Apacigua a la bestia interna que asola Chronicles of the Wolf a base de golpes de acero
Los juegos estilo metroidvania es un género que nunca muere. De alguna manera acaban reinventándose gracias a propuestas desafiantes como Hollow Knight o ambientaciones únicas como hemos visto en Blasphemous. Pero de vez en cuando apetece una pizca de nostalgia. Una vuelta atrás al formato clásico. Y eso Chronicles of the Wolf lo cumple a la perfección. Si tenéis ganas de disfrutar una experiencia parecida a lo vivido con los primeros Castlevania, permanece atento a las palabras que citamos en el siguiente análisis.

Sin necesidad de luna llena
Migami Games junto con PQube y PixelHeart nos traen un título que bebe mucho de la mítica saga de Konami para que volvamos a nuestra infancia. Nosotros controlaremos a Mateo Lombardo, un aprendiz de la orden de la Cruz Rosa, que por trágicas circunstancias es la única persona superviviente de su grupo. Los lobos han sido culpable de que nos encontremos perdidos por una tétrica región francesa, y deberemos resolver los misterios que rodean a una gran bestia que atormenta a sus habitantes.
Como en cualquier metroidvania que se precie, en Chronicles of the Wolf empezaremos con pocas habilidades y una equipación bastante pobre. Poco a poco, a medida que exploremos el mapa, empezaremos a pertrecharnos con mejores armas, nuevos movimientos y magias que nos permitirán ser más solventes contra los enemigos y poder acceder a zonas antes imposible de alcanzar.

Ayuda humanitaria
Al principio parece fácil… Las primeras 2-3 horas las emplearemos en derrotar al malo de turno, conseguir la mejora oportuna y volver a esa zona del mapa que antes se nos resistía. Pero pasadas esas primeras horas tendremos que empezar a interactuar con los habitantes del pueblo, escuchar sus problemas e intentar resolverlos si queremos proseguir en la aventura por buen camino. Incluso la hora del día afectará para según qué misiones y los enemigos que salen a nuestro encuentro.
Sin tener aparentemente nada especial o que no hayamos visto antes, es cierto que Chronicles of the Wolf consigue atrapar. Ya digo, no sé si tenía muchas ganas de un metroidvania clásico, o es que poco a poco los misterios que rodean al gran lobo te obligan a seguir jugando. Los escenarios también ayudan a meterte más en la acción, ya que hay mucha variedad de situaciones. De hecho, los interiores me han sorprendido gratamente, porque no son las típicas paredes de un castillo (que también las hay). Visitaremos hospitales en ruinas, bibliotecas, centros de taxidermia… todo muy bien detallada y con encanto.
No es un juego fácil, y existen picos de dificultad en todo momento. Cuando estamos en equilibrio con nuestro nivel y matamos a los rivales con aparente facilidad, nos tocará entrar en una nueva zona que nos ponga contra las cuerdas. Eso está bien, y nos exigirá en (casi) todo momento estar ojo avizor con los enemigos.

Trazas old-school
Hay un aspecto que no facilita nada las cosas, y es el control de Mateo Lombardo. Estamos ante uno de esos juegos que hasta que no acabe una secuencia de animación, no podremos ejecutar el siguiente movimiento. Y a veces este factor da problemas. Por ejemplo, en muchas ocasiones me ha pasado que quiero saltar y rápidamente golpear a un monstruo a una altura concreta. Pues bien, si lo haces muy deprisa y golpeas antes que saltas, no habrá posibilidad de rectificación. Parece una tontería lo que estoy diciendo, pero al final Chronicles of the Wolf te impide golpear de manera fluida.
Ojo a los noveles en estos lares. Como he dicho, a partir de cierto momento de la aventura no es tan obvio el camino a seguir. Y aquí no hay minimapa ni nadie que te guíe por la campiña francesa. Si te pierdes, ( a mí me pasó) te tocará patear hasta dar con la tecla. Y otro aspecto también clásico pero veo imprescindible, son las estatuas de guardado. Como no guardes a menudo en estos sitios, todo tu progreso se irá al traste. Es la gracia y el factor estratégico en según que momentos que le da “vidilla” al propio metroidvania.



Conclusión de Chronicles of the Wolf
Migami Games junto con PQube y PixelHeart nos brindan un metroidvania clásico, de toda la vida. Encarnaremos a Mateo Lombardo en una misión de averiguar los secretos que hay tras la bestia que está asolando varios pueblos al sur de Francia. Pese a un esquema clásico, con algún que otro fallo en los controles, el título consigue atrapar por una historia que va mejorando tras las horas con unos escenarios muy bien diseñados. Tiene un nivel de dificultad bastante equilibrado que no permite relajarnos y que nos mantendrá alerta ante cualquier amenaza. Si te ves con fuerzas de derrotar a la gran bestia y adentrarte en zonas inexploradas por el hombre, no dudes en hacerte con Chronicles of the Wolf.