Un nuevo ARPG postapocalíptico
Undungeon es la opera prima del estudio ruso Laughing Games en colaboración con la editora Tiny Build. y es descrita por sus creadores como un juego de rol / acción de ciencia ficción de pixel art con una profunda narrativa. Tras una exitosa campaña en Kickstarter, por fin podemos disfrutar de Undungeon en nuestras videoconsolas. Pero… ¿está realmente a la altura?
Si vas a desmarcarte, que sea por completo
La trama de Undungeon comienza cuando, en el universo, convergen las siete versiones del planeta Tierra debido a un misterioso cataclismo. Esto provoca que la mayor parte de los seres vivos sean erradicados. Pero del Vacío (porque el Vacío es Vacío y nada puede afectarlo… porque sí) entre las realidades surge un Heraldo, un ser que es mitad humano y mitad dios, y cuya misión será la de recuperar los núcleos de cada uno de los mundos para construir una nueva realidad en la cual pueda continuar la existencia.
Durante el viaje, nos acompañará en todo momento Vidicus, un ojo volador que nos aconsejará y enseñará a desenvolvernos por los paisajes y a la hora de enfrentarnos a los numerosos peligros. En términos puramente narrativos, Undungeon copia descaradamente a Disco Elysium (además de cómo nos presenta visualmente los diálogos y sus decisiones), haciendo alarde de una profundidad y unas pretensiones filosóficas que, en mi opinión, restan ritmo y no enaltecen las virtudes que ya posee por méritos propios el juego, como pueden ser sus mecánicas y su dinámico sistema de combate. Una mejor dosificación en ese aspecto habría mejorado muchísimo la experiencia de juego.
Asimismo, la historia principal oscilará como un eco lejano cuando empecemos a adentrarnos en las las tramas secundarias (esto no es un aspecto negativo per se) de la aventura. Estas, presentan una mejor estructura, a mi juicio, dado que manejan mucho mejor los tiempos para hablarnos de las enemistades, las deudas y las miserias de aquellos desgraciados que sobrevivieron al holocausto. Para hacernos, de alguna manera, partícipes de la historia, Undungeon incluye un sistema de karma, pero es muy básico y sus repercusiones se centran, en esencia, en las relaciones con los mercaderes.
Repartiendo, que es gerundio
A nivel mecánico, los combates son la columna vertebral de Undungeon. Disponemos de un botón de ataque cuerpo a cuerpo y otro de esquiva. Ambas mecánicas poseen una versión mejorada, que se cargará si dejamos el botón pulsado. También tendremos el ataque a distancia con armas punzantes y la posibilidad de usar explosivos… que, evidentemente, provocan daños de área. La satisfacción de combatir es realmente buena. Cada golpe… se siente.
Respecto a los enemigos, los hay de dos tipos: los normales, o genéricos, y los jefes, cuyas estadísticas aumentan cada vez que nos provocan daño. Esto es fantástico, porque supone todo un reto y un combate centrado en la estrategia una vez los jefes han llegado a su máximo potencial. Lo aconsejable es derrotarlos sin sufrir daño alguno, o, quizás, el menor posible. Aunque aviso, en ocasiones puede desesperar.
¿Por qué? Pues porque si nos matan, tendremos que comenzar en el último transportador que hayamos activado, perdiendo así todo lo que hayamos conseguido en el camino… a menos que hayamos activado uno de los espejos que hay repartidos por el mundo y que hacen las veces de punto de guardado. En lo personal, este aspecto roguelike no me ha entusiasmado.
Lección de anatomía
En Undungeon podremos personalizar a nuestro personaje de manera más o menos completa. Entre las opciones, tendremos el equipo, que consiste en máscara/túnica/garras y los consumibles, los cuales adquiriremos de los mercaderes que deambulan por el mundo a cambio de los materiales que nuestros enemigos sueltan al morir.
Nuestro personaje, el Heraldo, puede sustituir sus órganos dañados por otros nuevos (esto lo haremos más de lo que pensamos, pues los órganos serán nuestra primera defensa frente a los ataques enemigos). Construiremos entrañas y estas mejorarán nuestras estadísticas. Asimismo, el núcleo viene a ser el centro neurálgico de nuestra build, pues en él engarzaremos las runas que iremos adquiriendo y que nos procurarán ventajas ofensivas y defensivas en el combate.
Las opciones para construir al Heraldo son inmensas y, en ocasiones, nos sentiremos abrumados ante el despliegue de información. Pero, en cierto modo, parte de la gracia de cualquier ARPG es precisamente eso, vestir a nuestro personaje con las mejores estadísticas disponibles, al milímetro, porque cada décima cuenta en la lucha. ¿O no?
Helarte… No. El – Arte
Undungeon se nos muestra desde una perspectiva cenital en la que me gustaría destacar el movimiento de los sprites. Muy fluidos y realistas. El diseño de los personajes es original y oscuro, y los escenarios están plagados de detalles, aunque más que responder a una estrategia artística, da la sensación de que han sido puestos al azar por todo el escenario, sin posicionarse en un patrón definido o clamar a una mera cuestión de buen gusto.
En lo relativo al apartado sonoro, el videojuego no destaca precisamente. Temas de confección minimalista, eléctricos y con ecos ochenteros. No se te queda grabado ninguno después de apagar la consola. A su vez, los efectos de sonido cumplen, sin más, no destacando en ningún aspecto pero tampoco llegando al punto de molestar en la travesía.
Veredicto
Undungeon es un ARPG modesto, con un mundo parcialmente abierto, que peca de muchas cosas, pero no de ganas de entretener. Su universo, su historia, es entretenido, pero lamentablemente solo podremos disfrutarlo en inglés, por lo que muchos jugadores decidirán no subirse al carro. Su mayor atractivo es su bajo precio de salida, y ahora incluso podemos disfrutarlo en Xbox Game Pass, por lo que si eres muy fan de los ARPG te invito a que le des una oportunidad, por muy pequeña que sea.