Pipistrello And The Cursed Yoyo es una aventura que recuerda a los videojuegos de vista cenital que cabían en los cartuchos de las antiguas consolas portátiles.

Está en boca de todos la palabra metroidvania, pero el Zelda-like (patente en trámite, por si acaso) es esa aventura de exploración que, como el metroidvania, sólo tiene puntos accesibles con determinadas destrezas y cómo los Zelda antiguos la vista es cenital y el mapa se divide en salas o pantallas más o menos cuadradas. Pocket Trap desarrolla un juego que parece sacado del la Game Boy Advance, comenzando por insertar el cartucho.

Salva a tu tiíta.

Desde el comienzo es toda una declaración de intenciones. El primer botón que se aprieta es para meter el cartucho del juego Pisitrello And Cursed Yoyo en una consola portátil mezcla de Game Boy y Lynx. Pero la nostalgia no se queda ahí, el menú de opciones gráficas es muy variado según te quieras dejar los ojos como lo hacías de pequeño. Desde gráficos pixel perfect a los filtros de pantallas antiguas, incluso reflejo del cristal… todo un recordatorio de porqué necesitamos gafas.

Sí, puedes jugar así.

La historia comienza con Pippit, nuestro protagonista volviendo a casa de si tía después de un gran campeonato de yoyó. La tiíta es la dueña de la empresa de energía que somete a sus facturas despiadadas a toda la ciudad. Resulta que cuando llegamos cuatro magnates igual de despiadados la atacan y guardan partes de su alma en unas baterías para no depender de su energía. Una quinta parte se queda encerrada en el yoyó de Pippit. La misión es clara: recuperar las 4 baterías y así reunir el alma de la ¿pobre? matriarca de la familia Pipistrello. Cuatro mazmorras en un cuatro partes de la ciudad y nosotros con un yoyó poseído.

Siempre el dinero.

En Pipistrello and The Cursed Yoyo nos abriremos paso entre masillas con una supuesta libertad a la hora de elegir mazmorra que muy pronto se muestra falsa, ya que en cada una te da la habilidad para ir a la siguiente. Estas habilidades que se añaden siguiendo la historia pero hay otras en las que se necesita el maldito parné para que va a permitir mejorar a Pippit. Hay un sistema de insignias que conseguimos explorando la ciudad que podemos equiparlas y mejorar previo pago, pero también existe un árbol de mejora que funciona con dinero pero no comprando, sino adquiriendo deuda.

Esto lo maneja nuestra prima la de contabilidad (es una megacorporación familiar) y es una mecánica tan novedosa como desafiante. Se puede desbloquear una mejora nueva del árbol sin necesidad de tener dinero. Una vez obtenida la habilidad, la mitad del dinero ganadodesde el momento irá destinado a cubrir la deuda, y mientras esta esté activa, perdemos algún stat ya sea puntos de vida, huecos para insignias o efectividad de arma. De esta forma se tiene que pensar muy mucho qué mejorar, porque los siguientes compases los vamos a a hacer cojos en algún sentido. Y como funciona el mundo siempre se está endeudado.

Yoyó y la ciudad.

Como maestros del noble arte de bailar el yoyó lo podemos utilizar para todo, como arma de cierto alcance (látigo) y también a distancia lanzandolo contra los objetos. En entorno nos ayudará con esquinas en los que hacerlo rebotar en incluso para lograr saltos más largos o deslizarnos sobre el agua haciendo el viejo truco del perrito. A lo largo del mapa dividido en salas – como los viejos Zeldas de SNES, pequeñas “pantallas” – se esconden desafíos ya sean en forma de arena para matar a los enemigos o puzles para conseguir objetos.

Pocas de estas salas sólo son de transición, haciendo que la exploración sea amena y el viaje mucho más que ir de una a otra mazmorra. Un desafío plataformero más parecido a los 2D que a los demás juegos de esta perspectiva. EL número de insignias escondidas, así como ampliaciones de vida y magias es muy grande y se encuentra bien diseminado por el mapa, bien a la vista de todo el mundo pero al alcance de los más tenaces. Todas las habilidades que adquieres obligan a volver a escenarios conocidos y superar pruebas que antes parecían imposibles

Conclusiones.

Con Pipistrello And The Cursed Yoyo me han dado altas horas de la noche porque siempre me planteaba un objetivo después de otro. Resolver el misterio de algunas salas, saldar deudas del árbol de mejoras… el juego te atrapa más allá de ir de mazmorra en mazmorra derrotando a los ¿malvados? bosses. Es en la exploración y en el resolver puzles, unas veces de ritmo, otros de habilidad y todos de lógica donde está el corazón de dominar el yoyó. No quiero mejorar para que sean más accesibles los bosses (resultan fáciles de por sí y realmente son lo de menos), sino por el desafío que implica la exploración. Hay mucho contenido opcional y todo bueno. Se ha planteado un juego antiguo que bien podría haber salido en GameBoy Advance y podría haberse codeado con aventuras de la portátil de Nintendo.

Pipistrello And The Cursed Yoyo

17,99 €
8.1

8.1/10

Pros

  • Exploración gratificante
  • Puzles desafiantes
  • El sistema de Deuda para mejoras

Cons

  • Movimiento en ocasiones tosco.
  • Jefes fáciles

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