¿Se romperá la mascarada?
Mis espectatívas fueron creciendo según iban apareciendo fotogramas. Bajo el amparo del logo de Paradox Interactive y Hardsuit Labs veíamos a un personaje bailando entre cuerpos que colgaban del techo. Una imagen desgarradora y demencial que nos hacía ver la crueldad con la que ese personaje trataba a unos seres humanos. Claro está que, pasados unos segundos, sabes ya donde te encuentras, dentro de la mascarada por supuesto y comienzas a conectar esos finos hilos de locura y sarcasmo. Bienvenidos a Vampire: The Masquerade – Bloodlines 2, una secuela que ha tardado demasiado tiempo en dar señales de vida pero aún tiene fuerza como para dejarnos a todos boquiabiertos:
En Vampire: The Masquerade – Bloodlines 2 nos trasladamos a una Seattle dura, tremendamente volátil. Un oscuro reflejo de lo que en realidad muchas personas pueden ver día a día. La propuesta de esta secuela (al igual que la de su antecesor y la del juego de mesa) es meternos de lleno en el cuerpo de un vampiro y hacernos sentir como tal. Seremos un monstruo que ocupará todas las sombras que pueda con tal de no ser descubierto y de no acabar con la mascarada que mantiene la delgada linea intacta entre el mundo del ser humano y el reino de la oscuridad más absoluta.
Neónes, antros llenos de personajes fascinantes, facciones para todos los gustos donde elegir cuál nos convenga más, todo eso y mucho más estará dentro de Vampire: The Masquerade – Bloodlines 2. Viviremos nuestra vida de otra manera y conseguiremos meternos de lleno tras los hilos de quienes tienen el poder y controlan la ciudad desde la más absoluta oscuridad de la noche. Está previsto que llegue a consolas en la segunda mitad de 2020 y contará con Smart Delivery por lo que, si lo compramos para Xbox One y después cambiáis a la nueva Xbox Series X no tendréis que volver a comprar el juego.