Conoce a un samurái con multitud de carencias… que se suplen con implantes cibernéticos

Los ninjas y samuráis nacen con una habilidad innata para el combate. Eso es innegable, pues la historia de los videojuegos ha corroborado este hecho y nosotros hemos sido testigos durante décadas. Sus increíbles reflejos, su alta capacidad de prever los golpes del rival, su gracilidad por tierra, mar y aire… un compendio de virtudes dignas de grandes hazañas. Aunque para grandes virtudes, las que tiene el protagonista de Blind Fate: Edo no Yami, donde controlaremos a un guerrero cuya ceguera no le va a a impedir completar su misión.

Acata, obedece, mata

Troglobytes Games son los encargados de brindarnos un mundo distópico donde el shogunato se mezcla con un ambiente cyberpunk. En este ambiente futurista está nuestra protagonista, un guerrero samurái contratado para obedecer y matar sin cuestionarse nada. Por desgracia, un día la suerte no sonríe a nuestro héroe, y es sobrepasado por una antigua semi-Diosa que no duda en arrancarle los ojos, brazos y piernas como castigo de todos nuestros males.

No todo son malas noticias, y es que en este mundo robotizado, hay aliados inesperados capaces de ayudarnos en los momentos más oscuros. Es lo que ocurre con Tengu, una IA que con implantes consigue recomponernos de nuestros desmembramientos, y lo que es más importante, ofrecernos visión gracias a la máscara de Oni. Este artefacto será la base principal en la que se sostiene Blind Fate: Edo no Yami, y a contiuación os explicaremos los motivos.

Visión cyberninja

La máscara de Oni nos permite permite ver el mundo de una manera virtual. A través de unos implantes, podremos recrear zonas que conocemos de tiempos pretéritos, aunque debido al paso del tiempo el terreno ha sufrido variaciones y habrá lugares que no sigan estando de la manera que nos imaginamos. Contaremos con tres tipos de sensores adaptados a diferentes registros. Podremos “ver” el sonido, los olores y el calor que desprenden los enemigos y objetos del escenario, y esto condicionará los combates que viviremos en cada fase.

Aunque el juego te obliga a medir cada combate, vigilar tu barra de estamina y controlar los tiempos de acción, no estamos ante un denominado souls-like. Es cierto que si nos golpean tres veces seguidas estamos muertos, pero no llega a los picos de dificultad visto en la saga de From Software. Blind Fate: Edo no Yami nos obliga a cambiar de registro de manera continuada para detectar a los enemigos que vienen a por nosotros. Si es un robot pesado, veremos ondas cuando pisa fuerte en el suelo si activamos el espectro del sonido. Si huelen mal, como unas tortugas asesinas sin ganas de ducharse, observaremos cómo emana un vaposcillo de su cuerpo. Y para los rivales más “calurosos” tenemos el filtro de temperatura a nuestra disposición.

Como Sam Fisher, pero más feudal

Al principio cuesta entender todos estos cambios. Uno va con cautela por cada estancia, y pese a los tutoriales, será normal que nos comamos algún golpe del enemigo. Pero con práctica y conociendo al rival, sabremos controlar todas las situaciones que el juego plantea. No es que haya una variedad ingente de “masillas” esperando a ser derrotados, pero sí los suficientes para explorar todas nuestras virtudes cibernéticas. Además, con el tiempo iremos desbloqueando una rama de habilidades para tener un set de técnicas más completa y variada.

Aparte de todo el tema relacionado con la Máscara de Oni, al final de cada fase nos enfrentaremos al típico enemigo final. Sus mecánicas, basadas en una serie de patrones, serán muy diferentes respecto a los adversarios comunes. No es que sea muy complejo de pillar sus esquemas de ataque, aunque alguno se hace algo más largo de lo estipulado. Y una distracción en estos momentos puede suponer que nos quedemos sin vida, asi que andaros con ojo. O sin él, si tenéis una máscara disponible por casa.

Ver el mundo de color de rosa

Visualmente Blind Fate: Edo no Yami es una propuesta muy variada. Desde edificios futuristas, bosques frondosos o pasando por sus cuevas ancestrales. Todo cumple a la perfección para ofrecer una buena ambientación. Puede que donde falle un poco más es en los movimientos, tanto nuestros como de los enemigos. No se percibe una fluidez natural, y algunas evasiones se ven forzadas. En mitad de la fase no pasa nada si “fallamos” y volvemos a repetir ese tramo, ya que reapareceremos con toda la vida llena y sin perder nada de nuestro inventario o experiencia. Pero en los combates contra un final-boss, duele más tener que repetir la batalla por un fallo en la ejecución de la esquiva.

Mención especial a los textos del juego, en un perfecto español (como no podía ser de otra forma, dada la naturaleza del estudio). Ya no sólo es que estén en nuestro idioma, sino que la manera de hablar, mezclando juramentos solemnes con conversaciones más gamberras, hacen que estemos pendiente de todos los diálogos del juego.

Conclusión de Blind Fate: Edo no Yami

Aunque todo el tema de los ninjas (sean cibernéticos o no) es un tema que hemos visto ya en cientos de ocasiones, Troglobytes Games ha sabido dotar a su obra de algo distinto. Y ese algo distinto sin duda es la Máscara de Oni. Nuestro ninja invidente vuelva a la senda del guerrero gracias a este artilugio que le permite percibir el mundo que le rodea de una manera muy original. Y aunque al principio cuesta un pelín hacerse con los tres “filtros de visión”, una vez que interioricemos sus mecánicas esto no supondrá un problema.

Puede que los enfrentamientos contra los final-bosses sean lo mejor y peor del juego. Son buenas porque cambian completamente el esquema de combate frente al resto de adversarios menores, pero su duración (y algún que otro fallo en la ejecución que tiene el juego) hace que repetir estos duelos sea algo tedioso. Por lo demás, estamos ante un producto muy completo, muy bien localizado y con la duración justa (unas 5-6 horas) para no caer en la repetición. ¡Larga vida a los cyberninjas!

Blind Fate: Edo no Yami

24.99€
7.5

Nota Final

7.5/10

Pros

  • Buena mezcla entre el mundo feudal y el mundo cibernético
  • La manera de "ver" el mundo es, cuanto menos, curiosa
  • Los diálogos están muy bien implementados

Cons

  • Se le da poca importancia al árbol de habilidades
  • Algunos combates se extienden demasiado
  • Hay algún que otro fallo en la ejección de los golpes y las esquivas

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