Cuando termina una generación es cuando destacan los grandes trabajos
Estamos a algo más de un mes de recibir la próxima iteración en las consolas de Microsoft. Pues Xbox Series S y Xbox Series X vienen a pasos agigantados a nuestros hogares para ofrecer nuevas escalas para los videojuegos. Pero en este momento es cuando quiero hacer un alto en el camino para resaltar como el final de una generación también es capaz de presentarnos lo mejor de cada casa. Porque es obvio que tras 7 años, con una arquitectura y frameworks de trabajo específicos, los resultados lleguen a su punto álgido. No estoy hablando solo de gráficos de ensueño y escenarios de tamaños inconmensurables, sino de todo el repertorio de opciones y mecánicas que se han ido puliendo junto al rendimiento y la calidad de imagen.
Si comparamos Forza Horizon 2 con Forza Horizon 4, teniendo en cuenta que el primero es un intergeneracional, podemos ver como se refina el tema que expongo. Asimismo, esta semana hemos recibido el flamante retorno de Crash Bandicoot en su cuarta entrega. Un juego que es capaz de exprimir las capacidades de Xbox One X, apostando por los 60fps estables (aunque no perfectos). Además de tener un apartado artístico increíblemente resultón. A lo que voy es que el último año de la vida de una consola, antes de la llegada de su sucesora, es el momento en el que los proyectos más elaborados salen a la luz. Como el inminente Cyberpunk 2077, el cual apuesta por revolucionar el medio con su mundo abierto y narrativa.
No interpretéis este texto como un ataque al inicio de una generación y su falta de “brilli brilli”. Sino como una ovación a la calidad de los últimos compases de la actual. Una invitación a seguir jugando en nuestras consolas actuales sin presión de saltar a la siguiente iteración. Puesto que hay grandes alardes técnicos por disfrutar todavía. Cabe destacar, que gracias a la retrocompatibilidad mejorada de Xbox, podemos saltar de todas formas, y seguir disfrutando de los los refinados juegos de final de generación.