Horace aprenderá a base de saltos y vivencias el comportamiento humano, con sus defectos y sus cualidades
¿Os acordáis de una novela y/o película llamada El Hombre Bicentenario? Cuenta la historia de un robot que va tomando consciencia humana y pensamiento crítico a medida que interactúa con las personas. Un relato de ciencia ficción que nos relata las virtudes y defectos de la humanidad, y nos habla sobre la vida, la muerte, la libertad o incluso la esclavitud, entre otros temas. Tomando ese testigo, los chicos de 505 Games junto con Paul Helman y Sean Scaplehorn han desarrollado Horace, una obra que nos invita a vivir las experiencias de un robot con su familia humana, mientras va superando fases y fases a base de saltos.
Bienvenido a tu nuevo hogar
A través de una estética muy colorida y pixelada, nosotros controlaremos a Horace desde el día de su primer inicio con su nueva familia. Poco a poco, aprenderá ciertos valores éticos y morales mientras hace las labores del hogar, hasta que un trágico accidente le rompe sus esquemas y le inducen un estado de un shock.
A partir de ese momento, estaremos desconectados del mundo terrenal. Una guerra pasará en nuestro estado de desconexión, alterando nuestro ritmo de vida, lugares conocidos y estatus social que teníamos. Por suerte, tendremos una tarea consistente en conseguir un millón de piezas de chatarra que nos mantendrá la mente ocupada y al mismo tiempo, iremos buscando a los miembros de nuestra familia que siguen vivos… aunque no todos siguen teniendo las mismas intenciones ni serán tan simpáticos.
Saltos con emoción
Horace hace bastante hincapié en la trama que se va desarrollando, siendo una parte fundamental en todo momento y uno de los ganchos que nos harán estar pegados a la pantalla. La cantidad de situaciones que iremos viviendo sólo se equiparan a las fases de plataformas que tendremos por delante. Y ojo, porque son niveles desafiantes pese al aparente tono infantil que puede tener el título.
Aunque al principio contaremos con lo básico para poder superar cada pantalla, iremos consiguiendo varias mejoras que harán de nuestro robot una auténtica máquina para matar saltar. Desde zapatos que nos pegarán a las paredes, aspiradoras para recoger antes la chatarra hasta otros artefactos para poder bucear sin morir en el intento. Un sinfín de artilugios que serán importantes para ayudar a nuestros amigos. Las fases también tendrán sus diferenciaciones. Desde las típicas fases donde vamos a contrarreloj huyendo de un animal enorme, hasta aquellas en prisiones donde prima más el sigilo que nuestra habilidad con los saltos.
Viaje al pasado
No se queda aquí la cosa. Personalmente, Horace destaca en aquellos momentos sorpresa donde el título cambio radicalmente su jugabilidad. Desde secuencias donde planearemos en una especie de fase realizada en el clásico modo 7 de Super Nintendo, hasta persecuciones con carácter tridimensional o incluso desafíos al estilo Guitar Hero . Estos cambios que pillan por sorpresa son muy agradables para romper con la monotonía de las plataformas. Y si van incluidos con guiños a otros juegos clásicos como una partida al Pong, Outrun y derivados, queda un producto muy variado.
¿Dónde hay una actualización de nuestro robot?
Pese a su historia, mecánicas y humor, existen aspectos en Horace que no terminan de encajar. El principal problemas son los saltos de nuestro robot. Digamos que Horace tiene peso… y eso se nota a la hora de buscar la precisión necesaria en los momentos de plataformas más complejos. La inercia también tiene su papel protagonista, y habrá que controlar perfectamente la carrerilla que tomaremos antes de quitar los pies del suelo. También encuentro cierta repetición de mecánicas que pueden llegar a aburrir. Está genial que haya una pantalla donde usar los zapatos antigravitatorios, pero cuando llevas dos horas volteando cada pantalla, todo empieza a resultar pesado.
En su apartado audiovisual, estamos ante una maravilla. Especialmente teniendo en cuenta que el juego lo han desarrollado prácticamente dos personas: Paul Helman y Sean Scaplehorn . Me encanta el cambio de planos que tiene el juego, alternando el “pixel gordo” cuando se acerca la cámara, y un pixel más detallado si nos encontramos en escenarios más amplios. Además, el título no se queda anclado en un estilo particular, y encontraremos situaciones de lo más pintorescas que rompen lo estipulado por el propio título.
Toda la historia, narrada por el mismo Horace, está en un perfecto inglés muy ameno para los oídos. Eso sí, si no somos muy duchos con el idioma de Shakespeare, siempre podemos poner los textos a nuestro idioma. Y ya para darle más empaque al producto final, destaca su banda sonora, con piezas clásicas adaptadas al estilo MIDI que rebosa el juego por los cuatro costados.
Conclusión de Horace
Los amantes de los títulos de plataformas pueden frotarse las manos con el juego desarrollado por Paul Helman y Sean Scaplehorn junto con 505 Games. Aparte de ser una propuesta desafiante y variada, contiene una trama que engancha y nos mantiene pegados a la pantalla en todo momento. Es cierto que algunas mecánicas pueden llegar a ser repetitivas, pero se contrarrestan con una serie de mini-juegos muy bien implementados. Si quieres conocer la vida y obra de Horace, no dejes pasar esta joyita indie.
Horace
14.99€Pros
- Plataformas desafiantes
- Hay muchos mini-juegos y guiños al pasado
- Visualmente es muy notable
Cons
- Algunas mecánicas jugables pueden resultar pesadas
- Curva de dificultad mal medida... especialmente para quienes no sean muy hábiles con juegos de plataformas
- Tanto buscar chatarra... puede llegar a cansar