Revienta, corta y despedaza a tus enemigos en este intenso FPS inspirado por los iconos de los 90, desarrollado con la legendaria tecnología de Quake 1.
WRATH: Aeon of Ruin ha sido desarrollado por KillPixel y publicado por 3D Realms y Fulqrum Publishing. El juego utiliza la mecánica clásica de los shooters en primera persona y está desarrollado con la tecnología de Quake.
Destrozar, destrozar y volver a destrozar
En WRATH: Aeon of Ruin no esperes una narrativa demasiado compleja, ya que se trata de un shooter clásico con una premisa igual de clásica. El jugador se convierte en el Forastero, encargado de encontrar a las misteriosas figuras conocidas como los Guardianes del Viejo Mundo. Hay trozos de lore repartidos por los niveles y el toque gótico de la ambientación sugieren un universo oscuro y opresivo.
El apartado narrativo no es demasiado atractivo y nunca llega a sorprenderte la historia. Básicamente, se trata de conseguir armas y eliminar a cualquier criatura que se interponga en tu camino. Para hacerlo, debemos utilizar mecánicas que resultarán familiares a cualquiera que haya jugado al Quake original o a cualquiera de los muchos shooters en primera persona inspirados en él.
El Forastero tiene 100 puntos de salud y puede conseguir la misma cantidad de armadura recogiéndola, tanto piezas individuales como fragmentos. Empieza usando una espada, pero pronto coge un revólver y luego una escopeta. Le siguen armas más exóticas, diseñadas para dar opciones a los jugadores en función del espacio en el que se desarrolle la batalla y de los enemigos que se acerquen.

Jugabilidad con sabor añejo
El elenco de criaturas de WRATH: Aeon of Ruin comienza de forma predecible y decepcionante con muertos vivientes, de movimientos lentos y capaces de aguantar tres tajos normales de espada antes de volver a morir. Pronto aparece una variante rápida, seguida de diseños más interesantes, algunos capaces de volar. Las bocas infernales están directamente inspiradas en los cacodemonios y hay muchas otras ideas familiares en la mezcla de enemigos.
Cuando atacan grupos mixtos, puede resultar difícil evitar los disparos y apuntar con eficacia al mismo tiempo. Después de despejar una zona, deberemos buscar secretos y romperlo todo para encontrar objetos curativos y fragmentos de armadura. El diseño de los niveles no es impresionante. El juego quiere que los jugadores se muevan rápido, pero con demasiada frecuencia sólo nos ofrece pasillos estrechos por los que luchar.
Y lo que es peor, a menudo los enemigos salen de los sarcófagos o se teletransportan para sorprender al jugador. Me gusta más la experiencia cuando da a los jugadores espacio para maniobrar y mezcla enemigos normales con un jefe más poderoso. Buscar tarjetas llave para abrir puertas puede ser algo cansino.

Regreso al pasado
WRATH: Aeon of Ruin tiene momentos difíciles en Normal, pero no es un juego injusto. Es importante conservar la munición y estar atento a dónde están los monstruos en todo momento. A menudo me olvidaba de usar las poderosas habilidades que recogía por el camino, como el robo de vida, que será de gran ayuda con grupos grandes y cuando te enfrentes a oponentes únicos.
La naturaleza retro de WRATH: Aeon of Ruin significa que no hay puntos de guardado que activar, lo que conlleva importantes tiempos muertos mientras se busca el camino a seguir. Y todo el guardado es manual, ligado a una correa de alma que los jugadores tienen que encontrar y luego usar. Es muy fácil olvidarse de ello, seguir adelante, morir, y luego descubrir que tienes más de media hora de juego para volver a jugar.
Los jugadores amantes de los FPS de la vieja escuela apreciarán lo que hace WRATH: Aeon of Ruin y disfrutarán con sus conceptos retro. Pero el juego debería haber intentado al menos hacer algunas concesiones a los recién llegados que puedan apreciar la mecánica pero no quieran guardar manualmente todo el tiempo.

Apartado técnico y sonoro
WRATH: Aeon of Ruin parece un juego de los 90, aunque pulido con los estandartes actuales y con muchos toques modernos. El mundo está lleno de marrones y grises, aunque el estudio se ha esforzado por añadir color, sobre todo en los diseños de los personajes. Las armas tienen muy buen aspecto, especialmente la espada de muñeca que brilla en rojo cuando está cargada.
El diseño de sonido también está impulsado por la nostalgia. Andrew Hulshult, con experiencia en títulos como Quake y Doom, ha creado la banda sonora, que es buena pero no impresionante. Las armas suenan como deberían y los chillidos y gritos de los monstruos crean una atmósfera tensa. Los sonidos asociados al movimiento por la nieve y a los puntos de salud tienden a resultar molestos.
Conclusiones
WRATH: Aeon of Ruin forma parte de una larga lista de shooters modernos en primera persona que buscan la nostalgia de los jugadores por los clásicos del género. El motor está basado en la tecnología de Quake y tanto los niveles como los enemigos están diseñados para provocar una respuesta nostálgica. Es poco probable que interese a los fans de las experiencias FPS más modernas.
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