¿Qué nadie quiere pensar en el mago? Blightbound adorna la exploración de mazmorras con una preciosa estética.
De la mano de Ronimo Games y Devolver Digital llega a las consolas Xbox el videojuego de exploración de mazmorras Blightbound con una propuesta de juego que es amigable para gran parte del público y que viene empaquetada bajo un precioso apartado artístico. Las tres míticas clases de asesino, guerrero y mago hacen acto de presencia y nos llevarán a plantar cara a situaciones cada vez más difíciles bien sea junto a otros jugadores o amigos en línea, así como también junto a bots controlados por la inteligencia artificial.
Un sistema de juego tan complejo como el jugador lo quiera.
A Blightbound no le queda grande el título de videojuego de exploración de mazmorras, pero tampoco viene a que recorramos los sótanos del infierno en cada partida y ofrece un sistema de juego bastante balanceado. Ya desde el principio tendremos la posibilidad de afrontar misiones un peldaño por encima de la habilidad con la que contamos o echarle un ojo al amplio sistema de mejoras por implementar, elementos que no echan para atrás y que todo lo contrario animan a irlos descubriendo.
Las clases de asesino, mago y guerrero están bastante diferenciadas entre sí y jugar con cada una es un mundo aparte. El asesino será perfecto para encarar a los enemigos de nivel medio, mientras que el mago podrá prestar su apoyo para curación e ir lanzando ataques a larga distancia, y por último el guerrero no se despeinará al momento de hacer frente a los jefes finales de cada mazmorra tanto recibiendo todo el daño por sus camaradas como también acertando contundentes golpes.
Pese al amplio abanico de posibilidades que se irá abriendo en forma de nuevos personajes dentro de cada una de las categorías y mejores recompensas para mejorar a cada clase es que partidas orientadas a simplemente plantar cara a los malos también son permitidas. Tendremos las cosas un poco más difíciles si no vamos con cuidado, pero es de agradecer que sea el jugador quien voluntariamente se sumerja en todos los menús y no el videojuego el que imponga qué paso dar a cada rato.
¿Por dónde veníamos?
Antes de plantar cara a las abominaciones de “La Plaga”, que es el mal que aqueja al mundo de Bligthbound, siempre empezaremos desde un hub central en el cual nos encontramos a los distintos personajes, árboles de habilidades y la sección para elegir misión. Bien sean las del tipo que nos hacen avanzar en la historia de un determinado personaje u otras que a cambio de mayor reto también otorgan recompensas más atractivas, queda entonces a decisión del jugador decidir cuál es su siguiente paso.
Una vez tenemos todo preparado es que podemos dar inicio a las incursiones hacia las mazmorras, tarea que se puede hacer junto a bots o en línea. La experiencia en solitario junto a bots se siente bien pero no terminan de ser compañeros muy útiles y es que coordinarse o atacar con cierta estrategia es algo de lo que carece la inteligencia artificial. Esto resulta por ser una pena y es que jugar en solitario compensa por lo bien ejecutadas que están las diferentes mecánicas de juego, pero no llega a ser una experiencia tan satisfactoria al momento de jugar en solitario.
Teniéndose que jugar sí o sí con una suscripción a Xbox Live Gold es que entonces el claro objetivo de Blightbound es que aprovechemos al máximo el juego en línea, bien sea por equipos formados junto a amigos o junto a otros jugadores que navegan las aguas del internet. El jugar con amigos es divertido de por sí y no es una característica que este videojuego en particular explote, no hay incentivos para jugar junto a amigos, los acertijos son bastante sencillos y las situaciones de combate o demás planteamientos del videojuego no dan motivos para que jugar con extraños sea muy diferente.
Lo preocupante es que cuando no se va con otros amigos el sistema de emparejamiento en línea tiene fallos, el primero es que debido a que antes de cada mazmorra elegimos el personaje con el cual vamos a ir puede pasar que una clase no sea demasiado popular, lo que nos lleve a esperar varios minutos y seguir sin encontrar partida. Como ejemplo me llegó a suceder que escogiendo a una asesina me pasé un buen rato sin encontrar partida por lo que decidí cancelar e ir con un mago, lo que a los pocos segundos me permitió emparejarme con otros dos jugadores de la clase de asesino y guerrero.
Este problema para encontrar partidas a veces puede ser debido a la falta de popularidad de un personaje o en otras ocasiones simplemente no funcionar sin importar la clase que se elija. Bien puede deberse esto a que el sistema de emparejamiento no funcione bien o que por el contrario la cantidad de personas jugando sea tan reducida que no sea posible hallar alguien con quien jugar.
Un mundo sumergido en la oscuridad.
Dejando de lado los problemas para jugar con otras personas, que serán molestos en función de qué tan sociables seamos es que el núcleo del videojuego sí que está muy bien conseguido. Jugar con mando se siente bastante cómodo teniendo en cuenta todo lo que puede hacer cada personaje, ataques básicos, ataques pesados, esquivar, ataques especiales, y todo en un perfecto flujo que a los pocos minutos de jugar se le va cogiendo gusto. Una partida puede llevarnos unos 30 minutos aproximadamente, siendo tiempo suficiente para no llegar a hacerse pesado, pero tampoco dar la sensación de que esto vaya a ser un paseo.
Como mencionaba previamente, antes de sumergirse a cada mazmorra podemos ver su nivel de dificultad, por lo que siempre podemos saber a qué atenernos una vez estamos dentro, estando la dificultad muy bien balanceada. Me sale mal no aplaudir más el apartado estético del videojuego y es que la perspectiva en 2.5 D con personajes dibujados es sencillamente genial, recordando en muchas ocasiones a la serie Trine aunque con un toque mucho más violento. El hecho de que lo bien conseguido que está el arte del videojuego tal vez no sobresalga tanto tal vez se deba porque la atmosfera general de las mazmorras tiende a ser un tanto similar así que si bien al principio es un gusto ver el videojuego en movimiento es cierto que el sentimiento de asombro se va desgastando.
Tanto jugadores que se mueven como pez en el agua en el género de la exploración de mazmorras como quienes deseen aventurarse a una propuesta que tal vez no le sea muy familiar son bienvenidos en Blightbound. Es una pena que la experiencia en línea no termine de estar todo lo pulido que se esperaría, pero si se está dispuesto a que en ocasiones tocará tirar de bots es que el videojuego tiene mecánicas de juego que son divertidas y un montón de posibilidades que entre más se ahondan entregan nuevas posibilidades al momento de encarar a los enemigos que acechan en la oscuridad de Blightbound.
Blightbound
Pros
- Las mecánicas de juego son divertidas y cada clase las explota de diferente formas
- Su estética es bastante llamativa pese a que puede agotar con el tiempo
- Amplia variedad de mejora de los personajes
- El jugador puede ajustar el nivel de desafío con libertad
Cons
- El matchmaking puede tardar bastante o no funcionar
- La inteligencia artificial de los bots aliados deja mucho que desear
- El argumento narrativo no es muy interesante