Análisis de Tamarak Trail – Que los dados te acompañen

Análisis de Tamarak Trail para Xbox Series X.

En los últimos años, los deck building han ido ganando mucha popularidad entre los jugadores desde que en 2019 salió a la ventana Slay the Spire. El encanto de estos títulos radica en la creación de mazos de cartas. Comenzando con un conjunto básico, vamos formando uno nuevo conforme conseguimos más cartas durante la partida. Pero lo más interesante y lo que hace que estos juegos sean tan interesantes es que en cada partida tendremos un mazo distinto, con lo que la experiencia nunca es igual. Una característica que hace que este tipo de juegos pertenezcan al género roguelike.

Como es habitual cuando un juego gana fama, enseguida aparecen clones o títulos similares que intentan aprovechar el tirón del original. Esto suele acabar en una fatiga del género. No obstante, desarrolladoras como Yarrow Games consiguen darles una vuelta a sus propuestas para aportarles cierta originalidad. Es el caso de Tamarak Trail, un “dice building” bastante interesante.

La corrupción que cayó del cielo

Tamarak Trail no tiene una historia demasiado profunda. Su trama, más bien, sirve como excusa para ponernos en situación. Una noche, un misterioso meteorito cayó sobre el sendero de Tamarak. Al impactar, este extraño cuerpo celeste libero una niebla de corrupción que transformó a todos los animales del bosque en criaturas monstruosas.

Como miembros de la Logia Esturión, una sociedad secreta creada para proteger Tamarak Trail y a sus habitantes, deberemos hacer frente a esta presencia malévola para restaurar la paz.

Escoge bien tu camino

Cada run de Tamarak Trail la empezaremos en una cabaña. En este lugar, podremos ir desbloqueando nuevas estancias que nos aportarán beneficios para nuestras expediciones. Tendremos disponibles tres clases distintas de personajes: Detective, Mago y Rastreador. Al principio solo podremos jugar con la primera clase, pero poco a poco iremos desbloqueando las demás.

Una vez elegido a nuestro protagonista partiremos hacia el sendero. Como es habitual en este tipo de juegos, se nos presentará un mapa lleno de bifurcaciones. De nosotros depende escoger el camino que más nos convenga según la ocasión. A lo largo de la senda encontraremos combates contra enemigos normales, bosses, cofres del tesoro, campamentos o eventos aleatorios donde tendremos que elegir qué hacer.

El poder de los dados y el azar

Pero lo realmente interesante y novedoso del título de Yarrow Games se encuentra en sus mecánicas. Tamarak Trail sustituye las cartas de los juegos de creación de mazos por dados de seis caras. Cada cara tendrá una habilidad diferente representada por un dibujo. En los combates podremos tirar cada dado una vez siempre que tengamos suficientes puntos de poder. Hay dos formas de hacerlo: manual y automática.

Con la primera podremos elegir el dado que queremos tirar primero, la fuerza y la dirección. Esto va bien para realizar rebotes (otra mecánica importante que comentaré más adelante) o, con el segundo dado, darle la vuelta al primero si no nos ha gustado el resultado obtenido. El modo automático va bien cuando tengamos más de tres dados o cuando queramos ir más rápido.

Antes de atacar, veremos encima de cada enemigo la acción que realizará en su turno. En los juegos de cartas, esto permite reaccionar en consecuencia. En Tamarak Trail da la sensación de que dependemos más del azar que de la estrategia, por lo menos durante los primeros niveles.

Forja tu suerte

Para sobrevivir lo máximo posible en la travesía, deberemos crear nuestra propia suerte. Aquí es donde entra en juego uno de los aspectos que más me ha gustado del título: la Forja de Dados. Como comentaba unos párrafos antes, cuando completemos una batalla, se nos dará a elegir entre tres habilidades extra para nuestro dado. Antes de pasar al siguiente enfrentamiento, podremos entrar en el menú de forja para configurar nuestro dado como más nos guste con las habilidades o potenciadores que tengamos.

Podremos elegir qué habilidades poner en cada cara del dado, repitiéndolas si queremos para aumentar la probabilidad de que salgan en las tiradas. También podremos añadir núcleos, objetos que tienen diferentes efectos pasivos y que se consiguen en cofres y eventos. Las habilidades varían entre las más básicas, como ataque y defensa, hasta otras más poderosas, como las que provocan estados alterados o permiten voltear el dado para hacer ataques dobles, triples e “infinitos”. La mecánica de rebote hará que algunas habilidades ganen bufos. Si a esto le añadimos que conseguiremos un nuevo dado al vencer a un jefe, podremos llegar a realizar combos muy poderosos con una sola tirada.

Si con todo esto la suerte sigue sin sonreírnos, podremos hacer uso de las habilidades especiales de nuestro personaje. Estos poderes solo se podrán utilizar una sola vez por batalla. Por lo tanto, deberemos usarlos con cabeza.

Como un juego de mesa

A nivel gráfico, Tamarak Trail tiene un estilo artístico dibujado a mano. Sencillo pero bonito, transmite la sensación de estar disfrutando de un juego de mesa, con su tablero y todo. El diseño de los enemigos es lo suficientemente variado y los héroes son muy diferentes entre sí. Los símbolos de las caras de los dados también son muy originales, al mismo tiempo que reconocibles. En unas sesiones de juego nos sabremos de memoria lo que hace cada habilidad con solo ver su dibujo. Respecto al apartado sonoro, el título no tiene ningún tema demasiado destacable. La música de estilo medieval simplemente acompaña en los combates.

Por último, cabe destacar que el juego no cuenta con ningún doblaje, pero sí con textos en español. No obstante, me he encontrado con faltas de traducción en ciertas palabras de algunas líneas de texto y descripciones de habilidades u objetos.

En definitiva

A grandes rasgos, Tamarak Trail no ofrece nada que no se haya visto anteriormente en otros roguelikes del estilo: un recorrido con bifurcaciones de caminos, runs procedurales, combates por turnos, etc. No obstante, cambiar las cartas por dados aporta cierta frescura a la propuesta de Yarrow Games. Esta mecánica, junto a la personalización de los cubos, hace que el factor estratégico tenga más peso, pues tendremos que pensar bien cómo componemos cada dado. Por desgracia, esto no se empieza a notar hasta que avancemos bastante en el juego y hayamos muerto innumerables veces porque la suerte no nos ha acompañado en las tiradas.