The Growing Stones se estrena con una aventura narrativa con mucho lore pagano.
The Mildew Children es una aventura en la que vas a leer. Es la base del juego junto con un poco de exploración, minijuegos y puzzles que completan una historia intrigante y profunda ambientada en una aldea pagana de costumbres parecidas a las celtas.
Novela Pagana.
Kyrphel es una bruja. La menos poderosa de las 4 que forman el aquelarre. Tienen una misión importante: Salvar a la Aldea a través de un peligroso ritual que se tiene que hacer en una semana. Cuando comienza la historia, la menor de las brujas muere y hay que sustituirla. Es labor de Kyrphel encontrar a una sustituta, formarla y tenerla preparada para salvar a su pueblo que las odia.

Tenemos una historia, ok. Aparentemente nada del otro mundo. Es el envoltorio el que hace que todo luzca. Es la Aldea y sus habitantes los que hacen crecer el acervo de este juego. Para empezar, tienen una cultura pagana basada en la naturaleza, la tierra y la muerte. Y es que pocos llegan a los 20 años. Son todos niños que han tenido que crecer antes de la cuenta. El primer personaje con el que interactuamos es una sacerdotisa de la muerte. Una risueña muchacha vestida de negro portando una guadaña que vive en el cementerio donde ayuda a los muertos a reencarnarse. Todos los personajes tienen una historia atrayente y trabajada. Y es que la narrativa es el punto fuerte de The Mildew Children.
Hay que leer.
Es un videojuego que se apoya en el texto para hacer avanzar la historia. No llega a ser una visual novel del todo por sus mínimos toques de exploración y minijuegos. Pero hay que mentalizarse que en el texto está el juego. La mala noticia es que no está traducido al castellano. Sólo lo podemos leer en inglés y ruso.

Si se domina el inglés cabe destacar que está muy cuidada la narración y cómo la escritura se adecúa a cada personaje. No cambia gráficamente de letra como pudimos ver en Pentiment, pero sí sus expresiones y su forma de hablar, ayudando a la inmersión y a la descripción del personaje.
Elige tu propia ruta.
El elemento de exploración es mínimo, pero The Mildew Children obliga a pasear de aquí para allá recorriendo el pueblo principalmente. Se puede hablar (o no) con unos pocos aldeanos elegidos según el momento de la historia, añadiendo misiones secundarias. Estas misiones pueden interferir en el transcurso de la historia posicionando a los personajes.
También hay elecciones o minijuegos dentro de la conversaciones que en un futuro decidirán las opiniones de los personajes. Esto que siempre resulta estimulante aquí lo sueltan sin explicación ni tiempo para asimilar . Hay elecciones de diálogo a contrarreloj. Lo que se tarda en leer todas las opciones el tiempo y al final se elige más o menos a suerte. En muchos puntos elegir la correcta es vital. Si, se puede morir en The Mildew Children. Pero como sucede en los “Elige Tu propia aventura” regresas a la página anterior y puedes seguir jugando.
Todos estos minijuegos se pueden modular en cuanto a dificultad incluso eliminar desde el menú de pausa en cualquier momento. Puedes optar por una aventura completamente narrativa sin nada que interfiera. En mi opinión, estos momentos aportan mucho dinamismo y tensión al texto. Se integran muy bien en la historia.
Libro de Arte.
El Video de la palabra de Videojuego en The Mildew Children es algo que se podría discutir.

Gráficamente es un juego que está pintado a mano. Con unas miniaturas para los personajes muy trabajadas y bonitas. Los entornos de la aldea también tienen mimo, siendo bellos a la vez que inquietantes. Como dibujo el trabajo de The Growing Stones es excelente.
En la ejecución, el movimiento de personajes podría ser de un videojuego Flash. El personaje siempre de perfil y se mueven las articulaciones por un paisaje plano. Es un Scroll lateral muy vago.No hay animaciones sino fundidos a negro. Sólo llama la atención en pocas y esotéricas secuencias que no voy a destripar.
Conclusiones.
Quédate por la historia y nada más que la historia. Te envuelve como una manta de esas que dan mucho calor pero pican un poco. Los personajes están muy bien trabajados, no son estereotipos ni la historia es la de un videojuego. Si puedes salvar el momento del idioma hay que darle un tiento. Como videojuego en sí no tanto. Pero esa sensación se desvanece cuando comprendes lo que significa ser una bruja. Sin ser yo nada de eso, The Mildew Children me ha enganchado.