Si hay un juego que invite a partidas rápidas, sin duda es Super Weekend Mode, un título que nos recuerda lo bueno (y lo malo) de las recreativas clásicas.
Nervios, sudores fríos, incertidumbre. Son muchos los momentos en la vida donde sufrimos ese cúmulo de sensaciones, momentos claves en tu futuro y que pueden marcar un punto de inflexión. Cambios en tu vida,tu forma de ser. Llega el día, y te preparas para lo mejor y lo peor. Es la hora. Dicen tu nombre, y tambaleante, dubitativo, dejas de agarrarte a la silla de madera para andar como alma que lleva el diablo a la habitación donde los sueños se pueden hacer realidad. Por suerte, nosotros somos mejores. Los videojuegos nos han preparado para este momento. Airosos, superamos el examen psicotécnico para el carnet de conducir. Ya podemos respirar.
¿Qué tiene que ver esto con Super Weekend Mode? Todo y nada. Pese a que la propuesta es completamente distinta a la prueba que nos hacen en el psicotécnico (en la que tenemos que agarrar los dos sticks y no salirnos del camino marcado), en parte sí que comparten elementos en común que nos hacen rememorar ese momento tan particular. El titulo desarrollado por Pixelteriyaki nos invita a tener unos reflejos y nervios de acero, y con los dos gatillos del mando, ser capaces de aguantar los embites y oleadas de corazones que vienen hacia nosotros. Todo muy raro, muy arcade…muy japonés.
Como si una recreativa de los años ’80 se tratara (y creedme, lo hubiera “petado” en su dia), Super Weekend Mode nos invita a jugar partidas rápidas a una propuesta muy particular y que rara vez hemos visto en un videojuego. Como hemos citado, con cada gatillo del mando desplazaremos a una plataforma en la base de la pantalla. Su movimiento es limitado: izquierda o derecha, como si de una Game’n Watch se tratara (de hecho, el título comparte mucho con estas portátiles que surgieron hace mas de 30 años). Con ambas plataformas, deberemos disparar a un malo malísimo situado en la parte alta de la pantalla, pero claro, no nos limitaremos solo a atacar, sino que también nos tocará protegernos de los objetos que caen hacia nosotros.
En Super Weekend Mode no importa el objetivo final de derrotar al adversario, sino en aguantar toda la travesía en un ejercicio de templanza y buen hacer. Poco o nada importa si estamos impactando al enemigo cuando una lluvia de corazones vienen hacia nuestro encuentro, y aunque tengamos tres intentos para hacernos con la fase, para nada significa que salgamos airosos del enfrentamiento. Es mas, preparaos para morir unas cuantas veces hasta que le cojáis la tónica a su jugabilidad, que pese a ser simple, requiere de experiencia a los mandos.
Al lío. Objetos que caen para fastidiarnos la partida. ¿De qué se tratan? En su mayoría son corazones que tendremos que atrapar si no queremos que la pantalla encoja. Lo que en principio puede resultar fácil (total, es usar “simplemente” dos botones) se convierte en un auténtico reto según vamos superando los niveles. Ya no solo porque la velocidad y numero de corazones aumente, sino porque también cambian su patrón de bajada, alternando su lugar en el descenso según su su color. Una locura que se acentúa y entremezcla con otros objetos como las calaveras, que tendremos que esquivar si no queremos que una de nuestras vidas se esfume. Eso no es todo, porque para rizar el rizo, tendremos un tercer objeto con otra mecánica distinta. Se trata de los conejos, los cuales tendremos que golpearles lateralmente con nuestra plataforma para librarnos de ellos de manera satisfactoria. Como bien se describe a sí mismo el juego, todo se basa en “collect, shoot, bump and crush”, es decir, coleccionar, disparar, golpear y aplastar.
Por suerte, contaremos con ayuda. Cada vez que completemos un nivel, tendremos acceso a distintos “power-ups” que variarán dependiendo de nuestra puntuación final y el tipo de protagonista que hayamos escogido. Habrá barreras que nos protejan de un mal movimiento, vidas extra que nos den segundas oportunidades o una mayor velocidad de disparo para derrotar a los jefes finales. Sea lo que sea, toda ayuda es poca para superar el juego, y como en los salones recreativos, necesitaremos horas de puro (y divertido) entrenamiento hasta que seamos capaces de superar a los nueve adversarios. Puede que en media hora podamos pasarnos el juego, pero a ver quien es capaz de conseguirlo…

He de reconocer que antes de encarar la propuesta de Super Weekend Mode tenia el ceño fruncido. La imágenes son poco alentadoras,y el esquema jugable no lo entendía del todo bien. Pero por suerte, he de comerme mis propias palabras. Vale que el su aspecto visual no destaque, e incluso que se repitan algunos diseños, pero es muy ameno, especialmente para partidas rápidas y para quienes buscan un desafío personal. Los jugadores añejos que hayan disfrutado de las recreativas mas básicas sabrán de lo que hablo, y con el título de Pixelteriyaki tendrán reminiscencias a ese bonito tiempo donde importaba mas la jugabilidad de cada obra y la puntuación que alcanzábamos antes que batir al propio juego en sí.
Y hablando de tiempos pasados, lo es también su apartado artístico. Los sprites son sencillos,con una paleta de colores muy sencilla pero lo justo para que tampoco se hagan escasos. Me hace gracia ciertos “glitches” metidos aposta como el parpadeo de los jefes finales, muy común de aquella época, pero sobretodo me hace especial gracia por la presentación y las secuencias entre una fase a otra, extraídas de juegos como Super Mario Bros y derivados. La música tampoco se queda atrás, y los acordes “bit tune” que expone Super Weekend Mode son de lo mas acertados. Un soplo de energía que te mantiene despierto y con la atención que requiere controlar ambas plataformas.
Conclusión
Super Weekend Mode nos quiere retrotraer a la época dorada de los salones recreativos donde la tenacidad, habilidad y práctica daban sus frutos. Con una estética extraída de los juegos de 8 bits, deberemos atrapar todos los corazones, esquivar calaveras y matar al jefe de turno sin morir en el intento. Difícil es un rato, pero gratificante cuando superas tu propia puntuación también lo es. Una propuesta para aquellos que quieran algo distinto.


