Carreras y lasaña con Garfield Kart Furious Racing
Semana de carreras una vez más, pero esta vez sin policías, ni piezas de alto rendimiento. En esta ocasión he tenido entre mis manos un simpático juego de Karts con Garfield como protagonista. Una propuesta a priori sencilla y amigable que puede no ser el contendiente adecuado en el mercado actual pero que quizás tenga su sector de mercado en los más jóvenes de la casa.

Como comentaba, Garfield Kart Furious Racing es otro juego de karts con mascotas populares. Esto implica, o debería implicar, un despliegue de personajes reconocibles, escenarios carismáticos y guiños a la franquicia a la que homenajea. Sin embargo, debo advertir que no estamos ante un juego basado en las tiras cómicas clásicas de Garfield, ni tampoco en la serie animada de los 90′ con el gato naranja y sus amigos. Pues el título se basa en las aventuras actuales del peludo comilón.
Garfield Kart Furious Racing es otro juego de karts con mascotas
De esta forma entre el elenco de personajes jugables podemos encontrar a las caras actuales de la serie, con karts inspirados en ellos y algún que otro objeto que probablemente esté relacionado con el lore. Pero lejos de ser algo lleno de vida y variedad, los personajes seleccionables son bastante escuetos. Cabe destacar que la personalización radica en los accesorios dado que los karts son tantos como pilotos hay.

Si nos centramos en la parte personalizable, el juego ofrece una serie de sombreros y alerones que equipar a nuestro personaje y kart. Estos objetos alteran las estadísticas, lo cual nos invita a buscar la mejor combinación de piloto, vehículo, alerón y sombrero para pulir a nuestro piloto perfecto. Cada objeto que queramos adquirir está ligado a alguna condición de desbloqueo, es decir que debemos superar pruebas contrarreloj, torneos o carreras individuales para adquirir nuevos accesorios. Más no solo eso, cada pieza tiene tres rangos que se consiguen superando cada condición en cada una de las dificultades del juego.
Cada objeto que queramos adquirir está ligado a alguna condición de desbloqueo
Como todo juego apto para todos los públicos que se precie, Garfield Kart Furious Racing dispone de varias dificultad a escoger. Entre estas tenemos el modo fácil, el normal y el difícil, los cuales además van ligados a la cilindrada del vehículo. De esta forma cada dificultad equivale a 50cc, 100cc y 150cc. Realmente son las velocidades típicas del género. A la dificultad que la IA adquiere siempre hay que añadirle la velocidad a la que sucede la situación y los objetos con los que nos puedan atacar los rivales.
Porque de eso van estos juegos, de batallas sin cuartel por el primer lugar, y eso no se consigue solo siendo el mejor piloto… no amigos. Como es de esperar disponemos de todo un arsenal de armas de destrucción masiva para amedrentar a nuestros competidores y alcanzar la pole. Entre lasañas teledigiradas, lasañas resbaladizas en la calzada y hasta aparatos alienígenas, debemos sortear los objetos enemigos mientras disparamos con precisión los nuestros.
Aunque no todo se limita a conducir y usar las armas sin control, pues cada recorrido tiene varias piezas de puzzle para encontrar. Muchas de estas están en lugares escondidos o de difícil acceso, por ende es esencial guardarnos el objeto clave que nos permita saltar para alcanzar como sea cada pieza. Acostumbran a ser fáciles de hallar, pero no de coger. Cada una de estas parte completan pequeños cuadros de la galería con escenas de los personajes.
Cada recorrido tiene varias piezas de puzzle para encontrar
A nivel jugable no estamos ante la revolución del género, pero podríamos decir que cumple lo suficiente. Si bien algunas físicas me han resultado erráticas o poco coherentes, el juego se deja conducir bastante bien. Con la sencillez de acelerar con RT y derrapar manteniendo pulsada la A, todo es cuestión de trazar correctamente las curvas. El mítico turbo y súper turbo hacen acto de presencia si sincronizamos correctamente el brillo de los neumáticos con el derrape, lo cual resulta bastante satisfactorio.
Por desgracia el juego solo ofrece unos 16 circuitos y 4 copas donde disputarlos. No es que haya muchos lugares a los que ir, pero por lo menos son bastante variados entre si. Desde montañas nevadas a fabricas de salsa, pasando por puertos y campos de trigo podemos disfrutar de paisajes bastante bonitos. Si bien “bonito” se podría aplicar al diseño general, tampoco es que estemos ante un despliegue técnico y visual. Más bien es un juego que cumple lo justo con los modelos en los que se basa (la serie en CGI) y que trata de contentar a su público objetivo.
En cuanto al modo multijugador, la única opción es la pantalla partida local. Esta admite hasta cuatro jugadores. Es de agradecer que no se olviden de los modos cooperativos o competitivos locales, puesto que es una herramienta clave para compartir y disfrutar los juegos más arcade. A nivel online, el juego tan solo ofrece marcadores en línea para contrarreloj.
Solo ofrece unos 16 circuitos y 4 copas
También hay que pensar en los pequeños de la casa, y en eso Garfield Kart Furious Racing ha dado en el clavo. Cierto es que Crash Team Racing puede ser más resultón, técnicamente sobresaliente y desafiante, pero a los peques de la casa quizás no es lo que esperen en un juego. Pues la sencillez, los sonidos amigables y la exigencia baja para pilotar son un punto a favor para el público más inexperto que comienza a aventurarse en el fantástico mundo de los videojuegos.

En definitiva, Garfield Kart Furious Racing no es el mejor juego de Karts que haya jugado y peca de una banda sonora escasa junto a físicas poco detalladas comparadas con otros títulos. Sin embargo, cada juego tiene un público objetivo, algo que parece que este tiene claro a la hora de poner su propuesta al alcance de los seguidores de la serie homónima.