La vuelta de la civilización humana se resuelve con puzles como bien vemos en The Talos Principle 2
Hace ya un buen puñado de años me maravillé con un juego de rompecabezas que escondía muchas virtudes. Su manera de resolver cada puzle me recordaba en parte a Portal, uno de esos títulos que marcan un antes y un después en la industria. Puede que fueran sus físicas, o la manera de contarte la historia, pero lo cierto que tanto por sus mecánicas como por su narrativa enganchaba de principio a fin. Es por eso que no he dudado en embaucarme en su segunda entrega, y es que The Talos Principle 2 aporta todo lo que ofrecía la entrega original, pero dotándole de un entorno mucho más rico y con más variedad de puzles como os comentaré en el siguiente análisis.
La vida de un autómata
Devolver Digital junto con Croteam repiten una aventura filosófica donde los puzles son el principal reclamo. En esta ocasión la historia tiene mucho más peso, presentando una ambientación única y futurista donde la humanidad ha sido asolada. Pero aunque no quede ningún trazo de humanidad desde un punto de vista biológico, sí que hay un movimiento por conservar la cultura que desarrollamos durante años. Para ello, existe un proyecto donde mil robots intentarán simular a las personas, en una ciudad utópica llamada Nueva Jerusalén.
Nosotros seremos el último robot en fabricar. El número mil que da por finiquitado el laborioso proyecto que hay entre manos. Pero precisamente, nuestra incorporación a la ciudad ha traído una serie de sucesos que están desestabilizando las bases de civilización preestablecidas. Un ente con forma de Prometeo nos avisará de la amenaza que sufriremos si proseguimos con el experimento. Justo después, el equipo de investigación de la ciudad capta una señal extraña proveniente de una isla remota. Junto con otros compañeros metálicos, no nos quedará otra que crear una expedición y emprender un camino hacia tierras remotas en busca de respuestas.
Mente fría, corazón de acero
Todo este conglomerado de ideas locas, posibilidades futuras y pensamientos filosóficos se congregan para ofrecernos un título con unos puzles donde la lógica y la física se dan de la mano. Si ya jugasteis a la primera iteración sabréis por donde van los tiros, aunque aquí contaremos con unos escenarios mucho más detallados como luego explicaremos.
A través de artefactos de diversa índole, habrá que abrirse camino para llegar a unas mesas que tendremos que activar. Por supuesto, el camino no será fácil, y habrá que usar la materia gris que tenemos en la cabeza para ver la solución a los problemas que se nos plantean. Como sucede en los juegos de esta índole, The Talos Principle II arranca con rompecabezas fáciles, que sirven a modo de tutorial o presentación de las piezas. Después, todos los conceptos que vamos aprendiendo se fusionarán para ofrecer una experiencia mucho más compleja y enrevesada.
Por ejemplo, al principio sólo habrá que activar interruptores con cajas. Poco después entrarán en escena los ventiladores, y luego ya veremos los puzles con rayos de luz. En una primera tendremos un artefacto que nos permitirá reflejar el haz de luz hacia donde queramos, pero con el tiempo tendremos otros mecanismos que disocian colores, inhiben puertas o incluso crean portales en zonas específicas. Y cuando juntamos todas estas acciones… ahí es cuando empieza el verdadero reto del juego.
Este juego lo conozco…
Por supuesto, esos no serán los únicos puzles que encontraremos a lo largo de su campaña principal. Los famosos tetrominos tendrán su protagonismo, ya que con ellos tendremos que resolver una serie de acertijos. Ya sea para abrir puertas o para hacer caminos en el suelo. Estos últimos, por cierto, los más difíciles para mí. Es cierto que pesan más los puzles de físicas como he explicado al principio, pero encontrar alguno diferente de vez en cuando rompe muy bien con la continuidad.
Calma para afrontar el reto
El mundo de The Talos Principle II es una maldita maravilla. Desde un emplazamiento central enorme podremos viajar a diferentes zonas de las islas. Estas zonas también tendrán un tamaño generoso, y aparte de explorar para encontrar los puzles, esconden otra serie de secretos esperando ser encontrados. Podemos ir perfectamente a la historia principal (que son un buen puñado de horas), pero si queremos seguir estrujando el cerebro, tenemos esos desafíos adicionales que hacen cada escenario mucho más rico y consistente.
Es muy ambicioso lo que ha hecho el estudio con este juego. No creo que haya otro juego de puzles que ocupe 80 Gb en tu consola, y eso ya dice mucho sobre su aspecto gráfico. Los entornos son una pasada, la cantidad de biomas que encontramos es increíble, y andar por los bosques cuando completas un puzle te permite relajarte y disfrutar del paseo como pocas veces disfrutas en un videojuego. Si a esto le sumamos las conversaciones que puedes tener con otros miembros de la expedición, y los archivos de texto que arrojan más información sobre los sucesos que están pasando en la isla, al final tenemos una aventura muy redonda que los fans del género deberían acoger con los brazos abiertos.
Conclusión de The Talos Principle II
Devolver Digital y Croteam vuelven a la carga con una aventura que sobrepasa en todos los sentidos a su entrega original. Ya no sólo porque los puzles son mucho más variados y originales, sino porque han conseguido plasmar un mundo enorme con un lore extraordinario. Es un placer recorrer cada zona disfrutando de las vistas antes de meterte de lleno en un nuevo rompecabezas. Si además de sus estilo artístico le sumamos cierta variedad en sus retos, y secretos por resolver (sólo para los más sesudos) como resultado tenemos una aventura que todo amante del género no puede perder de vista. ¿Preparado para visitar Nueva Jerusalén?
The Talos Principle II
29.99€
Pros
- Variedad de puzles y desafíos opcionales
- Visualmente es una burrada
- La historia y sus pensamientos filosóficos atrapan
Cons
- Si no te gusta jugar con las físicas...
- Si no entiendes el concepto de un artefacto, puedes quedarte pillado fácilmente
- Al final cada zona se resuelve del mismo "modus oeperandi"
