Unravel demuestra por méritos propios que es algo más que un juego bonito.
Por fin tenemos en nuestros bazares Unravel, la entrañable aventura protagonizada por Yarny que ha conquistado el corazón de los jugadores desde que se mostró por primera vez en el pasado E3. Muchos son los motivos que convierten en este juego “semi-independiente” (no olvidemos que la desarrolladora Coldwood ha tenido el respaldo de Electronic Arts) en una obra de arte, ya sea por su apartado gráfico, su refinada fórmula de resolver puzles, o su exquisita y sutil banda sonora.
Unravel nos propone un viaje lleno de emociones, sentimientos, vivencias y recuerdos de la infancia. El paso de la felicidad en la niñez a momentos más oscuros en nuestra adolescencia, la apreciación de la naturaleza en su máxima expresión y cómo ésta se va consumiendo por culpa del ser humano, la importancia de los pequeños detalles, maravillas que nos rodean, la vida y la muerte simbolizado con las estaciones del año. Un viaje que no sería posible sin Yarny, el protagonista de esta aventura, y que sin duda va a ser uno de los personajes más recordados de los videojuegos que aparecerán en este 2016. Este afable muñeco tejido con lana roja tendrá que luchar contra viento y marea para conseguir unos broches al final de cada fase, tarea nada sencilla por la cantidad de peligros y dificultades que acecharán a nuestro diminuto héroe.

Yarny, hilo conductor de Unravel
Sin duda lo primero que llama la atención de Unravel es su apartado gráfico. Un título lleno de colores, con efectos de luz, enfoques y desenfoques que se irán sucediendo para ir mostrando todas las cualidades que pueden dar de sí cada fase. Ya sea en los escenarios más alegres como la montaña o los bosques nevados, pasando por otros parajes más “oscuros” como una ciénaga o vertedero de residuos tóxicos, todos ellos están llenos de detalles que nos maravillarán. Al pobre de Yarny puede que no lo maraville tanto, ya que debido a su minúsculo tamaño tendrá que vérselas y deseárselas para superar los contratiempos que se irán sucediendo, ya sea atravesar una charca, enfrentarse a topos, cuervos y resto de fauna, o escalar arboles para después volver a descender a tierra firme. Sin lugar a equivocarnos, el trabajo en su aspecto visual del estudio desarrollador es de lo mejor que hemos visto en consolas, y más merito tiene al no tratarse de una superproducción millonaria. Escenarios hiperrealistas, que contrastan perfectamente con el toque ficticio que puede brindarnos Yarny, y que nos mantendrán pegados a nuestras pantallas durante las 6-7 horas que nos puede llevar completar la aventura (un poco más si queremos conseguir todos los coleccionables dispersos por cada fase)

Todas estas adversidades en el camino no podrían ser superadas sin la habilidad que posee nuestro intrépido amigo rojizo de usar su propio tejido para superarlas. Desde escalar y hacer rappel por su propia lana si la atamos a salientes, crear puentes y trampolines, tirar de objetos o alejar a mosquitos, necesitaremos usar nuestra imaginación para resolver los originales puzles que nos propone Unravel. Si excluimos el factor de usar esta lana, la propuesta de Unravel en parte nos puede recordar a otro clásico contemporáneo en lo referente a puzles, Limbo, por el trato de las físicas, objetos que tendremos que hacer caer, mover o utilizar para un fin determinado y por ofrecer un cambio fresco de mecánicas en este tipo de juegos (aunque, lógicamente, ambos distan mucho en otros aspectos). Eso sí, aquí no vale empezar a crear puentes, lianas y amarres por doquier, tendremos que usar nuestros sesos para optimizar bien los recursos y no quedarnos sin lana antes de llegar al siguiente ovillo, que actuará como checkpoint. Algunos de los puzles nos pondrán en un aprieto importante por este factor, y nosotros encantados con los desafíos del juego.
No todo es atar cabos sueltos
Como hemos citado, la tónica habitual de Unravel será resolver todos los puzles usando nuestra lana y jugando con las leyes físicas a nuestro favor. Esto no implica ser un juego monótono basado en las mismas mecánicas de puzles. Cada fase presenta una serie de nuevas situaciones que bajo mi punto de vista es lo mejor que tiene el juego independiente. No estamos ante un “lo mismo pero más difícil”, sino que en cada pantalla nos enfrentamos a nuevos retos, nuevas formas de aplicar nuestra lana y nuevos peligros a los que prestar atención. Incluso en algunas zonas, el sosiego y tranquilidad para resolver un rompecabezas se esfumará para dar paso a unas frenéticas escenas donde, aparte de darle al coco, tendremos que ser rápidos para que nuestro personaje no muera. El ataque de animales, desprendimientos de rocas, avalanchas, etc., todo eso consigue sacarte de la monotonía con un resultado más que satisfactorio.

Hablemos del.. hilo musical
Una imagen vale más que mil palabras, y eso lo podemos aplicar tanto a este análisis, como a lo que se sucede dentro de Unravel. Olvidaros de diálogos, conversaciones o parrafadas varias, en el juego de Coldwood no existirá nada de esto, y todo el argumento que Unravel nos puede dar será a golpe de imágenes y vivencias de Yarny. Ahora bien, su apartado musical brilla con luz propia y nos introduce de lleno en cada fase de la aventura. Con melodías recogidas del folk y tradición sueca, las composiciones nos servirán de acompañamiento en los momentos pausados donde tendremos que pensar tranquilamente cómo superar un puzle, aunque sin lugar a dudas me quedaría con las piezas más rápidas que sonarán cuando Yarni se encuentre en un aprieto y la tensión aumente exponencialmente.
Para mi no se merece tanto, aunque si el notable alto
https://www.youtube.com/watch?v=xGOpykcj_6Q
[…] la artillería, pero si en esta ocasión algún juegos en oferta llamo mi atención me quedo con Unravel. Tanto el uno como en Unravel Two me gusto muchísimo su jugabilidad y la historia tan apasionada […]