La desaparición de Ethan Carter hace que nos traslademos a uno de los escenarios más bonitos visto jamás en un videojuego. ¿Preparado para el desafío?
Admitámoslo, el género de los walking simulator se está poniendo de moda. Puede que sea fruto de una experiencia narrativa más profunda, la novedad del momento o que simplemente dispositivos de Realidad Virtual saquen buen partido a las mecánicas que encierra. Esto, por supuesto no tiene por qué ser algo negativo. Al igual que en otros géneros (sin ir más lejos, los shooter en primera persona) hay un amplio abanico de posibilidades, localizaciones, formas jugables y contextos donde encajar los walking simulator. Todo lo dicho nos lleva a hablar de The Vanishing of Ethan Carter, para mí (y como argumentaré en el análisis), uno de los títulos de este ámbito que mejor recoge la esencia de su género, invitándonos a contemplar sus paisajes, mientras vamos resolviendo todos los misterios que envuelven a la desaparición de Ethan Carter. Porque no todo en videojuegos es saltar y disparar.
Interrogando a los fantasmas del pasado
Nosotros controlaremos a Paul Prospero, un detective de lo supernatural capaz de ver más allá que otros detectives, inmiscuyéndose en los recuerdos de los fallecidos y evadiéndose a lugares donde ningún otra persona podría alcanzar. Este don tan especial es el que nos llevará a resolver la desaparición de Ethan Carter, un niño dotado con otra serie de habilidades, que es visto como “bicho raro” por sus allegados en el entorno rural de Red Creek Valley. Esta marginación que sufre, el ser visto como diferente por sus poderes (y muchas cosas más que no os contaremos), las iremos descubriendo a medida que resolvamos los curiosos puzles que estarán desperdigados por las hermosas montañas de este bello pueblo.
Lo primero que llama la atención de The Vanishing of Ethan Carter es precisamente su ambientación. Es increíble el gran trabajo que ha hecho el estudio The Astronauts con sus paisajes, convirtiendo al título en un walking simulator puro, duro y forzado por nosotros mismos. No serán dos ni tres veces la que nos paremos a contemplar las hermosas vistas desde la presa que divide el bosque con el pueblo, o ver los rayos del sol acariciando las hojas de los árboles en una bonita instantánea, o incluso recorrer los caminos empedrados sin otra cosa más que el simple hecho de andar. Puede que su contemplación sea un arma de doble filo, ya que los jugadores más impacientes pueden llegar a aborrecer tanta tranquilidad, pero para quienes quieran una experiencia pausada, aquí encontrarán su juego. Como parte negativa, puede que los pocos interiores que existen en el juego no tengan el mismo grado de detalle, pero toda esta sensación se desvanece cuando pisamos de nuevo el exterior y nos fijamos en sus parajes casi fotorrealistas.
No todo son buenas noticias, siento deciros. Desde la página oficial de The Vanishing of Ethan Carter, el estudio comenta que su juego luce a una resolución de 4K en Xbox One X. Experimentado en mis carnes, lamento comunicar que el juego sólo alcanza una resolución de 2160p que ni mucho menos está mal, pero no es lo prometido (puede que a posteriori el estudio se atreva a lanzar un parche, pero no podemos contar con eso). Lo que sí experimentaremos los usuarios de Xbox One X es una mayor fluidez del juego. Aunque se puede bloquear todo a 30 fps, la verdad es que se manejar sin esa restricción permitiéndonos disfrutar de lo máximo que otorga la consola.
Paul Prospero en busca del puzle maldito
Si los gráficos son el punto más importante del juego, los puzles lo siguen muy de cerca, ya que nos ofrecerán nueva información sobre Ethan Carter una vez los resolvamos. Existen varios tipos de rompecabezas esparcidos por la amplia región disponible, y seremos nosotros mismos los que tendremos que buscar su ubicación y completarlos. Los más repetidos son aquellos donde Paul Prospero analiza evidencias que se encuentra a su alrededor sobre un asesinato. Cada vez que encuentra una pieza clave del homicidio, empezarán a surgir palabras que se irán amontonando delante nuestra y que nos darán una pista y la dirección del siguiente objeto a buscar. Una vez encontradas todas las pruebas que giran alrededor de la muerte del individuo en cuestión, entraremos en todos los recuerdos previos, teniendo que ordenarlos cronológicamente para conocer exactamente qué pasó y terminar con el misterio que rodea el rompecabezas.
También existirán otra serie de puzles, casi todos basados en la búsqueda de elementos por el escenario, o recordar las habitaciones de una casa, localizar trampas mortales, etc. que aportan algo más de variedad al asunto. Al poco de empezar nos daremos cuenta de que, pese a los bellos paisajes y a que todo trascurre a la luz del día, los puzles están cargados de maldad, de un elemento tétrico que en ocasiones puede ponernos en tensión. No es que sea un juego de miedo, ni mucho menos, pero el estar sólo completamente, acompañado únicamente por las frases que nuestro detective piensa en voz alta puede llegarnos a dar sensación de “mal rollito”.
Volvemos a recalcar que The Vanishing of Ethan Carter no es un título para los más impacientes por el ritmo que tiene el propio juego, y aunque su duración no sea muy elevada (alrededor de unas 4 horas) puede alargarse un poquito más si no encontramos el recuerdo correspondiente. Como consejo o truco para aquellos que se pierdan, al final del recorrido existe un mural indicativo que resulta ser de mucha ayuda, aunque en todo momento la intención de The Astronauts es que “nadie te coja de la mano” y seas tú mismo quien descubras todos los secretos que invaden Red Creek Valley.
La tranquilidad llama a tu puerta
Si os da miedo hasta ver una cucaracha en la cocina, tranquilos, ya que el estudio está en todo y ha lanzado, de momento de manera exclusiva en Xbox One, un nuevo modo de “camino libre” donde todos los elementos “malignos” desaparecen para que disfrutemos de forma relajada de lo que ofrece este paisaje tan bonito. No habrán zonas oscuras, ni muertos por el camino, ni susto que arruinen nuestra placentera experiencia. Tampoco hay objetivos que completar, por supuesto. Solo andar y disfrutar de los sonidos que te brinda la naturaleza.
Hablando de sonidos, tenemos que destacar el apartado sonoro que forma parte de The Vanishing of Ethan Carter. No habrá melodías que nos alteren, sino que todas las piezas musicales serán suaves, de acompañamiento y de tranquilidad. De hecho, lo único capaz de perturbar nuestra paz interior serán las divagaciones de Paul Prospero, o algún diálogo muy ocasional. Aunque las voces estén en inglés, el juego viene traducido al español, y pese a que no hay muchas líneas de diálogo, los pequeños fragmentos de memoria o trozos de papel que hallaremos una vez resuelto cada puzle valdrán su peso en oro si queremos enterarnos lo que le sucedió al bueno de Ethan Carter.