Far: Lone Sails es, a pesar de su minimalismo, una experiencia estupenda para los sentidos.
Los desarrolladores independientes parecen haber captado la manera de llegar a la patata por una u otra puerta y es que, al ser desarrollos más personales (a veces incluso los juegos son desarrollados por una o dos personas) son capaces de sorprender por su profundidad y caracterizarse por saber transportar a lugares extraordinarios y hacer llegar sentimientos que muchas otras producciones carísimas son incapaces. Far: Lone Sails ha sido desarrollado por Okomotive, un pequeño estudio formado por cinco personas y afincado en Zurich y ,para ser su primer proyecto, la verdad es que no les ha salido nada mal porque han ganado la friolera de 14 premios hasta la fecha y ha estado nominado en otros tantos entro los que se encuentra la nominación al mejor diseño visual de los Golden Stick Awards 2018.

Far: Lone Sails es una interesante propuesta la cuál destaca en parte por su sencillez ya que, a pesar de no tener un solo tutorial o indicación (las mínimas para que sepas que a tal botón se hace eso y ya) es capaz de hacer reaccionar a nuestro cuerpo con estímulos muy profundos, muy humanos y es que Far: Lone Sails va sobre un viaje, un viaje mudo sin textos ni relatos pero un viaje al fin y al cabo que empieza observando una tumba y a partir de ahí ya comenzamos a caminar. Nos dirigimos a nuestra casa y accionamos los primeros interruptores, mecánica que predominará durante toda la experiencia porque en esencia es eso, interactuar con interruptores para activar los mandos de nuestro vehículo, para abrir caminos en nuestras paradas y exploraciones y poco más.

Durante nuestro viaje en Far: Lone Sails recorreremos un mundo yermo claramente consumido por la humanidad, por sus inventos y sus ansias de evolucionar e iremos mejorando nuestro vehículo con algunas partes que harán el viaje un poquito más llevadero porque estamos en esta aventura solos y es algo que el juego te quiere dejar claro desde el primer minuto. Tu controlarás todas las partes del vehículo ya sea añadir combustible el cuál tendremos que recoger a menudo para poder seguir avanzando, accionar el acelerador y liberar el vapor para que no se pase de presiones entre otras tareas. A veces el vehículo sufrirá daños por los impactos y alguna de las partes quedarán ardiendo y dañadas, en ese caso no nos queda otra que detenernos e ir rápidamente a por nuestro sistema contra incendios. Casi incluso se convierte en un juego rítmico en esos momentos de viaje ya que tendrás que accionar los interruptores siguiendo un patrón constante (estoy seguro de que Björk haría una música excepcional con esos sonidos).
Algo que llega y fascina de Far: Lone Sails es su ambientación y su sonido porque, para que nos vamos a engañar, gráficamente pasa muy desapercibido puesto que es un juego minimalista en ese apartado en concreto pero en conjunto es una experiencia que llega a ser sobrecogedora en muchos momentos. El sonido de la maquinaria y ambiental es excelente y las canciones de su banda sonora acompañan aportando tensión en muchos momentos y casi siempre con un tono aventurero implícito. En lo que al apartado sonoro se refiere da en el clavo de lleno siendo muy aconsejable jugarlo con cascos y con un volumen alto para no perderte todos los matices.
Conclusiones
Far: Lone Sails es un buen juego y una experiencia excelente que dura poco más de dos horas pero que son muy intensas de principio a fin porque el juego va añadiendo poco a poco más “tareas” para nuestro protagonista lo cuál hace que avanzar cada vez sea más complejo e interesante. Algunos pueden pensar que la duración esté muy por debajo de lo normal pero vamos, dependiendo también de cuanto queramos pararnos a fijarnos en los detalles porque a veces merecerá la pena detenerse un poco. De hecho el juego Far: Lone Sails en algunos momentos nos invitará a dejar el mando para disfrutar de alguna parte del viaje. Es una propuesta única que evoca más de un sentimiento y que entretiene lo suyo con un buen puñado de puzzles que, aún no siendo demasiado difíciles, siempre supondrán un reto. En este viaje, a pesar de las inclemencias del tiempo, nada podrá evitar que avancemos.