Pese a que Focus Home Interactive y Enigami Studios no son japoneses, han sido capaces de traernos Shiness: The Lightning Kingdom con una estética claramente basada en el manga.
Nadie duda a día de hoy lo importante y fundamental que son las plataformas de financiación para que algunos juegos tengan luz verde para su desarrollo. Uno de ellos el que tenemos aquí, Shiness: The Lightning Kingdom, cuyo interés en Kickstarter ha hecho que el estudio francés Enigami tuviera el apoyo económico y el respaldo de los jugadores para que saliese adelante. ¿Los motivos que llamaron la atención de los usuarios? Bien sencillo: primero porque Shiness proviene de un manga dibujado hace años por Samir Rebib, y segundo por la estética visual y su colorido, que entraba por los ojos nada más verlo. Aunque, lamentablemente, tendremos que profundizar algo más en ese apartado en el análisis que os dejamos a continuación.
Empezaremos por la historia, que nos pone en primera instancia en la piel de dos “wuakis”, Chado y Poki, una especie de osos con comportamientos humanos, que emprenden un arriesgado viaje surcando las Islas Celestiales en busca de “Shiness”, la fuente original y principal del shi que compone el universo donde habitan. Las cosas no salen como esperaban, y el barco volador con el que realizan el periplo sufre un accidente que les deja a la deriva en un planeta desconocido. Entre sus frondosas junglas, conocerán a otros personajes y los problemas entre los diferentes reinos, obligando a nuestros dos protagonistas a colaborar para salir airosos de una situación complicada. Al final, según vaya transcurriendo la historia, serán cinco los personajes controlables que tendremos que alternar, cada uno con su ideología, comportamiento y ataques especiales que nos serán de gran ayuda en la aventura de 15-20 horas que tendremos por delante.
Puestos ya en situación y contexto, tenemos que hablar de las mecánicas jugables. Shiness es un action-RPG, con poco elemento estratégico y más enfocado al combate directo contra el rival. Una vez hayamos iniciado la lucha contra un enemigo, se creará una arena de combate que será justamente en el sitio donde nos ubiquemos. Esto hace que Shiness no caiga en la repetición de escenarios, siendo cada arena única y completamente diferente a la anterior, con peligros como fosos o ayudas como elevaciones de terreno que hagan cada enfrentamiento único. Los combates son bastante sencillitos, recordándome mucho a los últimos juegos de Naruto, pero con limitaciones y fallos que pueden no sentar muy bien. El encuadre hacia el enemigo para tenerlo de frente, las físicas de impacto, el “timing” de nuestros héroes… todas las acciones resultan toscas y lentas, pudiendo frustrar en parte el resultado final que, a simple vista, suena interesante.
El shi tendrá un papel fundamental en estos enfrentamientos, ya que tanto nuestros protagonistas como adversarios podrán lanzar magias a distancia (bastante útiles, por cierto). Tendremos shi de los elementos básicos de la naturaleza: agua, tierra, viento, aire y una mezcla de elementos para generar planta. Le elección del personaje controlable y el Shi que representa será fundamental para derrotar a un tipo concreto de criatura, así como asignar antes del combate habilidades de apoyo pasivas que se activen cuando sucedan ciertos eventos (por ejemplo, que curen a nuestro personaje cuando su barra de salud se encuentra al 50%). El Shi puede ser lo más atractivo de los combates, ya que como digo, por desgracia los ataques cuerpo a cuerpo pueden acarrearnos serios problemas debido a su mala implementación.
No todo son combates en Shiness, y sacaremos partido a la exploración (gesto muy de agradecer gracias a su colorido apartado visual). Según vayamos avanzando en la historia nos iremos topando con pequeños puzles que entorpezcan nuestro camino, muchos de hechos sólo resolubles por un héroe concreto. El Shi volverá a tomar acto de presencia, ya que cada personaje poseerá una habilidad especial que servirá para la solución de estos desafíos. Por ejemplo, Chado podrá invocar un menhir para lanzarlo y activar mecanismos, y Kayenne hará uso de la telequinesis para mover objetos. Además, la exploración será fundamental para encontrar nuevo y mejor equipamiento, completar misiones secundarias o simplemente cazar animales para después sacar partido en la tienda de armas. Es la parte más disfrutable de Shiness, y cumple muy bien debido a que los escenarios están muy bien pensados y no tendremos sensación de repetición.
Otro de los apartados que destacan en Shiness es su estética visual…en cierta parte. No cabe duda de que los protagonistas, su apariencia, estilo visual y dibujado están muy bien hechos, incluso me aventuraría a decir que el resto de NPC´s pertenecientes a las tribus que encontraremos tienen “su rollito”. Pero, por desgracia, no podemos decir lo mismo de los enemigos, muy repetitivos y sencillotes, quedándose en un segundo plano respecto a los héroes principales en todo momento. Los escenarios, como he dicho antes, están a buen nivel, aunque siempre se puede mejorar el abusivo uso de texturas planas en paredes, rocas y suelos. Lamentablemente, todo esto son daños menores si lo comparamos con un problema algo más serio: la cámara en combate. Nos pasará más de una vez que la vista de la cámara nos impida ver los movimientos de nuestros protagonista o del adversario, quedando completamente expuestos al ataque rival. Esperemos que con el tiempo puedan corregir este pequeño gran problema para poder conseguir un apartado visual a la altura de lo propuesto en Shiness.
Con poquito que veáis de Shiness comprobaréis que destila aire japonés por todos los lados, y la compañía desarrolladora Enigami, pese a ser francesa, no ha querido dejar pasar por alto la baza de incluir unas melodías ambientadas en el país del sol naciente. Las canciones en general acompañan bien, y de vez en cuando alguna pieza concreta resalta más, con esas flautas, cascabeles y tambores tan característicos que nos trasladan a la otra parte del mundo. Las voces, por desgracia, se encuentran en inglés, aunque siempre podemos seguir las conversaciones gracias a la traducción a nuestro idioma. Mención especial a las secuencias narrativas, en un formato manga muy bien pensado para cubrir posibles defectos si Shiness optara por otro tipo de cinemáticas, y para adentrarnos más aún en la esencia japonesa del título.
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