Borderlands 4 nos arroja a Kairos, un planeta que nos recibe con metralla en mano, sarcasmo y un Claptrap más desquiciado que nunca.

Han pasado seis años desde que Borderlands 3 nos dejó con el gatillo caliente y el corazón dividido. Gearbox vuelve con Borderlands 4, una entrega que no se anda con chiquitas: nuevo planeta, nuevas clases, más armas que neuronas tiene claptrap y un mundo abierto que te escupe contenido por cada esquina.  ¿Es la mejor entrega de la saga? Puede que sí. ¿Tiene bugs? También. Pero si vienes a por tiros, loot y humor negro, estás en el sitio correcto.

Historia: revolución, implantes y un tirano con complejo de Dios.

La trama nos saca de Pandora y nos lanza de cabeza a Kairos, un planeta recién expuesto tras el teletransporte de Elpis. Aquí manda el Cronoguardian, un cabronazo con ínfulas de dictador que controla a la peña con implantes neuronales enchufados a la médula. Tú, como nuevo Buscador de la Cámara, te unes a la Resistencia Carmesí liderada por Claptrap (sí, el Claptrap de siempre) para reventar a La Orden, un ejército sintético que da más miedo que un lunes por la mañana sin café.ç

La historia se pone seria, más distópica, pero sin perder el toque de Borderlands: misiones secundarias absurdas, referencias pop, y diálogos que parecen escritos por un guionista con resaca.  No reinventa la rueda, pero la pinta de neón y la llena de balas y explosiones. El ritmo es sólido, con una campaña principal bien vertebrada y decenas de misiones que te hacen sentir que estás en una guerra de verdad… con chistes malos y explosiones por doquier.

Jugabilidad: Borderlands 4 es más verticalidad, con más loot y más loco.

Aquí es donde Borderlands 4 deja en la miseria a todos los shooter looter de la galaxia . El gunplay es más frenético que nunca, con doble salto, planeo y una verticalidad que te hace sentir como si fueras Spider-Man con una escopeta.  El mapa de Kairos es un mundo abierto de manual, con biomas variados, cofres escondidos y enemigos que se ajustan a tu nivel para que nunca te aburras. La exploración ahora es otro añadido a todo el frenetismo característico de la saga.

Las novedades respecto a Borderlands 3 se notan: mejor diseño de niveles, más libertad para abordar misiones, y un endgame que te puede tener pegado al mando durante 100 horas sin pestañear. El sistema de progresión ha sido retocado, y aunque no revoluciona, sí pule lo que ya funcionaba. El cooperativo sigue siendo la joya de la corona: jugar con colegas es como volver a las party lan de los 90, pero con más metralla, más balas y mejores sensaciones.

Armas, clases y habilidades: el arsenal de un manicomio

¿30.000 millones de armas? Gearbox no se corta. Pistolas que disparan granadas, escopetas que insultan al enemigo, rifles que se transforman en drones… Aquí hay de todo. Y lo mejor: cada arma se siente diferente, con efectos visuales y sonoros que hacen que cada disparo sea una fiesta. Por no decir que cada arma se siente diferente gracias a lo bien definido que tienen el retroceso, desviación y la contundencia.

Las clases de las que disponemos como BuscaCámaras son cuatro y están bien diferenciadas tenemos a Amon, el Caballero Forjador: tanque cuerpo a cuerpo con habilidades de forja brutal. Por otro lado está la Gravitar Harlowe: controla masas y manipula la gravedad como si fuera Neo. El Exo-Soldado Rafa: ágil, eléctrico y con un exoesqueleto que da miedo. Y por último, Vex, la Sirena Oscura: heredera del legado de las Sirenas, versátil y con un rollo oscuro que mola.

Los árboles de habilidades ya no son rígidos: ahora puedes combinar sinergias y montar builds que se adaptan a tu estilo. ¿Quieres ser un ninja eléctrico que lanza cuchillos explosivos? Adelante. ¿Prefieres un tanque que se cura con cada hostia que da? También puedes.

Mundo abierto: Kairos, el patio de recreo del caos

Kairos es grande, variado y lleno de cosas que explotar. Desde desiertos con tormentas de arena hasta ciudades cyberpunk donde los NPCs te insultan por tu peinado, el planeta tiene personalidad. Hay secretos, desafíos, mazmorras alienígenas y zonas que solo puedes desbloquear si te curras las misiones secundarias.

La exploración se siente orgánica, con recompensas que valen la pena y enemigos que no te dejan respirar. El diseño de mundo abierto lo hace más coherente que el diseño que teníamos en Borderlands 3, y aunque a veces se repite algún patrón, el ritmo de descubrimiento y saqueo lo compensa.  Además, el sistema de viaje rápido y los vehículos han sido mejorados, haciendo que moverse por Kairos sea un placer… o una carnicería, dependiendo de tu estado anímico.  

Apartado técnico  y ese cel-shading que te vuela la peluca.

Visualmente, Borderlands 4 es una bestia. El cel-shading está más detallado que nunca, con texturas que parecen pintadas a mano y efectos de luz que hacen que cada explosión sea una obra de arte. En Xbox Series X el juego corre a 60 fps estables en la mayoría de zonas, aunque hay caídas puntuales en momentos de mucha acción. En Series S se mantiene decente, pero con algún tirón que te puede sacar de la inmersión.

Los bugs existen, como en todo Borderlands, pero Gearbox ya ha lanzado parches que mejoran bastante el rendimiento. El sonido es otro punto fuerte: la música mezcla electrónica, rock y sintetizadores distorsionados que te meten de lleno en el caos. Los efectos sonoros son brutales: cada disparo, cada explosión, cada grito de Claptrap está diseñado para que te rías y te motives al mismo tiempo.

Conclusión: Borderlands 4, el caos que necesitábamos.

Borderlands 4 no es perfecto, pero es jodidamente divertido. Gearbox ha escuchado a la comunidad y ha entregado una experiencia que pule lo mejor de la saga y añade suficientes novedades para mantenernos enganchados. La historia es más madura, el mundo abierto más coherente, y el gunplay más adictivo que nunca.

¿Tiene bugs? Sí. ¿La historia podría arriesgar más? También. Pero cuando estás en medio de un tiroteo con tres colegas, lanzando granadas que cantan ópera y disparando rifles que se convierten en torretas, todo eso se olvida. Borderlands 4 es un homenaje al caos, al loot y al humor macarra que nos enamoró hace más de una década.

Si vienes buscando una experiencia seria, este no es tu juego. Pero si lo que quieres es reventar cabezas con estilo, reírte con diálogos absurdos y perderte en un mundo que te recompensa por ser un cabrón creativo… entonces sí, Borderlands 4 es tu nueva religión.

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Borderlands 4

79,99€
9.2

Nota Final

9.2/10

Pros

  • Campaña ultra divertida.
  • Secundarias que te meten más en el loco mundo de Borderlands.
  • El mundo abierto le sienta genial.
  • La exploración es otro añadido espectacular.
  • Mucho más vertical, más loco, mas divertido, mas Borderlands que nunca...

Cons

  • Por decir algo.. algunos pequeños bugs que no empañan la aventura.

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