En el siglo XIX, Inglaterra y Francia libran un sangriento conflicto bélico que, por azares del destino, se ve interrumpido gracias al descubrimiento de la Volatita, un material que podría inclinar la balanza de la guerra a favor de una de las dos potencias gracias a su aplicación en la fabricación de unas máquinas de guerra de vapor denominados Ironcast. No obstante, uno de los países roba los secretos y una muestra del material para reproducir la tecnología de su enemigo, dando paso a unas batallas a gran escala sin precedentes entre estos gigantes metálicos.
Desarrollado por Dreadbit y publicado por Ripstone Ltd, llega a Xbox ONE esta mezcla de géneros a caballo entre la estrategia por turnos, el rol, la gestión de recursos y el “Match 3”.
Poneos cómodos, porque empezamos con el análisis de Ironcast…
GRÁFICOS:
Estamos acostumbrados a las imágenes estáticas en este tipo de juegos de puzle, pero Ironcast nos regala unas máquinas animadas, que si bien no lucen espectaculares dado que su apartado gráfico es más bien justo como en casi todos los títulos del género que nos ocupa, sí que puede presumir de unas animaciones bastante curiosas a la hora de disparar, activar los campos de energía o representar los daños que sufrimos al ser alcanzados por los impactos enemigos, que le dan un toque más “moderno” de lo habitual.
Todo se desarrolla en 2D y lo único que hará nuestra máquina de guerra es avanzar andando hacia la derecha, por lo que las animaciones y por consiguiente el apartado gráfico se reducen a los efectos antes mencionados y este movimiento de scroll horizontal. No veremos efectos de luz dinámicos ni nada por el estilo, pero eso ya podíamos imaginarlo, por lo que al no esperar encontrárnoslos, no sufriremos decepción alguna en este aspecto.
Al tratarse de una mezcla de géneros, el juego se antoja bastante complicado hasta que hemos avanzado bastante, por lo que la curva de dificultad podría considerarse muy elevada para según que tipo público, y esto es algo a tener en cuenta ya que no se trata de un juego de puzles al uso.
Por un lado tenemos el apartado del Match 3, en el que deberemos encadenar las clásicas fichas del mismo color para destruirlas y así obtener diversas bonificaciones y acceso a acciones adicionales, aunque no se trata del sistema tradicional de seleccionarlas, ya que al resaltar una podremos movernos en cualquier dirección (incluyendo diagonales) para encadenar todas y cada una de las fichas del mismo tipo/color que encontramos en el camino, lo que nos permitirá darle cierto toque estratégico ya que las batallas se desarrollan por turnos. Eso sí, dado que podremos movernos en diagonal por el panel, debemos comentar que el control en ese aspecto no está demasiado bien depurado, y ocasionará que a veces suframos o bien movimientos que no queríamos llevar a cabo, o imprecisiones en los mismos del tipo “resalto cuatro fichas en lugar de seis porque el control así lo ha querido”.
Cuando hayamos realizado una serie de movimientos y acciones determinadas, dicho turno terminará y tocará a nuestro contrincante mover ficha, por lo que deberemos haber dejado la guardia alta a modo de escudos defensivos, o haber ordenado a nuestra máquina avanzar hacia su posición para que los impactos surtan un efecto mayor.
Las fichas se dividen en Ataque, Refrigeración, Reparación y Energía. Las primeras cargarán nuestras armas para que podamos utilizarlas contra el enemigo, las segundas para que nuestra máquina no se sobrecaliente y no perdamos un precioso ataque en ese turno, las de energía para el movimiento y las de reparación para poder seguir con vida, ya que nuestra máquina de guerra consta de cuatro puntos clave que se verán dañados con cada ataque que suframos, y que deberán ser reparadas de forma individual para seguir con vida, ya que si nos destruyen alguna podemos decir adiós a los escudos, el movimiento e incluso la capacidad de disparar.
Cuando terminemos un enfrentamiento, podremos viajar al cuartel general donde podremos reparar nuestra máquina, subir de nivel, o modificarla gracias al amplio abanico de opciones de personalización con el que cuenta nuestro Ironcast. Si, este es uno de los mayores atractivos del título, pues podremos configurarlo de muy diversas formas, tanto a nivel visual, como en lo que a potencia se refiere, adaptándolo en gran medida a nuestro sistema de juego.
Para terminar, reseñar que el título cuenta con una gran traducción al castellano, y no hemos detectado errores significativos.
Las melodías no están nada mal, aunque en realidad estaremos tan centrados en acabar con nuestros rivales, que prácticamente no les haremos caso. Por otro lado, cabe comentar tampoco son muy variadas.
Los sonidos de impacto, explosiones, recargas y escudos son bastante buenos, pero poco más.
El modo campaña consta de una duración bastante decente, y si queremos llevar al máximo nivel a nuestro Ironcast, el juego nos va a ofrecer diversión a raudales durante bastante tiempo.
Eso, siempre y cuando seas capaz de ajustarte a su acentuada curva de dificultad, pues insistimos en que no es un título sencillo.
¿Qué os ha parecido Ironcast? (Opinad en nuestro Foro).