Demons with shotguns apela a la nostalgia, el gore y las escopetas aunque se queda escaso
Aquí estamos, con escopetas y a lo loco… Ahora en serio, la cultura de “el cartuchazo en la cara” se está perdiendo y al menos vamos a poder terminar el año con un poco de acción gore pixelada con sabor a pólvora. Demons With Shotguns es el juego que nos trae mindshaft games donde lo satánico se da la mano con la acción de escopetas correderas y es que, ¿a quien no le gustan las bestias demoníacas armadas?. Aunque el lore de Demons With Shotguns también recoge a un predicador o a una monja los cuales no pertenecerían al mal aunque hagan el mismo mal en estas arenas demoníacas.
Demons with shotguns tiene un gameplay sencillo, cada botón para su cosa sin ningún tipo de florituras. Un botón para disparar nuestra escopeta, otro para saltar, otro para usar un escudo y otro para hacer un ataque físico hacia delante el cuál hay que cargar. También tenemos el agua bendita, una granada que a menudo irá más en nuestra contra que otra cosa debido a su manera de rebotar en las esquinas.
Algo chulo que tenemos en las partidas de Demons With Shotguns son las cartas de tarot que sirven de potenciadores. Nos ayudan bastante y pueden darle la vuelta a la partida muy rápido. Algunas nos darán alas para poder saltar muy alto, otras nos concederán invulnerabilidad momentánea, otras nos harán disparar como si estuviéramos poseídos. Es lo que más dinamismo le da a las partidas ya que, como se hace ya ver en su nombre, no hay más armas a parte de las escopetas. En Demons With Shotguns tenemos un buen juego para echar la tarde en multijugador local pero poco más porque no tenemos opción online. Esta claro que el estudio buscaba esa experiencia noventera con las que disfrutamos muchos colegas antaño, todos sentados en el cuarto y pasándonos el mando en un multijugador local para hasta 4 jugadores. A pesar de tener varios modos distintos acaba aburriendo rápidamente.
Tenemos dos modalidades para jugar a Demons With Shotguns pero solo una para un jugador: el modo horda llamado “End of Times”. En este modo tendremos las dificultades de normal y hardcore (Esta última con más hordas, sagre y crudeza, por supuesto). Para superar las arenas de este modo tendremos que acabar con los enemigos de cada ronda. Cuantas más almas “aseguremos” en el tótem más vidas tendremos para superar la arena pero no es tarea fácil por que en Demons With Shotguns puede ponerse todo en tu contra. Aunque su jugabilidad es sencilla la cantidad de situaciones que se pueden dar en una partida es asombrosa. Puede que sin querer le demos un disparo a un orbe de alma y, en el momento justo de la recarga venga un enemigo y nos despoje de nuestro cuerpo físico de un escopetazo, algo que nos fastidiará y mucho.
En el modo “Versus” 9 modos cooperativos de los cuales 4 son repetidos pero por equipos. El clásico deathmatch está en sus dos vertientes. En el Soul Reaping el que primero consiga 10 almas de sus oponentes ganaría la partida. Modos clásicos como “captura el alma” también estan en Demons With Shotguns con su modalidad por equipos también. En Lost Soul Standing tendremos que ser el último alma en pie, ni más ni menos. Como veis son todo modos clásicos para disfrutar de manera local en el mismo sofá lo que asegurará más de un pique sano.
Hay momentos en los que la mala suerte en Demons With Shotguns estará sobre nuestras cabezas y, a pesar de nuestra pericia al mando, se juntarán varios astros para fastidiarnos la partida de una u otra manera. Es cierto que la dificultad en el nivel más alto puede ser brutal y despiadada, apta solo para los más “resistentes”. Técnicamente es más feote que un pie, todo hay que decirlo. La verdad es que el apartado gráfico es lo que menos me importa en esta propuesta jugable de Demons With Shotguns pero si que me tira mucho para atrás que sea tan gore y sangriento ya que de esta guisa tiene un pegi +18 muy merecido.
Conclusiones
En definitiva Demons With Shotguns es un juego para darle duro en el sofá con otros tres amigos ya que carece de online, algo de tira por tierra la posibilidad de jugarlo con nuestros colegas de batallas habituales. Gráficamente es bastante feote , con un pixelart que no sorprende pero su jugabilidad, sencilla y directa, hace que sea accesible y muy gratificante cuando consigues dominarlo. Si hechas de menos los multijugadores de los 90 no creo que esta sea la mejor opción debido al poco contenido que tiene y que se puede hacer aburrido a las 2 horas de jugarlo.