Enfréntate a los peligros del yermo en RAD, el nuevo título de Double Fine y Bandai Namco

Double Fine siempre ha sido un estudio de desarrollo independiente de los más queridos, respetados y destacados de los últimos años. Esto quizás se lo deban a Tim Schafer, su director, quien ha firmado muchas obras de culto hasta la fecha y una de las figuras más carismáticas dentro del sector del videojuego. Sin embargo, afirmar que el estudio se sostiene únicamente por él, sería absolutamente absurdo y desdeñable por nuestra parte, pues en él se encuentran creativos de mucha calidad, pues así lo atesoran sus proyectos y trabajos.

A su vez, Double Fine siempre ha sido un estudio que se ha sentido muy cómodo en el género de aventuras gráficas, pues después de todo son maestros de este arte. No obstante, ya han demostrado, y con creces, que se pueden lanzar a casi cualquier género o reto que se les plantee. Sus creaciones abarcan muchos estilos y temas, con los cuales en muchas ocasiones han generado polémica o discrepancias en la comunidad debido a su característico sentido del humor. Esto ha parecido ser un motivo de peso, aunque más la trayectoria que atesora, para que Microsoft se fijara en ellos y decidiese adquirirlos con el fin de formar parte de su equipo de desarrollo interno.

Actualmente, el equipo de Schafer tiene diferentes proyectos en marcha, aunque los más cercanos son Psychonauts 2 y RAD. Este último es el motivo de este texto, pues en él vamos a analizarlo al detalle para ver qué tal le ha salido a Double Fine su incursión en el género del rogue-like.

RAD es, como hemos avanzado, la nueva propuesta de Double Fine que distribuye Bandai Namco. Esta apuesta por diferentes tendencias actuales como el rogue-like y las aúna en una mezcla más que atractiva con temática “punk ochentera”. Una oferta dentro de un mercado bien concurrido, pero que logra destacar por lo curioso y peculiar que resulta su planteamiento.

El título nos sitúa en un mundo desolado y destruido por dos apocalipsis, es decir, tenemos una ambientación “pos-posapocalíptica”. Dada esta situación, las esperanzas de prosperidad para la humanidad y sus pocos supervivientes son mínimas. Aún menos cuando todos los páramos sean convertido en yermos atestados de radiactividad y mutantes muy peligrosos que anhelan nuestra preciada vida. Así pues, ¿qué es lo podrían hacer estos supervienes?, pues obviamente tener plena fe en nosotros, los héroes. Como no hay otro pringado o pringada que se preste a ello, seremos quien se adentre en esas tierras hostiles para tratar de salvar al mundo. No obstante, nuestra osadía tiene un precio sobre nosotros, y es que nuestro cuerpo será atravesado por una cantidad ingente de radiactividad. Pero, por suerte una especie de chamán nos otorga la capacidad de poder absorber la radiactividad para nuestro beneficio y así tener poderes especiales gracias a poderosas mutaciones.

Siguiendo los cánones o las tendencias actuales, como habíamos comentado, las bases de RAD son las de un rogue-like. Como tal, cada partida será diferente y tendremos que adentrarnos en distintos escenarios o mundos divididos, a su vez, en dos fases cada uno. Estos escenarios son generados de forma procedural o aleatoria, cambiando así de diseño y estructuración en cada intento. El objetivo en cada uno de ellos será explorarlos para encontrar unos tótems, cada mapeado nos pedirá un número determinado de estos. Una vez encontrados y activados estos elementos, podemos acceder a un jefe final. De esta forma, iremos enfrentándonos consecutivamente a distintos enemigos mutantes y jefes, los cuales serán más fuertes y peligrosos a medida que superemos las distintas fases. En total hay una cantidad de seis mundos con dos escenarios cada uno, como habíamos dicho, completarlos todos en una partida nos desbloqueará uno de los finales que ofrece el juego.

Nuestro protagonista es un niño armado con un bate, el cual podremos elegir entre una serie de personajes al iniciar nuestra aventura. Escoger uno u otro no tiene una influencia directa sobre el desarrollo del juego, pues al final todos tienen el mismo sistema de combate o mecánicas. Entre los ataques de nuestro héroe o heroína, tendremos un golpe base con el bate que podemos combinar con una serie de acciones: si saltamos y hacemos el golpe mencionado, daremos una patada  y con el mismo salto también tenemos la posibilidad de hacer un golpe en caída muy poderoso. Las acciones que puede hacer nuestro personaje de inicio son básicamente esas, por lo que se nos antojan muy escasas. Sin embargo, la cosa mejora con creces en el momento que obtenemos suficiente experiencia como para mutar. Es ahí donde radica la verdadera gracia y magia del título, pues estas son totalmente aleatorias.

En cada partida obtendremos un poder distinto dado por una mutación, la cual no podremos escoger, así que la dificultad variará mucho según la que nos toque. Y eso es porque hay mutaciones más fuertes que otras. Así pues, nuestro cuerpo se transformará físicamente en híbridos entre humando y vampiros, cangrejos, serpientes, muertos vivientes, caballos o árboles, entre otros. De este modo,  tendremos ataques muy fuertes y representativos de cada una de las transformaciones.

Por otro lado, existen otro tipo de ventajas que se pueden combinar con las mutaciones físicas. Se trata de mutaciones internas, las cuales se pueden conseguir solamente al explorar unas mazmorras o cuevas subterráneas en cada escenario. Estas habilidades son pasivas que se pueden dividir en dos tipos: las Endo o las Exo. Ambos tipos nos pueden mejorar el ataque, la defensa o potenciar nuestro poder mutación. Por ello, podemos obtener inmunidad a daño por entorno, la capacidad de doble salto, planear con unas alas, velocidad de movimiento, etc…

La variedad en el juego es bastante notoria, tanto de enemigos como de objetos o mutaciones por descubrir. La primera partida es tan solo un ápice de cuanto tendremos que jugar o ver, pues la muerte, a pesar de no quererla, será una aliada más a tener en cuenta. Y eso es porque una vez caigamos en combate, subiremos de nivel. Y por consiguiente, nos recompensarán con mejores armas, objetos y habilidades. De esta forma, podremos empezar cada partida mejor pertrechados y con más posibilidades de sobrevivir.

Sin embargo, como tiende a ocurrir con muchos rogue-like, a pesar de toda esa variedad que hemos citado anteriormente y la aleatoriedad, la sensación o tendencia de cierta repetividad se hace presente a las pocas horas de juego. Por ello, la duración del juego viene medida meramente por los reintentos que seamos capaces de completar con éxito, o no. Este factor es un enemigo común en muchos videojuegos de este tipo del cual se salvan muy pocos, quizás sea porque los sistemas de progresión son poca recompensa para el jugador a largo plazo, o porque hacemos todo el rato lo mismo aunque cambien los elementos de sitio. Asimismo, RAD tiene un factor añadido que tampoco es que juegue muy a su favor, y es que los tiempos de carga son excesivamente largos. Esto es algo que no entendemos muy bien, pues al fin de cuentas, no es que tenga un apartado visual muy cargado o portentoso. Por otro lado, tampoco tiene mucha variedad de modos, más allá de la propia campaña o principal, ya que aparte de ese encontramos solamente un modo desafío diario. Este se basa sencillamente en competir contra otros jugadores en un ranking por obtener la máxima puntuación en un mismo escenario.

En cuanto el apartado audiovisual, ya hemos adelantado en el párrafo anterior que no estábamos ante ningún despliegue de medios, ni mucho menos, al fin y al cabo, es un desarrollo independiente apoyado por Bandai Namco que ha salido muy bien parado con los recursos que ha tenido. El diseño o estilo artístico que han escogido para esta obra choca un tanto de buenas a primeras por el acabado un tanto caótico, distorsionado o difuminado de la imagen, aunque a los pocos minutos de juego  te das cuenta que es una decisión muy bien tomada. Y eso se debe a que ese acabado, sumado a los modelados y colores saturados propios de los neones de los años ochenta, es una estética perfecta para el mundo postapocalíptico que querían plasmar. Por otro lado, la música es un acompañante perfecto a esa ambientación que crea el apartado gráfico a base de sintetizadores y guitarras eléctricas.

Conclusiones

RAD es una propuesta muy interesante por parte de Double Fine, la cual no revoluciona el género rogue-like pero sí que ofrece una interpretación lo bastante atractiva como para darle una oportunidad. Lo más llamativo del conjunto son las mutaciones y la cantidad de posibilidades que estas nos brindan, descubrirlas todas, así como los objetos y las situaciones que nos depara la aventura, es el incentivo perfecto como para querer empezar una nueva partida una y otra vez.

RAD

19,99€
7.7

Gráficos

7.8/10

Sonido

7.0/10

Jugabilidad

7.8/10

Duración/Diversión

8.0/10

Pros

  • El sistema de mutaciones es muy original
  • Es una propuesta muy divertida y entretenida
  • La ambientación está muy lograda

Cons

  • Tiempos de carga algo excesivos
  • Algunas mutaciones son poco útiles
  • Debido a su carácter rogue-like, puede llegar a hacerse repetitivo

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