Un viaje entre líneas temporales

Hay sagas que viven entre generaciones. Para muchos, Digimon no es solo una franquicia, sino un recuerdo: tardes frente al televisor viendo a Agumon y compañía salvar el Mundo Digital mientras uno soñaba con tener su propio Digivice. Esa nostalgia pesa —y Bandai Namco lo sabe—; puesto que recientemente estamos recibiendo una nueva entrega de la saga Story, así como una nueva serie de animación que pretenden encandilar de nuevo a los fans de la franquicia. Esa nueva entrega no es otra que Digimon Story: Time Stranger, la cual no se conforma solamente con mirar atrás. Quiere ser un paso adelante dentro de la saga Story, una nueva línea temporal donde pasado, presente y futuro se entrelazan en un JRPG que respira cariño por su universo… aunque no siempre mantenga el ritmo que promete.

Este no es un simple “más de lo mismo”. Es un JRPG que se macera a fuego lento, que abraza su herencia pero busca abrir su propio portal. No siempre lo consigue, pero cuando lo hace, recuerda por qué seguimos aquí, dos décadas después, esperando escuchar un “Digivolve!” que todavía nos emocione.

Una historia entre tiempos rotos

El hilo narrativo de Time Stranger entrelaza una buena cantidad de misterios por desentrañar, el cual arranca con una anomalía temporal que amenaza con fragmentar el Mundo Digital. Este nos llevará a distintas localizaciones como el Mundo Digital, Playa Abismo, Cosmos Ardiente, Chill Cosmic y Coliseo Paraíso, cuyos entornos están ambientados en ciudades de Tokio como Shinjuku, Akihabara, entre otras zonas icónicas. En él, encarnaremos a un joven agente de la organización ADAMAS —un cuerpo de investigación temporal— para rastrear y estabilizar los bucles que distorsionan la realidad.

Aunque la premisa suene a ciencia ficción pura, el guion se reserva espacio para lo emocional: los recuerdos alterados, las amistades perdidas, así como algunas decisiones clave que cambiarán el curso de los acontecimientos mientras conocemos personajes muy interesantes. La trama en sí se presenta con un ritmo trepidante, aunque al poco rato cae llegando a hacerse un tanto cuesta arriba. No obstante, esta alcanza su zenit en un punto clave de la historia y ahí es cuando realmente se torna tan atractiva que no podremos despegarnos de la pantalla hasta que veamos los créditos.

Lo interesante está en cómo el juego integra la idea del tiempo en su estructura. Hay misiones donde los efectos de una elección se sienten capítulos después; conversaciones que cambian en función de tu afinidad con ciertos Digimon; e incluso pequeños detalles en el entorno que se transforman al reparar una fractura temporal.

Time Stranger no es una historia coral, pero sí una historia viva, donde las consecuencias importan y el pasado siempre está acechando. Además, resulta un entrañable homenaje a las temporadas más clásicas de la serie de televisión, puesto que encontramos algún que otro momento que tocará la fibra de todas aquellas personas que se consideren aficionadas a ella.

No es la historia más original del género, pero sí está contada con ese tono melancólico que siempre distinguió a Digimon Story. Hay conversaciones íntimas, pequeños giros, y momentos donde la nostalgia y la pérdida se sienten más adultas que nunca. A veces se alarga más de lo necesario, sí, pero nunca pierde su humanidad.

Dónde el tiempo se detiene… y el combate brilla

La verdadera evolución de Time Stranger está en su jugabilidad. Esta mantiene la base de los JRPG con estructura táctica tradicional, así como la fórmula que ha ido siguiendo la saga hasta ahora. Sin embargo, esta nueva entrega introduce un ritmo más táctico y dinámico.

El sistema de combate sigue siendo por turnos, pero más ágil y pulido que nunca. Esto es gracias a que los enemigos ya no aparecen de la nada, sino que se mueven por el mapa, lo que te permite decidir cuándo luchar o esquivar. El equilibrio entre exploración y lucha está más ajustado, y los jefes presentan patrones que exigen adaptarse, y no “ir en automático”. Los turnos son más dinámicos y su planteamiento se basa en tres Digimon activos por equipo, con posibilidad de alternar con tres de reserva. Todo este conjunto confecciona una orquesta muy bien conjuntada que presenta una jugabilidad muy bien llevada, la cual comporta que las horas pasen volando.

Por otra parte, la interfaz es más limpia y muestra de un vistazo el orden de los turnos, las ventajas elementales y el estado de cada criatura. Pero lo que realmente marca la diferencia es la Gestión de Sincronía Temporal: un nuevo medidor que, al llenarse, permite ejecutar ataques combinados o alterar el orden de turnos, desatando combos bastante espectaculares. Esta mecánica obliga a pensar más allá del daño inmediato, ya que nos hace falta saber cuándo gastar o conservar sincronía. Esta faceta añade una capa de estrategia que transforma cada enfrentamiento en una danza planificada.

Evolución, crianza y estrategia

Una vez dominado el sistema de combate, llega el momento de comprobar cuánto tiene que ofrecer el título más allá de su campaña principal.

El sistema de evolución vuelve más profundo que nunca. Ya no se trata solo de subir niveles: cada Digimon puede especializarse en distintas ramas según sus estadísticas, afinidad y recuerdos adquiridos. Algunas rutas solo se desbloquean tras completar eventos concretos o cumplir condiciones específicas (como el tiempo de convivencia o el número de batallas compartidas).

Por su parte, la crianza de Digimon también gana profundidad. El sistema de escaneo, evolución y fusión ofrece muchas combinaciones, con rutas alternativas, evoluciones especiales y bonificaciones por afinidad. Es ese tipo de mecánica que te hace pensar “una batalla más y lo dejo”… y de repente son las tres de la mañana. Asimismo, este sistema también atesora un tono casi filosófico: evolucionar significa también perder parte de lo aprendido, y cada decisión implica renunciar a algo. Esa tensión entre avance y sacrificio convierte el proceso en algo más significativo que una simple mecánica.

Cada Digimon posee habilidades únicas, y la posibilidad de encadenar ataques en función del tipo de vínculo genera sinergias muy satisfactorias. Por ello, formar un equipo equilibrado y flexible es clave, especialmente en el postgame.

Duración, modos de juego y contenido

Aquí Time Stranger demuestra ambición. La historia principal ronda las 40 horas, pero completar todo —coleccionables, misiones secundarias y entrenamiento— puede fácilmente doblar esa cifra. No obstante, el título cuenta con un buen abanico de opciones que amplían la experiencia más allá de la historia principal. Entre ellas encontramos el Camino del Tamer, un guiño al primer Cyber Sleuth que sirve como repaso de las batallas más icónicas, y además nos ofrece recompensas cosméticas.

Otro modo que también nos encontramos es Rutas de Entrenamiento, una especie de tablero de desafíos donde cada nodo plantea condiciones únicas. Es un añadido que invita a experimentar con equipos diferentes y estrategias nuevas, algo que da vida al postgame.

Por último, el sistema de Maestría recompensa el uso prolongado de cada Digimon con fondos de perfil, iconos y desbloqueables extra. No cambia la experiencia central, pero da motivos para seguir jugando. Como también nos permitirá seguir jugando el modo online. Este, por su parte, cumple: sin pretensiones competitivas, pero ideal para medir fuerzas o simplemente mostrar al mundo al equipo que tanto te costó perfeccionar.

Un mundo digital con luces y sombras

En lo técnico, el juego no busca competir con los colosos del JRPG moderno. Apuesta por una dirección artística coherente con el legado de la saga: colores vibrantes, modelados de estilo anime y efectos digitales que evocan el tránsito entre mundos.

Los Digimon lucen espectaculares, sus modelados están recreados con mimo, las animaciones de combate son fluidas y las digievoluciones vuelven a ser un momento de puro deleite nostálgico. Sin embargo, los entornos —especialmente las mazmorras— repiten los vicios de la franquicia: pasillos genéricos, texturas planas y una sensación de reciclaje que resta frescura al conjunto.

Pese a ello, los efectos lumínicos, los planos urbanos de Tokio y los fragmentos de mundo distorsionado ofrecen momentos visualmente memorables. En las mejores secuencias, la mezcla de lo humano y lo digital genera una atmósfera entre cyberpunk y espiritual que recuerda por qué Digimon es algo más que “el primo tecnológico de Pokémon”. De hecho, hoy por hoy puede plantarle cara sin complejos, incluso poner a su rival en un verdadero aprieto.

Sonido y doblaje: pura sintonía emocional

El apartado sonoro es uno de los pilares del juego. La banda sonora, firmada por Masafumi Takada, combina sintetizadores, percusión electrónica y cuerdas suaves en un equilibrio perfecto entre lo emocional y lo futurista. Cada tema acompaña sin imponerse: melancólico en los momentos narrativos, energético en combate y luminoso durante la exploración.

Los efectos sonoros mantienen la identidad digital que caracteriza a la serie, cuentan con una buena calidad y simulan en todo momento la inmersión que se espera de cada momento. Con ello, refuerzan plenamente el apartado y consolida un resultado acorde con el resto de características del juego.

Por último, Time Stranger nos llega con doblaje tanto en japonés como en inglés, ambos de notable calidad, aunque echamos de menos una localización a la lengua de Cervantes. Eso sí, los textos sí se encuentran completamente localizados al castellano, con una traducción cuidada y natural

Conclusión

Digimon Story: Time Stranger no pretende reinventar la rueda, pero sí refinarla. Es un juego que entiende su legado y lo trabaja con respeto, siendo profundamente humano y honrando la franquicia que en su día encandiló a miles de niños. Su historia conmueve a pesar de tomarse su tiempo para consolidar su ritmo, su sistema de combate engancha más que nunca, y su corazón sigue latiendo con fuerza, incluso cuando el diseño de sus mazmorras no acompaña del todo.

Para los fans, es una entrega que se siente como volver a casa; para los nuevos jugadores, es una puerta amable hacia un mundo que combina emoción, estrategia y cariño. De este modo, en un panorama donde muchos JRPG apuestan por la grandilocuencia, Time Stranger gana por su sinceridad: no intenta ser más de lo que es, y lo que hace, lo hace con alma.

Digimon Story: Time Stranger

69.99€
8

Gráficos

8.0/10

Jugabilidad

8.0/10

Sonido

8.0/10

Duración

8.0/10

Pros

  • Sistema de combate más estratégico y satisfactorio
  • Mayor profundidad en el sistema de crianza y evolución de Digimon
  • Contenido abundante

Cons

  • Mazmorras visualmente pobres y diseño de niveles repetitivo
  • No arriesga tanto como podríamos haber esperado
  • Algún bajón de rendimiento en zonas con más carga gráfica

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