Las melodías dubstep es nuestras mejores aliadas para matar arañas gigantes, y si no, mirad que bien se desenvuelve la nave de Aaero con su ritmo.
Las propuestas musicales siempre han sido un reclamo muy llamativo que se salen de la tónica habitual de videojuego que conocemos hoy en día. Pasando por los salones recreativos, luego por los aclamados Guitar Hero o Rock Band en los salones de nuestra casa, este género se expande a nuevos horizontes llegando incluso al terreno independiente como es el caso que hoy nos ocupa. Aaero no reinventa la rueda como podremos leer en el análisis, pero todo lo que hace, encaja tan bien, que se postula como uno de los mejores juegos musicales que vamos a encontrar este año.
La música electrónica, más en particular el dubstep, es el estilo musical escogido por el estudio Mad Fellows que sirve de base jugable para Aaero. Tendremos 19 fases, con distintas dificultades, donde tendremos que poner en juego nuestros reflejos, precisión y agilidad perceptiva para conseguir el mejor resultado posible, y así desbloquear nuevas pantallas. La historia no es el mayor aliciente que tendremos, obviamente; y aunque existe una como tal, el único motivo que nos moverá a seguir jugando es batir nuestras propias puntuaciones y conocer las nuevas melodías y composiciones que iremos desbloqueando.
Aaero se compone de dos bases jugables que se van alternando en cada nivel. Por un lado, tendremos que manejar una nave que tiene que seguir el ritmo que marca una línea blanca prefijada y que sigue la melodía de una canción. Con el stick izquierdo, controlaremos la nave en la dirección que necesitemos, pudiendo desplazarnos de manera circular en el mismo plano de la pantalla. Los que hayáis jugado a la fase de bonus de Sonic 2 encontrarán ciertas similitudes, salvo que en Aaero no existe el factor gravedad y tendremos que ser muy hábiles y precisos con los cambios de la dirección de la línea si queremos optar por la mayor puntuación posible.
Por otro lado, una vez completadas estas piezas “rítmicas” tendremos que enfrentarnos a ciertos enemigos, en situaciones que pueden recordarnos más a clásicos como Starfox (salvando las distancias, obviamente). Esquivar los disparos enemigos mientras hacemos un auto-apuntado de todas las naves rivales en la pantalla será nuestro objetivo, intentando que no nos arrebaten ninguna de las tres vidas que tenemos disponibles por cada nivel. Nos daremos cuenta que, aunque con menos presencia, el apartado musical sigue estando presente, y la canción (de manera sutil) nos guiará con los disparos que realicemos. El plato fuerte vendrá con los enemigos finales, donde tendremos que ser más hábiles disparando y esquivando proyectiles, dando como resultado enfrentamientos muy interesantes por el cambio de planteamiento que presenta.
Aunque parezca difícil de explicar, en la práctica Aaero se convierte en un juego muy asequible a la hora de controlar. Eso no quiere decir que el juego sea fácil, y más de una vez tendremos que repetir fases e ir “masterizando” cada recorrido para conseguir la mayor puntuación posible. De hecho, en los niveles de mayor dificultad, estas dos bases jugables se entrelazarán, provocando momentos donde tendremos que estar siguiendo la línea blanca antes mencionada mientras derrotamos a los enemigos que vienen a por nosotros.
Uno de los elementos clave que tiene Aaero es la buena fusión que mantiene su apartado visual con el sonoro. Como ocurría con Rez, el aclamado juego musical de United Game Artist y publicado por Sega, tendremos momentos donde la abstracción predomine, y junto con la música Dubstep se genere un entorno, cuanto menos, original. Eso no quita que haya escenarios más “materialistas” con ciudades derruidas, océanos, túneles o interiores de bestias gigantes, pero todo plasmado de una manera muy minimalista que casa de forma acertada en todo momento. Es más, sobrecargar los escenarios hubiese sido un error por parte de la desarrolladora, ya que el usuario debe estar atento continuamente a los objetos clave de la pantalla, sin perder su atención en florituras que distraigan miradas de la idea principal. Pese a lo dicho, hubiese sido interesante meter mayor variedad de enemigos, o trampas por el escenario tubulado que rompan con las dinámicas predeterminadas.
El apartado musical poca corrección necesita. Pese a que no soy muy amigo de la música electrónica, no tengo más que alabar el trabajo que ha hecho Mad Fellows seleccionando unos temas que funcionan perfectamente y que saben plasmarse muy bien con cada escenario. Artistas famosos como Neosignal, Subhuman o Noisa han colaborado aportando sus canciones “mas sonadas” y que estoy seguro que los amantes del género reconocerán enseguida. Además, como he mencionado anteriormente y recalco ahora, la simbiosis con el resto de apartados es perfecta, y desde el minuto uno conectaremos perfectamente con el estilo musical y con la propuesta que nos brindan los chicos de Mad Fellows. El único “pero” que a lo mejor le encuentro en este aspecto es que se basa más en la precisión y cambios rápidos de nuestra nave en mitad de la canción, que a seguir el ritmo propiamente dicho como la propuesta del resto de juegos musicales. Por lo demás, todo perfecto, y hasta con textos en español.