La exploración de la Nave Atromitos es la base de este Metroidvania de inspiración grecorromana.
Lav Games es un estudio Serbio de apoyo que se lanza a codesarrollar junto con Rock Pocket Games su primera IP. Somber Echoes es un Metroidvania en 2.5D en el que exploramos una sociedad en decadencia, gobernada por unos dioses que han dejado de serlos y donde cada esquina cuenta una historia.

Cosas de Hermanos.
Adestria, protagonista de nuestra historia, regresa al Atromitos. La gran nave nodriza y hogar de su civilización se encuentra varada en un lugar recóndito de la galaxia. Lo que en ella se encuentra dista de ser la nave que era, destrozada y con cadáveres por doquier, parece que ha sido tomada por el fanatismos y por una criaturas cósmicas venidas de otra dimensión. En lo alto del todo, su hermana Harmonía no atiende a razones mata a Adestria para conseguir el poder absoluto. Son los dioses los que resucitan a la guerrera protagonista para que pueda enfrentarse a su hermana y evitar la caída de un Imperio.

De Cero a Héroe
Adestria comienza pelada de habilidades, para ser exactos muerta. Hasta que encuentras el primer item todo es lento y melancólico, ya que somos una sombra (literal) de lo que éramos. Llamativamente el primer elemento de nuestra armadura que recuperamos es nuestro escudo, que interactúa directamente con nuestra vida. Cada vez que bloqueamos sin parry el escudo se debilita quitándonos una pequeña parte de salud. Este riesgo recompensa así de primeras y sin poder atacar hasta que recuperemos la espada nos dice que esto va de moverse, lentos y pesados.
Esa es otra: el salto no es lo suyo y en seguida hace pensar en cuándo conseguiremos el ya institucional doble salto. Los últimos juegos del estilo a los que he jugado esta habilidad se recibe muy tarde, cuando el movimiento con otros instrumentos ya está interiorizado. En Somber Echoes no existe. Adestria se impulsa muy poco y lo que utiliza para moverse es la Linterna de Éter, un artefacto que nos transforma en una bola de luz suspendida en el aire y que nos impulsará a la dirección que decidamos. Este poder (con sus mejoras e iteraciones) será la base del juego tanto en su movimiento como en ataque. Funcionando a la vez como doble salto y dash.

Adestria es una guerrera y sus armas principales son las espada y la lanza, corto y largo alcance respectivamente. El combate no es el punto fuerte del juego. Los enfrentamientos durante la exploración se resuelven en seguida y los jefes no suponen mucho reto. Está claro que Somber Echoes no intenta destacar en este aspecto. Los ataques son escasos, sin combos entre armas y fluyen poco con los movimientos de la protagonista. Se nota que el diseño de los niveles no va dirigido hacia los enfrentamientos.
El Atrómitos; mi Imperio Romano.
El otro personaje principal es el Atromitos, ciudad-Nave varada en lo desconocido y caída en desgracia por las malas decisiones de sus gobernantes, entre ellos Harmonía. El mapa es bastante extenso y en un primer vistazo laberíntico, pero pronto se descubre que está muy compartimentado. Hay muchas zonas a las que se va por el camino difícil y una vez llegados al final se descubre un atajo que hace que nos se vuelvan a pista estancias extensas.

Aún así, sí que están bien diseñados los elementos de bactracking a medida que vamos adquiriendo facultades, sobre todo en las zonas de paso intermedias. Somber of Echoes no está diseñado para que te pierdas mucho. De hecho si quieres te lo puedes pasar en menos de 4 horas (si tu habilidad lo permite) pero como suele pasar, el cariño del juego y su historia está en explorar cada esquina. Todo el Mapa está trufado de secundarias, la mayoría a base de coleccionables que no son ninguna locura ni pérdida de tiempo conseguir. Sus diferentes finales en parte depende de ello.
El diseño de las plataformas está bien medido. Aunque se descubre muy fácilmente cuando nos falta algo para solucionar ciertos puzzles, hay otros que te obligan a adoptar diferentes perspectivas (gracioso en un 2D) para poder solucionarlos sólo con habilidad, aunque son la minoría. Algunas de estas secciones están artificialmente complicadas poniendo enemigos escondidos y prácticamente inaccesibles, pero sin ellos también supondrían un reto.
No hace falta pelearse.
Llama la atención la poca cantidad de enemigos que aparecen. Puede ser debido a la mínima variedad en sus diseños, pero la sensación que da al recorrer el Atromitos es la desolación. Tal vez porque el combate no es el punto fuerte de Somber of Echoes pero falta desafío de lucha en sus pasillos. Exceptuando una parte justificada por la historia, la mayoría de enemigos están solitos en su plataforma y se pueden finalizar tranquilamente.

Esta falta de mimo también se ve en los jefes. Teniendo patrones escasos y repetitivos e incluso cuando plantean un estilo de combate más singular, este se puede solucionar de la forma convencional sin despeinarte. Da lástima porque tanto la temática como el diseño visual del personaje son muy atractivos, pero lo que se hace con ellos no.
Conclusiones.
Los seguidores del género encontrarán en Somber Echoes un metroidvania muy ligero. La exploración es la base del juego y el sistema de movimiento de Adestria basado en su Linterna de Éter le da un pequeño toque de distinción e impulsa a querer completarlo.
Es liviano porque falla en el combate, siendo casi inexistente en algunas zonas y la parte donde no se ha puesto mucho trabajo. La lucha con unos jefes a la vista espectaculares no deja de ser un mero trámite cuando uno se aprende los patrones simples que tienen. Subir la dificultad sólo supone que les tengas que dar más golpes, siendo incluso más aburrido.

El Atromitos impulsa a descubrir cada rincón. Las secundarias e historias que se encuentran diseminadas en cada esquina complementan a la perfección una trama principal que se podría acabar de una sentada. Es en los detalles que te encuentras donde Somber Echoes se desarrolla e interesa. Su diseño artístico lo acompaña a la perfección con unos fondos de inspiración grecorromana que sorprendentemente funciona muy bien con la ciencia-ficcion.
