¿Será Amazing Princess Sarah el próximo referente “pixel-art” dentro del catálogo independiente de Xbox One? Descúbrelo en nuestro análisis.
Nadie duda de que la era de los juegos con estética de 16 bits está volviendo a causar furor. Ejemplos hay a patadas, y como exponentes tenemos a Shovel Knight, seguido de Super Time Force o uno de los primeros en aterrizar con la moda pixel-art, 1001 Spikes. Todos comparten, más o menos, un apartado gráfico común, que nos retrae a una de las épocas doradas del videojuego, pero con ideas originales y propuestas jugables frescas o poco vistas hasta el día de hoy. Pues bien, esa sensación es la que NO me ha dado al jugar a Amazing Princess Sarah, que deja de ser “amazing” para convertirse en un producto genérico (que no malo) como bien podéis leer a continuación en este análisis.
Desarrollado por la compañía independiente Haruneko, Amazing Princess Sarah nos pone en la piel de Sarah (obvio), la cual tiene que rescatar a su padre, rey del castillo (más obvio aún), de las garras de la malvada Lilith, una especie de súcubo que se ha hecho con el control del lugar. No será tarea fácil, ya que nuestra heroína tendrá que recorrer cinco mazmorras diferentes antes de legar a su destino final. Cinco mazmorras que en principio parecen diferentes, y de hecho contienen elementos diferenciadores entre ellas: por poner un ejemplo el castillo de hielo tendrá plataformas que nos harán patinar, mientras que en la mazmorra oscura las corrientes de agua nos tirarán al vacío.

Y aunque hasta aquí todo lo mencionado puede parecer interesante, el problema viene a continuación: las mecánicas jugables se repiten hasta la saciedad. Nuestra Princesa Sarah únicamente tendrá dos formas de derrotar a los enemigos: o bien con su espada a base de mandobles o bien recogiendo parte del mobiliario y enemigos derrotados para lanzarlos a los rivales con todas nuestras ganas. Esto último, con una mecánica muy parecida a la vista en Super Mario Bros 2 (o Doki Doki Panic para los más puristas) tiene la particularidad de que depende del enemigo que lancemos, el tipo de daño y ataque variará. Si lanzamos a un arquero, éste explotará al tocar el suelo soltando una lluvia de flechas a su paso. Si por el contrario, lanzamos una mujer de fuego, creará una barrera de llamas a los laterales que infligirá daño al enemigo más desprevenido. Pronto descubriremos que el tipo de rivales (y con ello el tipo de ataques) estará muy limitado, así como las maneras de superar las fases. Debido a su estética 2D y el tipo de juego, se echa en falta algún aliciente extra, un poco de bactracking como lo visto en Castlevania, personalización, diferentes armas…algo más que no sea lanzar enemigos por los aires. Y si, existe cierto elemento rolero, ya que subes de nivel, pero lo único que se consigue es mejorar un poquito la barra de vida y el ataque de nuestra voluptuosa princesa sin posibilidad de mejorar manualmente sus estadísticas.

Únicamente existe un aliciente interesante que lo hace rejugable y que puede picar nuestro interés, y es que una vez que demos “una vuelta al juego” y empecemos una partida +, se irán desbloqueando nuevas princesas con distintas propiedades que afectan a la forma de jugar. Por citar dos ejemplos, la “Princesa Enfadada” nos obliga a jugar con otro personaje mientras el fantasma de nuestra princesa Sarah nos acecha y entorpece nuestro camino, mientras que la “Princesa Borracha” bueno, pues…digamos que las fases están en continuo movimiento, generando esa terrible sensación que hemos sentido en nuestras pieles alguna vez cuando nos hemos tomado unas copas de más. Rejugabilidad dirán unos, pero no deja de ser un extra (necesario por otra parte para sacar el final verdadero) sin mucha complicación, ya que los escenarios seguirán siendo los mismos.

Los enemigos finales aportan algo fresco a Amazing Princess Sarah, y es que en vez de estar creados con esa estética “pixel-art”, están en su mayoría desarrollados en 3D. Contamos con 5 final bosses, uno por mazmorra, y aunque son bastante fáciles de derrotar, su diseño no están del todo mal conseguidos. Puede que sea su presencia la que nos gusta, el pequeño cambio de rutinas que nos plantea o la grata noticia de que esa fase llega a su fin (fases que rondan los 20 minutos aproximadamente), pero es cierto que nos arrojan un soplo de aire fresco que es de agradecer. Tranquilos, que si morimos no volveremos al principio de la pantalla, una suerte de checkpoints con claras referencias a Castlevania estarán dispersos por el mapeado para salvarnos el pellejo y la angustia de repetir todo el nivel.
La música, otro de los elementos que podría destacar de Amazing Princess Sarah si mantuviese esa esencia clásica del videojuego, tampoco es relevante en sus composiciones. No está del todo mal y cumple su función de acompañarnos en cada mazmorra, pero no será de esas melodías que se nos quedan en la memoria y luego estamos todo el día tarareándolas.
https://www.youtube.com/watch?v=i8rZ_yx975w