Análisis de Atomfall para Xbox Series X. El nuevo juego de supervivencia de Rebellion funciona, pero a medio gas.

En la enorme industria de los videojuegos, se dan muchos casos en los que ciertos estudios se animan a salir de su zona de confort para lanzar nuevas IPs completamente diferentes a lo que nos tienen habituados. Estos cambios radicales a veces salen muy bien, consiguiendo que las desarrolladoras logren incluso remontar después de una mala racha. Sin embargo, el ansia por renovarse o morir e incluso por conseguir que los juegos se lancen lo más pronto posible, muchas veces lleva a crear títulos que se quedan a medias de lo que podrían haber sido. Un ejemplo de esto es Atomfall, el nuevo título de Rebellion que ha llegado recientemente a Xbox Game Pass.

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Por si el nombre no os suena, estamos hablando del estudio detrás de la exitosa saga Sniper Elite. Los desarrolladores de estos shooter tácticos de sigilo en tercera persona se han atrevido ahora con el género de supervivencia. Atomfall es un sandbox de acción que toma como referencia otras propuestas similares, pero que se esfuerza por ofrecer una experiencia de juego novedosa y una libertad de exploración prácticamente total. No obstante, muchos de estos alicientes se ven difuminados por otros tantos aspectos bastante mejorables. Pero para verlos todos, vayamos punto por punto.

El incendio de Windscale, el peor accidente nuclear de la historia de Reino Unido

La historia de Atomfall parte de una interesante ucronía, es decir, de la reconstrucción de un suceso real con datos hipotéticos. En este caso, trata el conocido como “incendio de Windscale” del año 1957. Dicho acontecimiento fue el mayor accidente nuclear de la historia de Reino Unido y sacudió el condado de Cumbria (al norte de Inglaterra), dejando una cifra de 240 muertos.

Atomfall análisis historia

En el videojuego, este hecho toma un apocalíptico “what if?”, presentándonos una campiña inglesa arrasada por una inmensa hecatombe nuclear. Los pocos supervivientes que quedan han tenido que empezar de cero y las bandas de saqueadores andan a sus anchas. En este punto tomaremos el control del protagonista del título. Un completo desconocido que despierta amnésico en un bunker tras el desastre, sin saber qué le espera en el exterior. Al salir, se topa con una cabina telefónica y un misterioso interlocutor que susurra tres palabras: “Oberon debe morir”.

Libertad total

Todo este misterio, que envuelve tanto a la naturaleza del protagonista como a la frase que escucha por el deteriorado altavoz del teléfono de disco, es el combustible que nos impulsa a aventurarnos en el mundo de Atomfall. Y es que Rebellion ha creado una obra que depende enteramente de la curiosidad y la predisposición del jugador para explorar. Lo cual puede llegar a ser un método algo hostil si no estamos acostumbrados a este tipo de títulos.

Aunque a primera vista Atomfall recuerda a títulos como Fallout por su ambientación postapocalíptica y retrofuturista, lo cierto es que en jugabilidad está más cerca de parecerse a Metro o al reciente S.T.A.L.K.E.R. 2. Nada más despertar en el bunker nos abordará un hombre con traje antiradiación malherido que nos insta, con gran urgencia, a investigar un lugar llamado “El Intercambiador”. Con la única adquisición de una tarjeta para abrir ciertas puertas, deberemos apañárnoslas como podamos para encontrar este lugar.

Atomfall análisis pistas

Atomfall utiliza un sistema narrativo basado en pistas. Esto se traduce en que nuestra aventura se irá desarrollando según vayamos encontrando notas de otros supervivientes por el mapa. Estos mensajes nos indicarán áreas de interés para que vayamos a explorarlos, pero nunca nos marcarán el lugar exacto en el mapa para que dependamos de nuestra orientación. De hecho, lo más cercano a una marca que me he encontrado en el juego es la indicación de unas coordenadas apuntadas en un papel que yo mismo tuve que buscar en el mapa.

La curiosidad mató al gato

Además de las pistas, Atomfall hace uso de pequeñas narrativas lideradas por diferentes NPC con los que intercambiar favores para poder huir de la zona de exclusión. Algunos de estos encargos estarán relacionados y se cumplirán solos haciendo otros que, a priori, parecían no tener nada que ver.

Asimismo, también podremos comerciar con estos personajes gracias a un sistema de trueques en el que tendremos que nivelar una balanza con los objetos que queremos mercadear.

Atomfall análisis trueque

Hablar con los supervivientes de Windscale también nos proporcionará nuevos destinos hacia los que ir, generándose de esta forma numerosas ramificaciones que variarán según cuánto nos fiemos de unos y otros, aunque nunca estaremos del todo seguros. Dicha inseguridad se mantendrá con nosotros en todo momento, bien porque todos los personajes parecen ocultar algo o bien porque los entornos semiabiertos desprenden un aura de lo más adversa. Por eso nunca tendremos plena certeza de si vamos por buen camino o sí, por el contrario, nos dirigimos directamente a la boca del lobo.

Sobrevivir a toda costa

Si a esto encima le sumamos que empezaremos el juego sin un mísero cuchillo para defendernos, la tensión aumenta exponencialmente. Los primeros minutos consistirán en aprovechar el sigilo para colarnos en guaridas y noquear a los enemigos. El problema es que este sistema no está especialmente trabajado, pues nuestro personaje solamente contará con la posibilidad de agacharse para intentar no ser visto o utilizar un arco (si tenemos uno en la mochila) para acabar con los guardias en silencio. Por si fuera poco, el campo de visión de los enemigos es exagerado y nos detectan desde distancias incomprensibles.

Cuando esto ocurre solo tenemos dos opciones: correr o entrar en la confrontación. Si decidimos optar por la gresca, debemos tener en cuenta que el combate en Atomfall dista mucho de ser ágil. El cuerpo a cuerpo simplemente es un toma y daca de golpes con armas ligeras o contundentes que van desde hachas de mano hasta bates de criquet (todo muy british). Algunas de ellas causan efectos como hemorragia, pero fuera de esto es muy simple y tosco.

Atomfall análisis combate

Las armas de fuego son mejor opción, pero tampoco son la panacea. En primer lugar porque las balas son un bien escaso y es mejor no malgastarlas. En segundo, porque son excesivamente lentas. Recargar un fusil o una escopeta tras efectuar un disparo requiere de unos valiosísimos segundos que el enemigo aprovechará sin dudar para matarnos. Entiendo que esta decisión se ha tomado para que la experiencia resulte más realista y extrema, pero acaba por convertirla en engorrosa y frustrante.

Aprendiendo por el camino

Por suerte, las carencias del combate se ven respaldadas, en parte, por un peculiar árbol de habilidades. Para desbloquear estas destrezas, no bastará únicamente con subir de nivel. Al contrario que en otros juegos, aquí tendremos que adquirir conocimientos y, después, habilitarlos con unas inyecciones concretas. Esto, una vez más, nos insta a explorar bien cada recoveco del mapa, rebuscando por cajones en polvorientos sótanos de casas en ruinas. Dichas aptitudes pasivas nos otorgarán ventajas en el combate y más opciones de supervivencia.

Atomfall análisis recetas

Como no podía ser de otra forma en este tipo de propuestas, Atomfall nos da la posibilidad de fabricar recursos, herramientas y consumibles. No obstante, para crearlos, no bastará únicamente con tener los materiales necesarios. Habrá que encontrar y aprender antes las recetas de fabricación.

Las bondades y asperezas de la campiña inglesa

Atomfall presenta un gigantesco mapa dividido en cinco grandes zonas interconectadas. Cada una de ellas se rige por sus propias normas y está gobernada por facciones. A nivel técnico, el juego cuenta con un vistoso apartado visual, que abarca desde parajes verdes espectaculares y praderas idílicas hasta minas, fábricas o laboratorios escalofriantes. Movernos por el mundo de Atomfall significa pasar de caminar por un bonito pueblo de los Cotswolds a estar con el culo apretado mientras exploramos una central nuclear en ruinas y plagada de mutaciones.

Atomfall análisis apartado visual

En general, la obra de Rebellion se ve muy bien. No obstante, si nos centramos en los detalles, le encontraremos más las costuras. Esto se traduce en que las texturas son algo pobres tanto en variedad como en calidad. Lo mismo ocurre con las animaciones de los NPC, las cuales distan de pertenecer a un título de consolas de nueva generación.

También llama la atención la ausencia de cambios de ciclo entre día y noche o la falta de efectos climatológicos. Parece una broma, pero siendo un juego ambientado en Inglaterra, no hay lluvia.  Ni siquiera ácida por culpa de la radiación. Estos fallos pueden ser menores, pero restan puntos a la sensación de inmersión.

Respecto al apartado sonoro, Atomfall cuenta un doblaje en inglés de gran calidad (y subtítulos en castellano). De hecho, este doblaje es uno de los puntos fuertes de la obra, pues está lleno de modismos y chascarrillos propios del sentido del humor británico. Si hablamos de la música, el juego simplemente cumple con ciertos temas más intensos en momentos de tensión y una calidad de sonido aceptable que mejora la inmersión.

En definitiva

Atomfall es un videojuego que destaca por su impresionante dirección artística y una narrativa no lineal profunda que te mantendrá inmerso en su mundo distópico durante más de 20 horas si lo exploras a conciencia. El título de Rebellion sobresale por la originalidad de su ambientación, combinando elementos retrofuturistas con una atmósfera postapocalíptica única, además de un sistema de juego que recompensa la investigación y la estrategia. Sin embargo, no está exento de pegas: algunos problemas de equilibrio en las mecánicas de combate, la falta de indicaciones en las misiones o los altibajos técnicos pueden empañar la experiencia en ciertos momentos.

A pesar de ello, la obra logra brillar como una propuesta audaz que nos invita a reflexionar sobre los peligros de la energía nuclear y el impacto de las decisiones humanas. Si te gustan los juegos de supervivencia sin ningún tipo de ataduras, te invito a disfrutar de Atomfall y adentrarte en su distopía nuclear con acento inglés.

Atomfall

59,99 €
7.5

7.5/10

Pros

  • Narrativa no lineal profunda que te anima a explorar
  • Sensación total de libertad y de que cualquier cosa puede pasar
  • Impresionante dirección artística
  • Doblaje en inglés de gran calidad con subtítulos en castellano

Cons

  • La ausencia de ciclo día y noche o de efectos climatológicos no se entiende
  • El combate deja mucho que desear
  • El sistema de pistas y la ausencia de indicaciones claras puede abrumar
  • Si nos fijamos en los detalles, veremos las costuras a nivel gráfico

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