Los Reyes Magos brindan alegría a los hogares sea el año que sea, y los videojuegos no son diferentes

El peor año de la historia de los videojuegos. Esa frase ya la he escuchado cientos de veces en los últimos años y ¡sorpresa!, nunca es tan malo. Hay un aura maligno en nuestro hobby que nos hace pensar en negativo, en prevenir la bofetada que nos van a dar para que de esa forma, si al final cae, que duela menos. Un pensamiento que antes no sucedía, viendo exclusivamente lo bueno que ofrecía la industria del videojuego. En cada año. En cada consola.

¿Para quién ha sido mal año? ¿Para tu vecino del quinto que escucha rumores sin fundamento? ¿Para ese Youtuber de turno que sólo quiere una ración de atención? ¿Para un jugador asiduo a juegos de cartas que ha visto como este año no han salido juegos de cartas? (Este último ejemplo extrapolarlo a otro género random). Vaticinar que ha sido un mal año es muy subjetivo, personal y no se puede nunca tener en cuenta a nivel generalizado. Que yo sepa, este año que nos hemos comido con patatas, muchos de nosotros hemos encontrado desafíos con Sekiro, hemos vuelto a ver la gloriosa vuelta de la saga Gears, nos hemos sorprendido con el cambio de Call of Duty…Podría seguir así hasta llenar dos artículos, pero no es oportuno. Todos nos hemos divertido en 2019. Sin excepción. Y si alguien puede decirme lo contrario que me lo diga.

Por supuesto, mucha gente ya ha sacado la bola de cristal en este 2020. “Claro, este año SI QUE SI va a ser malísimo, porque los estudios se preparan para la próxima generación de consolas”. Error fatal. Hay decenas de juegos para disfrutar, que tocan todos los palos y que encajan con los gustos de cualquier usuario. En el último podcast hacemos hincapié en ese tema, y podríamos haber continuado diciendo una batería de títulos otra hora más de programa. Eso sin contar nada de lo que se pueda anunciar en el E3 en cuanto a juegos, y obviando por completo el “salseo” que vamos a tener este año con la llegada de Xbox One Series X y PS5. Entretenidos vamos a estar un rato.

Ya sea con Papa Noel o con los Reyes Magos, aquellos que hemos crecido con esta bonita tradición familiar aún sentimos un pellizco de ilusión en estas fechas. Un pellizco de alegría y bienestar con los tuyos. Un pellizco que te recuerda lo bueno de ese momento. No perdamos ni la ilusión, ni la alegría, ni mucho menos los buenos momentos. Estoy convencido que irán llegando esos días marcados en el calendario que borrarrán de tu mente esa maldita frase que nos persigue año tras año. Felices Reyes y portaros bien, porque Phil Spencer puede traer carbón.

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