Llega a XBOX un Roguelite de mecánica espacial. En Uncle Chop’s Rocket Shop tienes que seguir las instrucciones si no quieres morir.
Mi relación con la mecánica se basa en que mi coche hace algo que no debería, lo llevo al taller y ejercito mi confianza ciega en que el profesional es honrado, sabe lo que hace y el precio es justo. En Uncle Chop’s Rocket Shop encarnamos a Wilbur, zorro con cuerpo de hombre… o al revés, un nuevo empleado de la franquicia que saber, no sabe lo que hace, pero por lo menos no se lo lleva muerto.
Le cargamos el muerto a Wilbur
El muerto que sí se lleva es el de su predecesor. Nada más ser contratado, Wilbur tiene que coger el cadáver del anterior regente del taller y meterlo en una cápsula para lanzarlo al espacio. Pero antes tenemos que arrancarle un libro de sus frías y muertas manos: el Grimorio. Una biblia de la mecánica intergaláctica, nuestro manual de consulta para poder sacar adelante nuestro trabajo. A través de sus páginas aprendemos las diferentes zonas de la nave con sus sistemas, fallos y modos de reparación hasta que al final del tercer día llega Chop y nos pide el alquiler
Uncle Chop’s Rocket Shop es la marca de una megacorporación dirigida por el Bueno del tío Chop, un cerdo que se manifiesta como un holograma gigante y que te pide el alquiler cada tres días. ¿Lo tenemos? Bien, tenemos otros 3 días, aunque el alquiler sube. ¿No lo tenemos? Como amablemente te dice: “no hace falta que recojas tus cosas”. No, el capitalismo espacial considera que la muerte del empleado es una buena forma de finiquitarle. Rayos laser, tentáculos, fuego… Recursos Humanos son muy imaginativos cuando quieren.
Al bucle con Wilbur.
Mucha muerte para un taller mecánico, no? Aquí es donde se desarrolla la parte Roguelite ya que nuestro guía en todo este periplo, un…humano que sirve desayunos, decide que podemos volver al bucle después de cada horrible muerte. Es muy imaginativo el sistema en Uncle Chop’s Rocket Shop, ya que no es combate sino gestión y saber hacer. Tiene una parte de progresión permanente que se centra en mejoras de calidad de vida (mas tiempo, clientes más pacientes…) y una evolución ingame que se resetea en cada Run. Aquí encuentro un pequeño bache en la progresión, porque cada mejora que se compra suele tardar un día en llegar, de tres que tienes para pagar el alquiler. Eso quiere decir que hay elementos que no se van a poder arreglar, perdiendo el dinero correspondiente, porque si no lo arreglas se te quita dinero (es el espacio-mercado, amigo). Para esto hay un periodo de ensayo y error a mi juicio muy elevado en las primeras horas de juego, repitiendo los 3 primeros días muchas veces .
Los alienígenas que te llegan y sus naves se generan de manera procedural, cada uno con sus creencias, facciones y, claro, problemas mecánicos. Pero los 3 primeros días, al ser más guiados, resultan iguales en sus rasgos fundamentales. Por lo que hasta que te aprendes bien el Grimorio (entero imposible), las piezas y las herramientas, vas a repetir esas tres primeras fases mucho. Por no hablar de los controles.
¿Dónde tienes las manos, Wilbur?
Hablemos de los controles. Uncle Chop’s Rocket Shop es un juego diseñado para ordenador. El uso del ratón parece el perfecto para los puzzles que suponen las reparaciones de cada nave. Al pasar ese control a mando, se pierde la inmediatez del point and click, diseñando un sistema que autoapunta a las partes con las que se puede interactuar.
Parece bueno, pero hay muchas piezas y el sistema no es preciso, por lo que llegar a la parte que queremos puede ser un engorro y una pérdida de tiempo (y no estamos para perder el tiempo). A esto se nos junta un sistema de botones bastante complicado que no se puede personalizar. una combinación perfecta que no casa muy bien con consultar el Grimorio a cada paso, como las instrucciones de Ikea. La jornada laboral se pasa volando, eso sí.
Wilbur el lentorro.
Chop te pide el alquiler cada 3 días y hay que conseguirlo. Cada jornada laboral Wilbur ficha y si todo va bien consulta las peticiones que tiene y elige a su cliente. En el modo normal, la jornada laboral es de 8 horas (mira, por lo menos eso está bien). Eso se traduce en 8 minutos por día (ya no está tan bien). En ese periodo de tiempo tienes que localizar el problema, si no sabes solucionarlo, mirarlo en el Grimorio (buscando la sección y anexo correspondiente), entenderlo, comprar las piezas rotas y arreglar lo que sucede… Si hay que consultar las instrucciones ya te digo que sólo vas a arreglar una nave al día y con eso no llega la pasta, y la cosa se va complica complicando.
Hay un modo más relajado donde el tiempo deja de existir y la limitación está en arreglar 3 naves por día. Las recompensas son menores pero el poder aprender bien cada minijuego para arreglar los respiraderos, el water o la máquina de chorradas lo encuentro necesario para poder ir al modo frenético (el normal). Un buen roguelite no te pone las cosas fáciles, pero si no se tiene la sensación de avanzar corre el riesgo de abandono. El Grimorio se tiene que estudiar, y aquí está el verdadero progreso en los primeros compases, cómo en la muerte has aprendido a solucionar otro nuevo problema con la nave. Porque cada parte de la nave tiene su propia solución, algunas puramente mecánicas de apretar tuercas o sustituir líquidos y otras más bizarras como meterte en una IA o pasarse una fase de plataformas. Todo está en el grimorio, que por cierto se puede descargar de la pagina oficial, bastante útil tenerlo en la tablet al lado.
El Mundo de Wilbur.
Uncle Chop’s Rocket Shop es un juego con un humor (negro) muy peculiar, bebiendo de Rick y Morty con un diseño muy parecido a lo dibujado por Pendleton Ward, presenta unos personajes muy interesantes que nos obligan en cierto punto a tomar decisiones que tendrán consecuencias en el final. Cada uno, hasta el gato, cumple su función en la vida de Wilbur. Porque fuera del estrés laboral, aunque no te puedas alejar de la zona laboral, hay secretos y otras historias que explorar, ampliando el mundo de manera divertida e interesante. Aunque muchas veces el liberalismo no te deja ver el bosque.
Conclusiones.
Una aproximación al Roguelite bastante original con un diseño amistoso y divertido. En su modo normal hay un estrés que podría ser parte del juego si no se acrecentara con el problema de los controles de mando. Intentando jugarlo con teclado parece que mejoraba, pero la versión de consola no lo acepta bien y fallaban botones. Esperemos que arreglen estos problemas, porque estudiar mecánica nunca ha sido tan divertido. Si no te matasen tanto mejor, pero de los errores se aprende. ¿Qué es lo peor que puede pasar? ¿Que la nave se quede tirada en el espacio infinito?