Shelly «Bombshell» Harrison ha vuelto y esta vez se va de viaje por los Estados Unidos en una aventura interactiva en primera persona llena hasta las trancas de acción
Phantom Fury, desarrollado por Slipgate Ironworks y publicado por 3D Realms, recupera a la protagonista Shelly “Bombshell” Harrison de Ion Fury en un nuevo shooter en primera persona que mezcla acción intensa con la narrativa de una road movie. Tras su lanzamiento inicial en PC, el juego llega ahora a Xbox, prometiendo una mezcla de nostalgia y nuevas emociones en su salto hacia una nueva generación de FPS. Si Ion Fury era como Duke Nukem 3D, este se parece más a los shooters del año 2000.
Una secuela en toda regla
La narrativa del juego arranca unos años después de la batalla de Shelly contra Jadus Heskel. Al despertar de un coma con un nuevo brazo biónico, se ve rápidamente inmersa en una misión para asegurar el núcleo demoníaco, embarcándose en un viaje que la lleva a través de los Estados Unidos. Esta premisa prepara el terreno para una serie de entornos diversos y atractivos, desde el interior de un hotel en Albuquerque hasta las calles de Chicago. El aspecto de road movie del juego le da un sabor único, haciendo que cada lugar parezca distinto y parte de una aventura mayor.
Una de las características más interesantes de Phantom Fury es su mundo altamente interactivo, sobre todo si lo comparamos con los juegos que lo inspiraron. Los entornos están llenos de elementos interactivos que hacen que el mundo parezca vivo, ya que se puede interactuar con ordenadores, dar paseos en helicóptero e incluso jugar a máquinas recreativas. Este nivel de interactividad añade una capa de inmersión que no era tan frecuente en la época y que a menudo se echa de menos en los shooters actuales.

Jugabilidad con sabor a clásico
La jugabilidad de Phantom Fury es una interesante mezcla de acción y combate táctico. Con más de dos docenas de armas a nuestra disposición, incluidas nuevas incorporaciones como escopetas perforantes y disparadores de espuma electrificada, el juego ofrece una gran variedad de formas de despachar a los enemigos. La posibilidad de mejorar y modificar estas armas mejora aún más la experiencia de combate, permitiendo adaptar el arsenal a nuestro estilo de juego y probar cosas nuevas. La inclusión de habilidades y mejoras desbloqueables para el brazo biónico y el traje de Shelly también añade una capa de profundidad a la jugabilidad, haciendo que cada encuentro parezca algo que podrías abordar de forma diferente la próxima vez que juguemos.
Merece la pena destacar el diseño de los enemigos en Phantom Fury, ya que presenta una mezcla de cyborgs, soldados y mutantes, cada uno con habilidades únicas que desafían al jugador de diferentes maneras. Las batallas contra los jefes, en particular, son muy divertidas y empujan a los jugadores a utilizar diferentes habilidades y armas para luchar contra ellos.
En cuanto a los controles, Phantom Fury se maneja bien con el mando de Xbox. La acción trepidante exige reflejos rápidos y precisión a la hora de apuntar, y los controles del juego responden lo suficiente para satisfacer estas demandas.

Apartado técnico y sonoro
Sin embargo, Phantom Fury tiene sus inconvenientes. Aunque los gráficos y la banda sonora de inspiración retro contribuyen a su encanto, algunos jugadores pueden encontrar el estilo visual un poco anticuado, ya que no es tan “retro” como el juego anterior, pero tampoco está a la altura de los estándares actuales. Además, nos hemos topado con algunos pequeños errores que pueden restar valor a la experiencia en general. No es que rompan el juego, pero si no se solucionan pueden resultar frustrantes.
La banda sonora, que combina música retro con melodías más intensas en escenas trepidantes, complementa muy bien la atmósfera caótica del juego. Los efectos de sonido también son nítidos e impactantes, lo que mejora la experiencia sensorial general del juego. El título está totalmente traducido al castellano.

Conclusiones
En conclusión, Phantom Fury combina con éxito la estética retro con la mecánica de juego moderna para ofrecer una sólida experiencia de shooter en primera persona. Su atractiva narrativa, sus diversos entornos y su mundo altamente interactivo hacen que destaque en el saturado género de los FPS. Aunque tiene sus problemas técnicos y está un poco en tierra de nadie entre mundos y épocas, los puntos fuertes del juego superan a sus debilidades, por lo que merece la pena añadirlo a la biblioteca de cualquier aficionado a los FPS en Xbox Series.
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