Dar cera, mucho, pulir cera… necesita más pulido
La vuelta de The Karate Kid a los titulares tras la aparición de Kobra Kai en Netflix, ha servido para que fans de la saga y otros que descubren esta historia hablen de ella sin parar. Tras muchos años y con el mismo aire ochentero, esta serie ha tenido muy buena acogida y pone de nuevo el Karate de moda.
Y con esto de vuelta, la adaptación a videojuego no se ha hecho esperar, ofreciendo así un beat’em up de desplazamiento lateral a la vieja usanza pero con mucho contenido. Kobra Kai: The Karate Kid Saga Continues nos trae la misma historia que la serie de Netflix, pero con la ventaja de dejarnos elegir el bando a controlar.
Según si escogemos a Miyagi Do o a Kobra Kai, la historia irá en una dirección u otra con el mismo resultado final, un enfrentamiento cara a cara de sus protagonistas. Desde Samantha, la hija de Daniel Larusso (convertido en vendedor de coches), Johnny Lawrence (el co-protagonista, el antiguo sensei de Kobra Kai y muchos más, ambas disciplinas nos permitirán controlar a varios luchadores en nuestra aventura como se puede hacer en Battletoads.
Con cualquier elección que tomemos, recorreremos las calles y comercios de Los Ángeles en multitud de misiones, pero dos cosas: parecen demasiadas y todas son muy parecidas. Mediante cuadros de diálogos nos contarán la historia y avanzaremos como nos gusta a los amantes del género: repartiendo mamporros por doquier.

Yo contra el barrio en Los Ángeles
Nos desplazaremos en 2D en escenarios limitados, con el típico movimiento hacia los lados, arriba y abajo, y los controles son básicamente atacar, saltar y los movimientos especiales. Pero aquí hay una gran profundidad y variedad de ataques, siendo cada personaje “único” en cuanto a movimientos especiales y combos encadenados.
Un botón servirá para dar puñetazos, otro para dar patadas, uno para saltar y otro para rodar, esquivando así los ataques enemigos. Combinando los ataques creamos combos que sólo se verán interrumpidos por un golpe de los rivales o si pasan unos segundos sin impactar en ellos. Además, con los gatillos pulsados más un botón de ataque, haremos movimientos especiales que corresponden a golpes de hielo (Miyagi Do) o fuego (Kobra Kai) según la disciplina del Dojo.
Estos ataques especiales son contados al principio para cada personaje, y tendremos que ir desbloqueando y mejorando en el gimnasio tras acabar las misiones. Para comprar o mejorar estas habilidades, tendremos que gastar puntos de experiencia, los cuales conseguimos al derrotar a los enemigos en forma de monedas que habrá que recoger antes que desaparezcan.
Cada personaje tiene sus propios ataques especiales y combos, y podrán usarse una vez se recargue cada uno, ya que se tratan por separado. Por ejemplo, pulsando RT+X hacemos un ataque de hielo y combinamos después con RT+Y para arremeter con otros golpes especiales si lo tenemos desbloqueado. Tras unos pocos segundos volverán a estar disponibles. Además, cada uno tendrá su ataque SUPER Especial que tardará unos minutos en estar a punto.
Un clan se enfoca en recuperar salud y otros beneficios, más equilibrio, y el otro se centrará en el daño bruto y acorralar a los rivales. Nuestro nivel de energía bajará si nos golpea, y se podrá recuperar si recogemos comida que soltarán los enemigos, o rompiendo elementos del escenario. Conforme avanzamos en la historia iremos reclutando compañeros, pudiendo ir hasta con 4 luchadores como. Esto se asemeja a Battletoads, porque podemos cambiar de personaje pulsando su botón específico en la cruceta. Si todos los compañeros caen y nos eliminan, fin de la partida y volveremos al último punto de control (no es mucho castigo), pero si ejecutamos combos de nivel B irán reviviendo y así poder contar con ellos.

Un sistema de combate divertido pero mal ejecutado
En cuanto a la ejecución de los combos, es una de las mecánicas que no están bien implementadas, pues si bien no es importante el número de golpes para ir pasando de Nivel D, X, B, A y S, sí que lo es la implementación del sistema de impactos. Se tarda mucho en llegar a Nivel B, y aunque el juego da bastante margen para seguir sumando, a veces no encontramos enemigos cerca o bien se quedan fuera de pantalla y no podemos alcanzarlos.
La manera de evitar que nos corten el combo es esquivar los ataques de los rivales y seguir golpeando, sólo teniendo que tener los ataques fuertes cuando los enemigos se iluminan en color rojo. Otra manera es bloquearlos, pulsando los botones correspondientes en el momento adecuado y ejecutando un contraataque. Aquí es donde entra el pulido que le falta al sistema de impactos del juego, muy lejos del nivel de otros grandes títulos de este año como Streets of Rage 4 o Battletoads.
Lo que sí encontramos es mucha variedad de enemigos, inspirados en muchos personajes de otros títulos de “yo contra el barrio”, mini jefes y bosses finales. Cada uno tiene sus puntos fuertes y alguna manera de derrotarlos, pero no son difíciles como en otros videojuegos. También podremos valernos del entorno pulsando RB frente a algún objeto, como papeleras, puestos de Hot Dog o coches y ejecutar un ataque especial en ese lugar. Esto falla a veces, y no está clara la posición desde donde ejecutar esta animación.
Pero a favor del combate debo decir que un punto a su favor es la permisividad del juego en golpear a los enemigos tanto en el aire, como sí recogen otros títulos, o en el suelo. Podemos sentarnos encima de ellos y golpearlos al estilo MMA o bien lanzarlos tras cogerlos por las piernas. Algo muy positivo para incrementar el nivel de combo y no perder la bonificación, ya que cuanto más larga sea la cadena de golpes acumulada, mayor será el premio.
Los escenarios son muy parecidos entre sí, y como pasa con los enemigos carecen de carisma y originalidad. Unas etapas se me hicieron muy cortas y otras excesivamente largas. Tenemos a nuestra disposición un mapa con el camino hacia el enfrentamiento final mediante rutas y puntos para visitar. Podemos tanto repetir misiones, como tomar todos los caminos, por lo que podremos acumular puntos y desbloquear habilidades con más facilidad.
Pero si ya este género es repetitivo de por sí, cuando le añadimos duración extra con misiones intrascendentes e innecesarias, nos podemos ir a las 10 horas por vuelta con cada Dojo; algo que no nos anima a controlar el otro bando para, como advierte el juego, pasarnos las dos historias para poder ver “el verdadero final”.

Un apartado visual que no da el nivel
Y hablando del nivel de los beat’em up de este año, tendremos que tomar Kobra Kai como “fanservice del fanservice“, porque hablamos de un apartado visual que deja bastante que desear en comparación. Estamos en 2020 y si tienes frente a ti obras como SOR4 o Battletoads, es inevitable la comparación. Gráficos que parecen salidos de otra generación e impropios de la calidad que se pudiera esperar de un título así. Parece duro este discurso, pero hay que exigir algo más de calidad a las alturas de generación en la que estamos y con las obras de arte que existen.
Además, las animaciones de los personajes son aún de peor calidad que los visuales, y se siente algo incómodo al jugar. Incluso en juegos de 16 bits estaban más trabajadas y esto es motivo como para sacarte un poco de la experiencia. Si sumamos estas deficiencias a las inexactitudes en el combate estamos ante un título de calidad bastante baja.
Aunque no todo es malo, pues la banda sonora cumple con creces haciendo honor a la época de nacimiento de esta franquicia. Temas ochenteros llenos de acción nos acompañan desde el menú hasta los recorridos por las calles de Los Ángeles. Los efectos de sonido también acompañan y el doble original en inglés corresponden a los protagonistas de la propia serie.
El juego llega perfectamente localizado al español en cuanto a textos, ayudándonos a seguir la historia de la batalla entre el Dojo Miyagi y la nueva Kobra Kai. La narrativa tampoco es tan protagonista aquí como para echar en falta un doblaje al castellano, así que está bien así.

Conclusiones
Kobra Kai llega como complemento en forma de videojuego a la exitosa serie de Netflix, y tras unos años en los que no se recibían este tipo de adaptaciones, más abundantes en otras generaciones, puede contentar a los fans de la serie y del género de peleas callejeras.
Aún así, los más exigentes del beat’em up no encontrarán aquí una alternativa de calidad a videojuegos del corte que se estrenaron este mismo año, aunque también hay que decir que el listón estaba muy alto. Se queda pues en “entretenido sin más” que se puede disfrutar tanto en solitario como con un amigo en cooperación local.
Si tenemos en cuenta el precio de salida, no hay equilibrio entre los 40 euros que cuesta y la calidad que ofrece. No quiero echar para atrás a nadie, solo advertir de qué se van a encontrar y decir que en líneas generales el juego es bastante divertido.
Kobrai Kai: The Karate Kid Saga Continues se encuentra disponible en Xbox One (39,99€), Playstation 4 y PC. Aquí os dejamos el tráiler del juego, el cual ha sido analizado en Xbox One X gracias al editor GameMill Entertainment, desarrollado por Flux.