MercurySteam forja su propio legado con una obra que huele a épica, magia y combate visceral.

MercurySteam, el estudio español conocido por revitalizar sagas como Castlevania y Metroid, regresa con Blades of Fire de la mano de 505 Games, un action-RPG que busca rendir homenaje a los clásicos del género mientras introduce mecánicas innovadoras. Disponible en Xbox Series X, el juego nos sumerge en una epopeya de acero, magia y venganza.

Blades of Fire, con inspiración en el mítico Blade: The Edge of Darkness, tiene ese tufillo a aquellos juegos a caballo entre el triple A y las propuestas mas modestas que tantas horas de entretenimiento nos dieron en la generación de Xbox 360 y Ps3. MercurySteam se atreve a desafiar, a sacar a los jugadores se su zona de confort, donde otros juegos con sus ayudas y comodidades les han asentado.

Juegos y apuestas diferentes, que se atrevían a experimentar, y que los jugadores tanto demandan en nuestros días. Quizás, Blades of Fire, llegue para avivar esos fuegos que andaban algo apagados, y lo hace con acierto y fuelle, templando un título notable con novedades que dejan un fantástico sabor de boca.

MercurySteam prende la llama del RPG patrio con una fantasía oscura y contundente.

Acero templado en piedra y una Bruja de por medio

En Blades of Fire viajamos a un reino de corte medieval que se desploma bajo el yugo de la recién coronada reina Nerea. Su primer gran acto de poder es tan devastador como despiadado: invocar un hechizo ancestral que inutiliza todo el acero del reino, excepto el de su ejército. El resultado es un mundo desarmado y sometido, donde la población queda a merced de soldados corruptos que hacen y deshacen a su antojo.

La historia de Baldes of Fire nos sumerge en un universo con personalidad, apoyado en textos, códices y diálogos bien escritos.

En este escenario de desesperanza emerge Aran de Lira, un herrero que, gracias a un martillo con propiedades mágicas, logra forjar armas en un mundo donde el metal ha dejado de responder. Junto a Adso, un aprendiz de sabio con verbo afilado y buen sentido del humor, inicia un viaje épico hacia el corazón del poder, decidido a devolver la libertad a su tierra.

La historia no es ningún martillazo revoluciónario, pero ofrece un universo con personalidad, apoyado en textos, códices y diálogos bien escritos, que van dando forma a una mitología con cierto sabor clásico. A pesar de que algunos giros hacia el tramo final no terminan de cuajar, y vaivenes con momentos de bajón en la trama, se nota la intención de sorprender y ampliar el alcance narrativo del juego.

Es loable el esfuerzo de cohesionar la trama con la propia jugabilidad y avance, usando como motor la forja y los misterios del martillo, así como las propias motivaciones de Aran para acabar con la reina. No desvelaremos más, pero el título consigue que pongamos atención al descubrimiento de los hechos y los desvelos de los personajes.

Entre partículas y rendimiento: el acero nunca lució mejor

A nivel técnico, Blades of Fire luce espectacular en Xbox Series X, que ha sido la versión analizada. Con resolución 4K, iluminación dinámica y unos curiosos efectos de partículas que llenan la pantalla en los momentos más intensos, el juego saca músculo gráfico sin comprometer en demasía rendimiento, salvo alguna pequeña caída puntual. No se observa que haya opciones graficas de rendimiento o calidad como en otros títulos. Por otro lado, sí que contamos con opciones visuales muy útiles, como el tamaño de los subtítulos e iconos, o sus colores. Incluso, hay una opción, que nos permite desactivar el daño a la fauna.

Un trabajo visual de calidad

Desde el primer instante en el que nos adentramos en el universo de Blades of Fire, queda patente el esfuerzo que MercurySteam ha volcado en trasladarnos a un mundo de fantasía oscura cargado de atmósfera. El trabajo artístico es uno de los pilares visuales del juego, apostando por una estética sólida, de formas opulentas y redondeadas, coherente con la narrativa, donde predominan los tonos ocres, el metal envejecido y la decadencia medieval.

Las zonas exteriores presentan un contraste muy bien medido gracias a su paleta más natural y viva, exaltando su naturaleza

Todo respira un aire opresivo que refuerza la tiranía de la reina Nerea, mientras que las zonas exteriores presentan un contraste muy bien medido gracias a su paleta más natural y viva, exaltando su naturaleza. No busca el foto realismo, sino una inspiración más propia y personal, con cierta exageración en las formas que se personaliza bien en el aspecto de nuestro protagonista, desbordando personalidad.

Las animaciones de los personajes principales, sobre todo del protagonista Aran y su martillo encantado, están muy cuidadas, incluyendo sus movimientos de ataque, los cuales resultan espectaculares. Solo alguna leve animación transitoria, como los saltos, puede empañar el resultado final.

Desde el primer instante en el que nos adentramos en el universo de Blades of Fire, queda patente el esfuerzo que MercurySteam ha volcado en trasladarnos a un mundo de fantasía oscura cargado de atmósfera

Los ataques fluyen con peso, y se nota un mimo especial en las ejecuciones o en el uso del metal revivido, que luce con una textura muy lograda. Sin embargo, no todo brilla como el acero recién forjado: hay ciertas animaciones enemigas que pecan de rigidez, y algunos NPCs muestran expresiones algo robóticas que rompen ligeramente la inmersión. Las cinemáticas tienen un buen diseño, no resultan pesadas ni excesivas, y se integran perfectamente con la acción jugable.

El rugir del acero

El apartado sonoro es otro acierto: la banda sonora es una mezcla instrumental muy interesante, adaptándose a cada situación con gran precisión, y enarbolando temas epicos en los momentos de mayor climax. Los efectos de sonido de las armas, el rugir de las criaturas o el eco de nuestros golpes en feroces combates están muy cuidasos. Sin duda, un trabajo sobresaliente de MercurySteam en esta parcela.

Los efectos de sonido de las armas, el rugir de las criaturas o el eco de nuestros golpes en feroces combates están muy cuidados.

Siguiendo esta linea, el doblaje en inglés (con textos en perfecto castellano) cumple. No obstante, algunos personajes secundarios podrían haber tenido algo más de fuerza interpretativa, lo que resta un puede restar algo de “punch”, pero en lineas generales, raya a un nivel notable.

Del yunque al mando: alma de clásico, cuerpo moderno

Si por algo destaca Blades of Fire es por una jugabilidad que, pese a sus inspiraciones, sabe templar una identidad propia. El título de MercurySteam ofrece un sistema de combate directo, desafiante y con una capa estratégica que se va revelando a medida que avanzamos, todo ello construido sobre una base que mezcla influencias claras de títulos como Dark Souls, Blade: The Edge of Darkness o una de las propias obras del estudio: Castlevania: Lords of Shadow, pero todo, sin perder su propio filo.

El martillo Forjador

En el centro del sistema de juego se encuentra el martillo forjador de Aran, que canaliza uno de los pilares jugables del titulo. Con él, podremos moldear y forjar los distintos tipos de armas que manejaremos en el juego y que son su impulso jugable, pues adaptaremos nuestro estilo de combate en función del material y el diseño elegido. Este concepto de herrero-guerrero se traslada con acierto al gameplay, convirtiendo cada descanso en la forja en una oportunidad para experimentar con configuraciones nuevas, sin necesidad de depender de un arsenal tradicional.

Mediante un curioso minijuego tendremos que martillear y enfriar el metal nosotros mismos, consiguiendo con ello una mayor o menor resistencia para nuestras armas.

Esta forma de forjar armas se materializa a través de un peculiar minijuego, donde tendremos que martillear y enfriar el metal nosotros mismos, consiguiendo con ello una mayor o menor resistencia para nuestras armas. En función de la resistencia que obtengamos, limitaremos el numero de veces que podemos reparar un arma.

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Es un sistema divertido, a la par que original, donde podremos configurar a nuestro gusto las armas, influyendo en sus estadísticas. Por ejemplo, a la hora de forjar una espada, elegimos su longitud, puño, filo o incluso punta, además de los materiales que utilizaremos para ello (los cuales iremos encontrando a lo largo de nuestro deambular por el mapeado o derrotar enemigos). También, habrá variantes que conseguiremos a través de pergaminos o acabando con enemigos. Incluso, podremos embrujar nuestra espada a través de la Dama de Azul, un misterioso npc que nos otorgara ciertos aspectos mágicos en nuestras armas, para poder derrotar a algunos enemigos, al estilo de Geralt de Rivia con su espada de plata para los monstruos, o abrir caminos ocultos relacionados con la magia.

La Dama de Azul es un misterioso npc que nos otorgara ciertos aspectos mágicos en nuestras armas.

Es importante destacar, que algunas armas podrán utilizarse en distintas poses de combate, así pues, las espadas podrán usar ataques basados en su punta o bien en su filo. Este aspecto, aporta un componente táctico en el combate a la hora de enfrentar a los enemigos, ya que tendremos que elegir la mejor manera de encararlos, o tener en cuenta, por ejemplo, que si estamos en un espacio pequeño, tal vez sea mejor atacar con la punta de la espada en lugar de lanzar tajos que se estrellaran con las paredes y nos dejen a merced de su contraataque.

Personalmente, me encanta este aporte, y aunque puede hacerse áspero al principio, como pasa con muchos aspectos del juego dicho sea de paso, en cuanto le damos tiempo y nos adaptamos, resulta tremendamente divertido.

Golpear con arte, resistir con temple

Los combates destacan por su ritmo bien medido y una sensación de impacto satisfactoria. Cada arma tiene su propio timing y peso, y aunque el sistema de bloqueo, esquiva y parry no alcanza la precisión milimétrica de los referentes del género, responde lo suficientemente bien como para permitir encuentros exigentes pero justos, a la par que divertidisimos. Cada boton responde a un tipo de ataque a una zona vital del contrario, desde la cabeza a los pies, lo que se entrelaza de forma muy organica con las diversas variantes de combate de cada arma. Debemos cuidar nuestra energía para dar fuelle a nuestros ataques o parrys, rellenando está al cubrirnos.

Observa y adáptate, si el jefe no lleva casco, atácale con golpes a la cabeza, así de sencillo en ocasiones, o complejo en otras.

Hay enemigos que castigan sin piedad y jefes que pondrán a prueba nuestra paciencia (y reflejos), aunque el título no se convierte nunca en un festival de muertes gratuitas. No es un juego fácil, al contrario, y exige por parte del jugador un compromiso de paciencia y adaptación, que se traduce en diversión y satisfacción cuando logras comprender su propuesta. Aquí no nos lleva de la mano en ningún momento, ni para combatir ni para orientarnos en nuestros objetivos, mas allá del lore y las interesantes aportaciones de Adso. A cambio, nos propone una atmosfera lo suficientemente rica en sus apartados, como para invitarnos a sumergirnos en su interesante propuesta y superar su aspereza.

Perece, a priori, es una decisión de diseño muy interesante y acertada, que puede echar a algunos para atrás, pero que aquellos que decidan seguir adelante, van a descubrir un verdadero tesoro.

“Observa y adáptate: el arte del Herrero-Guerrero”

Mención especial merecen los duelos contra élites y jefes, momentos en los que el juego brilla con luz propia. Cada combate se plantea como un pequeño puzle en el que entender patrones, adaptarse y saber cuándo golpear o retroceder.

Cada combate se plantea como un pequeño puzle en el que entender patrones, adaptarse y saber cuándo golpear o retroceder.

Tanto en estos enemigos, como en los comunes, al centrarlos como objetivo se nos marcaran con colores sus resistencias según sus miembros. Rojo, si no podemos dañarlo, amarillo para daño medio o verde si es más accesible. Para hacer más daño podremos asestar golpes cargados dejando pulsado el botón de ataque. Esto podrá variar en función del arma que blandimos, su estado, o incluso la pose de combate, siendo más complicado en los mencionados jefes.

Observa y adáptate, si el jefe no lleva casco, atácale con golpes a la cabeza, así de sencillo en ocasiones, o complejo en otras. Aquí se aprecia el trabajo del estudio en ofrecer variedad: desde criaturas corrompidas hasta guerreros mecanizados, pasando por invocadores y espectros, cada jefe tiene su identidad.

El oficio del Herrero y su progresión

En lo que respecta al progreso del personaje, Blades of Fire apuesta por una progresión basada en mejoras y materiales, en lugar de estadísticas clásicas. Esto encaja bien con el concepto de un herrero que no sube de nivel, sino que perfecciona su herramienta de trabajo.

Está gentil anciana nos ofrecerá materiales especiales para nuestra forja.

El desarrollo y evolución oscila alrededor de la forja y las armas, quedando aspectos como la vida o la stamina a merced de una serie de ítems que iremos recogiendo en nuestras aventuras, y que tiene cierto margen de desarrollo. Estas aventuras encontraran su lugar de pausa en las forjas, que además de los menesteres de forja, también funcionan a modo de “hogueras para el descanso y puntos de viaje rápido.

Pasadizos, paladines y pergaminos: cartografía del acero perdido

La exploración, sin llegar a ser abierta, propone un desarrollo semilineal con atajos, muchas zonas secretas y bifurcaciones interesantes. Los niveles están diseñados con cierta verticalidad, y se agradece que el juego no caiga en la trampa de lo excesivamente laberíntico, siendo eso si, intrincados y amenazantes (cuidado con las caídas). Además, hay fragmentos de lore y coleccionables, como los paladines caídos, bien integrados que recompensan al jugador curioso sin imponer una recolección artificial.

Ojo al códice y a los apuntes de Adso mientras jugamos. Tratará de ayudarnos con información de nuestros enemigos y ayudas en los escenarios para atravesar accesos. Actualizara nuestro Lore con información útil e interesante de forma constante.

Hay fragmentos de lore y coleccionables bien integrados que recompensan al jugador curioso.

A nivel de interfaz y calidad de vida, el juego se muestra ágil y accesible, sin menús innecesariamente enrevesados. Se agradecen detalles como los accesos rápidos, el códice narrativo, que es sumamente bonito con un arte espectacular que desborda buen gusto y talento, y una estructura de checkpoints bien repartida. También hay algunos puzles ambientales que, aunque simples, rompen la rutina del combate y añaden variedad.

Eso sí, no todo es acero pulido: hay momentos en los que la cámara en espacios cerrados puede jugar malas pasadas, y el sistema de fijado a veces pierde el blanco en medio del caos, lo cual empaña ligeramente la experiencia. Tampoco habrían estado de más más opciones de movimiento avanzado o ataques a distancia, aunque entendemos que el juego apuesta por el cuerpo a cuerpo más puro. Los tiempos de carga entre las diversas transiciones también acaban resultando molestos y empañan en cierta manera la experiencia jugable.

Los impactos en los enemigos serán brutales, con desmembramientos y golpes durísimos

Conclusión:

Blades of Fire no busca deslumbrar con grandes artificios, sino convencer desde la solidez, el carácter y una propuesta bien definida. MercurySteam firma un RPG de acción y aventura que combina con acierto tradición y novedad, evocando el espíritu de los clásicos mientras introduce mecánicas propias que le otorgan identidad. Puede tener asperezas, como todo metal recién forjado, pero bajo su superficie late un diseño valiente, cuidado y con alma.

En un panorama saturado de fórmulas repetidas, se agradece una obra que no teme ensuciarse las manos, abrazar lo artesanal y devolvernos la emoción del descubrimiento. Una experiencia que, sin ser perfecta, demuestra que aún hay espacio para los juegos con pulso firme, ideas claras y corazón ardiente.

Blades of Fire

59.99 euros
8.8

Valoración

8.8/10

Pros

  • Diseño de niveles inteligente, lleno de secretos y rutas alternativas.
  • La Forja y sus mecánicas junto a un sistema de combate divertido, profundo y satisfactorio
  • Su apartado gráfico y artístico rayan a gran nivel
  • Una gran banda sonora y ambientación notable

Cons

  • Altibajos en su trama
  • Sus tiempos de carga son un poco molestos
  • Animaciones algo rígidas en algunos enemigos y NPCs, que desentonan con el conjunto

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