Análisis Aerial Knight’s Never Yield para Xbox Series X
Vuelvo a la acción una semana más con un nuevo análisis. Hoy os voy a hablar de mi experiencia con Aerial Knight’s Never Yield, de Headup Games. Un curioso juego de frenesí a la carrera que trata de contar una extraña historia mientras pone a prueba los reflejos y memoria muscular de quien está a los mandos. Sin duda, los juegos de este tipo añade un valor interesante al catálogo de indie de cualquier plataforma.

Aerial Knight’s Never Yield es un título de plataformeo basado en pulsaciones precisas de tipo QTE. Aunque no nos aparecerán por pantalla los botones a pulsar, sino que deberemos memorizar que movimiento es el adecuado para cada obstáculo y ejecutarlo con pericia. Las opciones posibles son salto medio, salto alto, deslizarse y correr. Estos movimientos se ejecutan con el stick pack, o con los botones en la posición equivalente (A, B, Y, X). Asimismo, un esquema de colores “en el viento” no permitirá saber que movimiento ejecutar en cada momento. Pues aparecerán trazas rojas, amarillentas, violeta o azules con las que guiarnos.
A esto hay que sumarle que el tiempo se ralentiza cerca de los obstáculos; siempre y cuando no juguemos en máxima dificultad. Aerial Knight’s Never Yield ofrece tres niveles de dificultad. Cada uno aplica diferentes ayudas, o las retira. En el modo “normal”, el más leve, las ayudas permiten terminar las pantallas sin demasiada complicación. Mientras que en el más avanzado no habrá tregua y la precisión deberá ser quirúrgica. Cada fallo implicará repetir una sección mayor o menos según la distancia del último punto de control.

El personaje no mejora ni tiene indicador de vida. Puesto que todo se centra en correr sin parar y tropezar es lo mismo que morir. No obstante, en algunas ocasiones, hay enfrentamientos contra jefes. Los cuales no dejan de ser otra carrera de fondo, más difícil, en la que tratar de dejar atrás al enemigo, o llegar a algún lugar donde el este se destruya. En estas pruebas, no solo los obstáculo se interpondrán en nuestro camino, pues el jefe también nos disparará, atropellará o lanzará objetos con hostiles intenciones.
Más allá de la jugabilidad, hay toda una propuesta audiovisual que disfrutar. Este título propone una carrera sin fin en una sucesión de niveles que van alternando la ambientación. La premisa básica es “never yield”, es decir, “nunca ceder”. Con esto en mente, si fallamos sale la típica pantalla de repetir o rendirse, pero con otras palabras y un contador de tiempo para decidir. Asimismo, la banda sonora puede parecer sencilla de entrada, pero va ofreciendo nuevas pistas en momentos clave y en la recta final. No hay demasiadas composiciones, pero sí resultan muy llamativas.

A nivel artístico, el juego presenta mucho efecto neón y luces por pantalla. Por otra parte, aunque la mayor parte del tiempo el juego se sucede en 2D, en ocasiones la cámara cambia de ángulo para explorar otras posibilidades. Aerial Knight’s Never Yield apuesta mucho por el efecto cinematográfico. Para acabar de adornar el tema gráfico, según avancemos la campaña o superemos retos, desbloquearemos nuevos atuendos para nuestro protagonista. No dejan de ser colores alternativos para la ropa, pero siempre es agradable poder escoger nuestro aspecto.
No es oro todo lo que reluce, por eso hay que comentar los puntos menos positivos del juego. Aerial Knight’s Never Yield ofrece 13 capítulos jugables y un capítulo final que cierra la campaña. Todo esto se sucede sin usar una sola palabra, por lo que es complicado saber exactamente que nos quieren contar. Asimismo, se puede superar el juego en un par de horas o tres, por ende luego solo queda repetir los niveles para mejorar marcas o incrementar la dificultad.

En definitiva, Aerial Knight’s Never Yield ofrece un frenético y divertido cyber-runner de cámara variable. Con la ambientación visual y la banda sonora se puede disfrutar de una propuesta breve pero intensa. Aunque lo de breve es más una descripción global que un adjetivo en este caso, puesto que se puede terminar en unas pocas horas.