Llega a Xbox The Knightling, una aventura de acción en la que tenemos que encanamoa a un escudero que se hace valer a golpe de escudo.
Llevamos un tiempo que el género de aventuras se ha transformado en un asunto serio. Algo alejado a lo que conocíamos de más pequeños (algunos somos viejos) y más enfocado a la dificultad muy (des)medida o sin llegar a eso, una historia profunda, adulta y algo que nos gusta mucho decir a los gafapasta: más oscura y por lo tanto, mejor. A mi eso me gusta como el que más: una trama difícil y sistema de lucha sin cuartel contra mis propias habilidades y concentración. Ver videos en Youtube explicando el lore y la mejor build para que no te aniquile de una mojada el jefe del pantano cenagoso. Pero hay veces que me toca en el hombro el niño que fui y me dice: “Este del prota gracioso parece divertido, vamos a probar”.

The Knightling es el segundo desarrollo del estudio Holandés Twirlbound y repite el espíritu aventurero de esos videojuegos de matar malhechores y resolver puzles con los que se criaron sus creadores. Saber Interactive sale de los simuladores y la acción violenta para publicar una historia que sin aportar muchas novedades al género, transmite mucho alma al mundo de los videojuegos.
Eres tú quien llama a la aventura.
Es un juego muy amigable, de temática simple pero lore trabajado donde sólo manejamos un escudo, artefacto para bloquear claro, pero también para atacar, planear y deslizarte sobre él. Knightling (Aprendiz de caballero o caballerito) es un chavalín, no “el elegido”. Nadie le manda a una misión increíble para salvar el mundo. De hecho todos le tratan como lo que es: un escudero enclenque que ha perdido a su caballero y que sí, que le pone muchas ganas pero es sólo un canijo que carga un escudo más grande que él. Él sólo decide irle a buscar a los confines del reino donde habitan los terribles Terrisianos.

Se abre a tu disposición un mundo abierto no muy extenso pero sí lo suficiente para desviarte del camino y descubrir, porque más de la mitad del mapa no lo visitas si tus ganas de aventura no lo quieren. La historia principal es sólida, directa y sencilla. Si te pones unas anteojeras y sólo te diriges al punto de “misión principal” en un par de sentadas lo tienes. Pero si a lo lejos ves algo que brilla, una guarida de bandidos o simplemente quieres desbloquear todas las torres de cartógrafos puede pasar las 20 horas.

Las guaridas o torres no son algo que tenga que explicar, hay muchos juegos que tienen todo ello y conocemos el funcionamiento. The Knightling no lo hace de forma especial. También tiene puzles de empujar cajas, coleccionables y misiones de velocidad. No son extraordinarios pero sí están bien integradas tanto en el mundo como en el juego. Los coleccionables son variados y no numerosos, las carreras plataformeras están muy bien medidas y las guaridas de bandidos te las encuentras de una forma bastante orgánica y cada una tiene su forma de afrontarla: todas a escudazos si, pero hay que saber por donde.
Escudero a tu escudo
Escudazo, dash y bloqueo. Tres botones para un sistema de lucha que sin ser de lo mejorcito, sí que destaca por su uso de un sólo botón de ataque (la x) para gestionar el ataque normal, los combos y ataque fuerte. Un buen sistema que se aleja de otros hack and slash y que implica un mayor manejo del ritmo. Hay que calcular como en el parry, que no está muy fino en su ejecución pero sí ofrece una gran ventaja a la hora de desestabilizar enemigos y merece la pena trabajarlo. Lo que está rotísimo es el boqueo que lo para todo. No hay límite de golpes que puede recibir excepto los imparables y si ya lo combinas con mejoras que rellenan la barra de poder al bloquear eres imparable.

El Aprendiz se mueve ágilmente por todo el escenario /corriendo, sobre el escudo o utilizándolo de paravela) tanto es así que muchas veces, esta habilidad puede llegar demasiado lejos y cruzar límites que los desarrolladores no han contemplado y terminas viendo las entrañas al juego, cosa que también pasa manejando la cámara con la cámara.
Encadra, ENCUADRA!
En Knightling la cámara es libre, la controlamos nosotros. Es nuestra responsabilidad y nuestra culpa si no se coloca bien. Hay secciones puramente de plataformas que esto es un incordio, la cámara no se aleja para poder ver de forma orgánica los posibles cambios de dirección y en situaciones de zonas estrechas se pierde o se queda detrás de una pared. En determinadas ocasiones resultaría mejor quitar ese libre movimiento a para poder descifrar mejor la situaciones. Frustra que sea el principal problema en las secciones más exigentes de plataformas.

Este aspecto deja de manifiesto algunas carencias técnicas de las que juego adolece. Recursos escasos que se ven en el juego, como la poca variedad de enemigos o su inteligencia artificial limitada. En el caso de los enfrentamientos, lo arreglan con el número. Ponen muchos agentes a enfrentarse al aprendiz y crea un caos que incrementa la dificultad que si no fuera por el bloqueo permanente sería imposible. Tambien ayuda a plantear bien los enfrentamientos calculando por donde comenzar y no ir a la melé a lo loco.
Conclusiones.
Todas estas limitaciones técnicas se suplen con un diseño muy acorde a lo que es la historia. Unos personajes amigables y muchos diálogos e intrahistorias que no tienen que ver con el relato principal pero nutren el folclore del mundo y animan a seguir explorando. Hay pergaminos con historias del pasado pero hay otros que te llevan a encontrar tesoros o a presenciar situaciones que, lejos de tener recompensas, acudes a ellas por el mero hecho de presenciarlas. Una parte importante del género de aventuras es que quieras conocer el mundo y explorarlo. The Knightling lo consigue con el amor que le han puesto sus desarrolladores. Como el aprendiz, no es fácil enfrentarse a monstruos siendo pequeñitos, pero con ganas y un buen escudo multiusos puedes conseguirlo.

The Knightling
29,99€Pros
- Un mundo abierto no abrumador pero muy amable para perderte en él
- A pesar de tener un combate simple, es exigente muchas veces debido al número de contrincantes que te obligan a dar un paso atrás e intentar dividir.
- Pocos personajes únicos pero
Cons
- La cámara lastra la fluidez del movimiento
- Un moviento que tan poco es muy fino en los tramos mas exigentes.