MindsEye es una buena historia de acción en un mundo futurista, empañada por su pobre rendimiento técnico, pero brillante en ejecución narrativa y jugabilidad.
En un año cargado de lanzamientos con ambición desbordada, MindsEye ha logrado hacerse un hueco en el catálogo de acción gracias a una propuesta clara, accesible y sorprendentemente directa. Desarrollado por Build a Rocket Boy, el estudio de Leslie Benzies (ex-Rockstar), el juego se presenta como una experiencia narrativa de acción en tercera persona con tintes de shooter. Además cuenta con toques de mundo abierto y una ambientación decididamente ciberpunk, pero sin caer en la sobrecarga rolera que caracteriza a otros exponentes del género.

Historia coherente, con buen ritmo narrativo
Uno de los grandes aciertos de MindsEye es su narrativa, que no pretende reinventar la rueda, pero sí ofrecer una historia coherente, entretenida y bien contada. Ambientado en un futuro distópico donde las megacorporaciones controlan los datos, la memoria y la identidad, el juego nos presenta a Jacob Diaz, un exmilitar que se ve arrastrado a una conspiración digital con consecuencias globales.
En una ciudad llamada Redrock, (Las Vegas, pero con otro nombre). La historia nos hará deambular sus paisajes desérticos y futuristas, repletas de hoteles y construcciones emblemáticas. La ciudad esta repleta de tecnología puntera y corporaciones poderosas que no nos lo podrán fácil. A pesar de su apariencia futurista, la narrativa se adentra en temas más profundos, como la civilización perdida y los peligros de la inteligencia artificial sin control gubernamental.

Nuestro protagonista, Jacob Diaz, sufre de amnesia causada por un implante neural llamado MindsEye. En su búsqueda del origen del chip se verá arrastrado en una guerra corporativa y llena de flashbacks. En ellos, Jacob recuerda misiones pasadas donde exploró unas ruinas, y perdió el control de su dron, presenciando cómo una tecnología desconocida transforma su vida y su destino militar. Esas ruinas guardan la clave de una avanzada tecnología antigua que altera la genética humana y dispara toda una crisis robótica.

Lineal pero divertido.
La trama es lineal, pero está muy bien estructurada y avanza con un ritmo ágil, sin excesiva exposición ni diálogos crípticos. La duración ronda las 10–12 horas, lo cual resulta ideal para el tipo de experiencia que propone. Cada capítulo introduce nuevas piezas de la historia y se siente como parte de un todo, con transiciones limpias entre acción, narrativa y exploración ligera. Aunque el guion no alcanza el nivel filosófico de Deus Ex o la ambición existencial de Cyberpunk 2077, consigue lo que se propone: enganchar al jugador sin perderse en pretensiones.

Jugabilidad directa, sólida y entretenida
Uno de los pilares más consistentes de MindsEye es su jugabilidad, que apuesta por la accesibilidad sin sacrificar profundidad. Los tiroteos son rápidos, intensos y están bien coreografiados, con coberturas dinámicas y una variedad de armas que, aunque no revolucionan, cumplen de forma efectiva. El diseño de la ciudad y las rutas elegidas favorece el ritmo, con combates que no se extienden más de la cuenta y donde las secuencias de acción están bien integradas.

El control responde con agilidad, el apuntado es preciso y el gunplay muy satisfactorio. Todo ello junto a la curva de dificultad bien medida, lo hace un título muy disfrutable. A diferencia de otros títulos futuristas que apuestan por la complejidad de sistemas, aquí todo está pensado para que el jugador entre rápido, entienda sus herramientas y disfrute sin fricciones.

No hay sistemas de progresión enrevesados, ni árboles de habilidades laberínticos: lo que ves es lo que tienes, y esa claridad resulta refrescante. Tampoco coleccionables y en el modo historia, no puedes perderte explorando. Esto podrás hacerlo más adelante, pero si estas en una misión no te desvíes porque acabaras fracasando. Para algunos esta simplicidad en la jugabilidad puede ser un, pero, sin embargo, para mí que vengo de jugar varios JRPG´s bastantes largos MindsEye ha sido como un soplo de aire fresco, renovando el rancio aire de mecánicas enrevesadas y contenido de relleno.

Estética ciberpunk, pero sin el peso de un RPG
A nivel visual y temático, MindsEye bebe del imaginario ciberpunk: neones, inteligencia artificial, drones, realidades alternativas, control social. Pero en lugar de lanzarse al mar del RPG de mundo abierto, el juego prefiere concentrarse en la acción narrativa guiada, algo que se agradece ante la saturación de títulos sandbox inconclusos.

Esa elección lo convierte en una propuesta más lineal pero también más compacta y cuidada. La dirección artística brilla en entornos urbanos, con rascacielos llenos de luces, callejones húmedos y una atmósfera urbana cargada de ruido tecnológico. No reinventa el género visualmente, pero lo representa con solidez y coherencia.
Problemas técnicos: un lastre
El principal, y para mi único, punto débil de MindsEye es su optimización técnica. El juego presenta caídas de framerate, texturas que tardan en cargar y bastante “halos” producto de la generación de frames para mantener una correcta tasa. En su modo rendimiento es más estable, pero sacrifica demasiada fidelidad visual para mantener los 60 fps. Es el primer título en Series X en el que sufro tearing (problema visual que ocurre cuando la imagen mostrada en la pantalla se desincroniza y la imagen aparece como partida).

En cuanto a lo jugable… en 10 horas no he tenido un solo bugs. Una misión parecía que se iba al garete, porque el coche que me perseguía se quedo “pillado”, pero el script lo hizo reubicarse de manera natural y seguimos la persecución. La verdad que en cuanto a jugabilidad, tiene un nivel de cuidado que no lo han tenido en lo técnico. Si bien los desarrolladores ya han prometido parches, lo cierto es que el estado técnico empaña una experiencia que, en términos jugables y narrativos, brilla con fuerza.

Todos estos problemas nacen del mimos enemigo común que ya han sufrido títulos como Stalker 2 y Lords of Fallen… y no es otro que Unreal Engine 5. Si ese motor gráfico que hace que las consolas de nueva generación parezcan viejas máquinas incapaces de mover nada. El principal problema de MindsEye es haber elegido este motor gráfico para su aventura, y no haberle dedicado tiempo suficiente al optimización.
Apartado sonoro y presentación
La música acompaña con sintetizadores oscuros y pistas ambientales que refuerzan el tono del juego. No es una banda sonora memorable por sí sola, pero cumple su función. Las voces en inglés están bien actuadas, especialmente el protagonista y el antagonista, con un tono sobrio y convincente. La interfaz es limpia, y el diseño general de menús y HUD está pensado para no abrumar al jugador. Todo apunta a una experiencia minimalista y funcional.

Conclusión: una historia que merece jugarse
MindsEye no busca competir con los gigantes del RPG futurista ni reinventar el ciberpunk, pero encuentra su lugar gracias a una jugabilidad directa, una historia bien escrita y una duración justa. Es un título ideal para quienes valoran la acción narrativa y no quieren perderse entre decenas de mecánicas superfluas. Si bien su optimización técnica necesita mejoras urgentes, el núcleo jugable y narrativo está lo suficientemente pulido como para que merezca la pena sumergirse en su mundo y sigas adelante a pesar de las caídas de frames o la mala resolución que por momentos ostenta. Muchos dirán que eso estropea la experiencia, pero en mi caso, me ha atrapado y he seguido adelante con un título muy disfrutable. La controversia esta servida, los palos han volado, creo que de manera injusta para un título que tiene mucho que ofrecer.
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