de un conjunto muy pulido.
El diseño de niveles también ha crecido. Sin apostar todavía por un mundo abierto al uso, The Outer Worlds 2 amplía sus zonas de exploración tipo sandbox, más interconectadas y con mayor sentido de progresión.
Hay más verticalidad, más caminos alternativos y una mejor integración de los escenarios con las misiones. Sin embargo, aún queda cierto margen de mejora en la interacción con el entorno, que podría aprovecharse más a nivel técnico y jugable para redondear la experiencia.
Radio Arcadia Libre: temazos, disparos y existencialismo
Donde el título alcanza su cénit es en el apartado sonoro. La ambientación auditiva es simplemente soberbia: desde los temas ambientales que acompañan nuestros viajes hasta la banda sonora orquestal que enfatiza la épica o la melancolía del espacio.
Además, contamos con una radio integrada con diversas emisoras que rescatan temas clásicos, aportando ese toque retrofuturista tan característico de la saga, muy en la línea de Fallout, pero con la ironía de Obsidian.
El doblaje en inglés brilla con interpretaciones de gran nivel, reforzando la personalidad de cada personaje, mientras que los subtítulos en castellano cumplen con buena localización y tono. Hay multitud de diálogos, grabaciones y cintas de audio, todos cuidados hasta el detalle. Los efectos sonoros también rayan a gran nivel: los rugidos metálicos de las naves, el zumbido de las armas de energía, o el gruñido gutural de las bestias alienígenas contribuyen a una sensación muy buena de inmersión.
En conjunto, The Outer Worlds 2 demuestra que Obsidian no busca deslumbrar con músculo gráfico, sino con alma artística. Su universo es más grande, más dinámico y más coherente, y aunque aún conserva algunos bordes rugosos, lo compensa con una atmósfera visual y sonora tan viva como su ironía.
Jugabilidad: decisiones, balas y toxicidad espacial
El arte de la supervivencia
Obsidian ha refinado la fórmula de The Outer Worlds hasta convertirla en un RPG de ciencia ficción más dinámico, más equilibrado y, sobre todo, más divertido. El gunplay ha mejorado notablemente respecto a su primera entrega: las armas transmiten más peso, el retroceso es más creíble y los enfrentamientos se sienten más tácticos, con una mejor respuesta del apuntado y un ritmo más ágil. Ya no se trata solo de vaciar cargadores, que también, pero hay que calcular el entorno, usar coberturas (que se pueden romper) y aprovechar las habilidades que hemos desarrollado.
No llega al nivel de los mejores shooter, sino mas en el tono de otras propuestas como Fallout 4, de la que toma prestado para este apartado un sistema de tiempo bala que nos recuerda al VATS, bastante bien ejecutado y eficiente.
El gameplay en general también ha ganado en fluidez. La exploración es más natural, menos encorsetada, con escenarios que invitan a recorrer cada recoveco sin la sensación de repetición del primer juego. Y ¡Ojo! que hay muchos secretos para buscar y desbloquear con diversas habilidades a elegir.
El movimiento del personaje resulta más orgánico y rápido, algo que se agradece cuando saltamos entre los pasillos metálicos de una nave y los desiertos alienígenas de Arcadia. Incluso el sigilo se ha reforzado y es mas satisfactorio, y mas si alineamos nuestras perks en post de ello. Todo está pensado para que el jugador sienta que cada paso, cada decisión y cada disparo es mas natural, mas dinámico y divertido.
El Roleo
En el terreno del rol, el título brilla con un sistema de progresión de atributos y habilidades muy versátil. Podemos potenciar fuerza, inteligencia, encanto o técnica, y desbloquear ventajas que transforman tanto la forma de combatir como las interacciones sociales. Además, Obsidian recupera uno de sus sellos más ingeniosos: los defectos, penalizaciones que el jugador puede aceptar a cambio de obtener puntos extra de habilidad. Así, podremos convertirnos en un héroe brillante o en un desastre carismático con pánico a los espacios cerrados.
La gracia está en que cada combinación es única, y realmente afecta a los diálogos y a la forma de jugar. Esta progresión es aplicable a nuestros acompañantes y su equipo. Podemos desarrollar en ellos diversas habilidades de combate a elegir, así como mejoras de equipo. Dentro de este contexto, sus misiones secundarias, nos servirán para relacionarnos mejor con ellos y potenciar esas habilidades.
Las decisiones tienen impacto real. No solo modifican el curso de la historia, sino también la jugabilidad: aliados que se vuelven enemigos, misiones que desaparecen o rutas que cambian por completo dependiendo de nuestras acciones. Este tejido de causas y consecuencias da una sensación constante de rejugabilidad y libertad, algo que Obsidian maneja con maestría desde los tiempos de Fallout: New Vegas.
Personalización y otros aspectos jugables para sobrevivir en Arcadia
Por supuesto, el crafteo y la personalización no podían faltar. Podemos modificar nuestras armas añadiendo mirillas, silenciadores o módulos de daño elemental, y también mejorar o reparar tanto nuestro equipamiento como la armadura y el casco.
Hay armas únicas con habilidades especiales, que se convierten en pequeños tesoros jugables para los más curiosos. Todo esto mantiene un equilibrio perfecto entre profundidad y accesibilidad.
Un detalle curioso, y brillante, es su sistema de curación. Las medicinas y estimulantes ahora pueden aumentar nuestra toxicidad corporal si abusamos de ellas, añadiendo una capa estratégica a los combates. Curarse demasiado rápido puede tener un coste, y esa tensión entre supervivencia y riesgo encaja perfectamente en el tono moralmente ambiguo del universo Outer Worlds.
Esta cura la haremos a través de inhaladores, con los cuales podremos jugar, eligiendo diferentes cargas con las que además de lo mencionado en cuanto a la toxicidad, tienen diversos efectos, positivos y negativos. La comida y bebida que encontremos tambien nos dara salud, pero en menor efecto.
En conjunto, The Outer Worlds 2 ofrece una experiencia jugable mucho más cohesionada y pulida, que combina rol profundo, acción sólida y exploración significativa, pero con limitaciones. Sin llegar a reinventar el género, lo afina con precisión en relación a su anterior entrega, demostrando que Obsidian sigue siendo una de las pocas compañías capaces de hacer que cada bala y cada palabra cuenten.
Conclusión
The Outer Worlds 2 confirma que Obsidian sigue siendo una maestra en el arte de combinar la ciencia ficción más ácida con la narrativa de peso. Sin reinventar el género, la secuela logra elevar todo lo que ya funcionaba en el original: un universo vivo, un guion inteligente, decisiones con impacto real y un estilo que oscila entre la ironía y la desesperanza. Su mejora técnica, sin alcanzar el virtuosismo de los grandes RPG espaciales, aporta solidez y una dirección artística que roza lo hipnótico, con paisajes que parecen postales de una civilización al borde del colapso.
Hay más fluidez, más humor y aspereza moral. Obsidian ha sabido construir una secuela coherente, con un gameplay mas pulido y una ambientación que atrapa desde el primer salto al hiperespacio. Quizá aún queden flecos por mejorar como alguna animación tosca, un bug ocasional, o el deseo de un mundo más interactivo, pero lo que ofrece es puro ADN Obsidian: ingenio, crítica social y personajes que se quedan contigo mucho después de apagar la consola.
En definitiva, The Outer Worlds 2 no solo nos invita a explorar nuevas galaxias, sino también a mirarnos en el espejo distorsionado de un futuro gobernado por corporaciones sin alma. Y en ese reflejo, entre la sátira y el caos, encontramos una obra que, una vez más, hace que perderse entre las estrellas merezca la pena.
The Outer Worlds 2
69.99 eurosPros
- Narrativa más ambiciosa y profunda, con el tono y humor sátiro marca de Obsidian
- Personajes carismáticos y bien escritos, con diálogos inteligentes y cargados del humor ácido
- Decisiones con peso real en la historia y las relaciones con las facciones, reflejadas de forma tangible en la trama.
- Mejoras notables en la jugabilidad, con un gunplay más pulido, fluido y satisfactorio que en la primera entrega.
- Diseño artístico y dirección de arte espectacular, con paisajes de calado, con un apartado sonoro excelente
Cons
- Aún no es un portento técnico: pese a su mejora visual, sigue lejos de los grandes referentes del género en lo puramente gráfico.
- El diseño de niveles, aunque más amplio, no llega al nivel de interactividad de otros sandbox del género.
- Pequeños bugs y alguna leves caída de framerate en momentos muy puntuales.
- Aunque expresivas, Algunas animaciones faciales siguen algo rígidas, mayormente en personajes secundarios.

