Tras tres años de ausencia el señor ha vuelto a recuperar su trono y es que From Software ha coronado a Dark Souls II como rey del género.
Son innumerables las desarrolladoras que tras el éxito de sus anteriores entregas no logran recuperar la calidad de las mismas y desarrollan un juego que no está a la altura, aquí tenemos la excepción, y es que From Software sabía desde el principio lo que buscaba y lo ha conseguido sin lugar a dudas, una nueva entrega de la saga Souls que supera con creces a las dos anteriores, Dark Souls II nos está esperando.
Comenzamos nuestra odisea tras una cinemática de cinco minutos que nos pone en situación; somos un ser maldito del que ya queda poco y tendremos que viajar por el asombroso nuevo mundo de la saga, Drangleic, buscando deshacer esta maldición y recuperar nuestra vida.
Apareceremos algo desconcertados en el Altar Encantado, un lugar que carece de vida y apenas hay enemigos. Divisaremos al fondo una luz, y como atraídos por ella llegaremos hasta la casa de las Guardianas del fuego, ellas a modo de burla nos permitirán diseñar nuestro personaje; escogeremos nombre, aspecto físico (no afecta en nada a la hora de jugar) y clase, cada una de las ocho clases que hay (guerrero, caballero, espadachín, bandido, clérigo, hechicero, explorador o marginado) contará con sus atributos iniciales específicos, pero no tendremos problema en conforme avanza la historia, enfocar nuestro personaje de otro modo.
Y aquí es donde todo verdaderamente empieza en Dark Souls II, encenderemos nuestra primera hoguera y enseguida nos invadirán las primeras sensaciones, ese ansia por explorar, por saber que desafío nos deparará la siguiente puerta… pero siempre con ese miedo a la muerte que llevamos arrastrando desde Demon’s Souls y que hace de esta serie tan adictiva. Usaremos el área a modo de tutorial para recordar los controles de juego que prácticamente no han cambiado y enseguida nos daremos cuenta de las mejoras en cuanto a movimientos, animaciones y sobre todo iluminación se refiere; porque en Dark Souls II, From Software ha querido darle más importancia a la luz, ya que tendremos la posibilidad de encender antorchas para hacer desaparecer la oscuridad y marcar los caminos que ya hayamos recorrido.
Tras terminar llegaremos a Majula, nuestro asentamiento principal, donde nos inundará una paz increíble que hará que dejemos de lado aquellos miedos del inicio. En este remanso de tranquilidad podremos realizar todo tipo de tareas para mejorar nuestro equipamiento y personaje. Conoceremos a Heraldo de Esmeralda, el PNJ (personaje no jugador) más importante de todo el título, esta bella dama nos permitirá subir los atributos a nuestro gusto y mejorar el tan preciado Frasco Estus, ya que a diferencia de Dark Souls, tendremos que ir encontrando fragmentos de Estus para poder contar con más unidades de este. También habita en Majula un herrero algo deshecho con el que podremos subir armas y armadura desde los primeros compases del juego. Además contaremos con la presencia de dos mercaderes; más tarde y a medida de que vayamos conociendo a más PNJ estos se irán sumando a los ya citados en Majula, como pueden ser pirománticos y hechiceros.
Vamos a proceder al análisis propiamente dicho, comenzamos con el uno de los aspectos estrella de la serie Souls, la exploración. Desde el principio, en Majula, ya tendremos tres lugares a donde ir, y es que esta es la esencia, comenzar a caminar sin saber que nos encontraremos y con práctica y error, siempre pagado con la muerte, iremos dominando cada uno de los territorios que forman parte de Drangleic. Vemos en Dark Souls II mucha más variedad de mapas y escenarios, desde bosques oscuros, fortalezas desoladas, muelles fantasmagóricos hasta antiguas ruinas de una gloriosa ciudad; que son en general más cortos que en la anterior entrega, esto permite que visitemos más lugares y nunca se nos llegue a hacer repetitiva una zona porque siempre tendremos otras alternativas que coger. Cada mapa ha sido cuidado al máximo, sobre todo el aspecto de interactuar con los elementos que lo forman, lo que nos obliga a estar atentos a todo lo que nos rodea para que no se nos pase ningún objeto ni zona oculta. Además de que con la nueva partida + (la que realizamos tras acabar el juego por primera vez) encontraremos objetos y enemigos diferentes únicos para este NG+, que hace que no perdamos el espíritu de exploración aunque ya hayamos recorrido esa zona en nuestra primera partida.
La jugabilidad de Dark Souls II se mantiene fiel a la saga, no se han añadido controles raros ni ninguna habilidad diferente. Eso sí, las mecánicas de movimiento, animaciones durante el combate y las reacciones tanto de nuestro personaje como de los enemigos han sido mejoradas. Vemos mucha más variedad de ataques, pasando por los básicos, fuertes y los críticos; nuestro personaje se siente más ágil, responde de manera más natural a los controles e incluso se mueve más rápido. Esto hace que tengamos gran abanico de opciones a la hora de afrontar a nuestros enemigos, podremos esquivar más intuitivamente, realizar contraataques y combinar el ataque cercano con uno a distancia en vez de basarnos en lo típico de tener que aguantar todos los ataques con nuestro escudo. Pero si solo mejorara nuestro personaje el juego se volvería más fácil, cosa que ni por asomo ha pasado; la IA ha sido diseñada magníficamente, haciendo que cualquier enemigo se nos presente una amenaza si no lo tomamos en serio; aparte de esto encontraremos jefes finales muy bien cuidados y variados que nos harán sudar para acabar con ellos, muchas veces con lágrimas y desesperación en cada derrota pero siempre con esa recompensa eufórica tras la victoria.
Hay cambios que se agradecen como una mayor cantidad de PNJ con los que interactuar, poder viajar a través de las hogueras desde el principio, recuperar salud con las gemas de vida que nos serán muy útiles al comienzo del juego, la inclusión de las antorchas que nos permiten iluminar todo lo que vemos y la posibilidad de llevar 4 anillos en vez de 2 como en la anterior entrega. Pero también otros lo harán más difícil como el hecho de que cada vez que mueres siendo hueco tu barra de vida máxima va descendiendo hasta llegar al 50%, que algunas armas se queden clavadas al suelo al golpearlo o que puedas ser invadido por otro jugador aunque vayas siendo hueco (en Dark Souls tenías que ser humano).
A través de nuestra odisea combatiremos contra una infinidad de enemigos, todos característicos del territorio en el que nos encontremos y tratados con un alto nivel de detalle, además de que para nada se nos harán repetitivos como suele ocurrir con otros videojuegos. Los habrá grandes, pequeños, más débiles y más fuertes, pero cada uno transmitirá una sensación diferente y esto los hará únicos a cada uno de ellos. Sin olvidar que Dark Souls II contará con un respawn limitado, es decir podremos matar hasta doce veces el mismo enemigo (quitando los enemigos finales y algunos algo más poderosos de lo normal), haciendo que cada zona de farmeo (conseguir almas) sea más especial y le demos valor, sabiendo que en algún momento ya no contaremos con ella, a no ser que usemos ciertos objetos que hacen revivir a los enemigos, aunque a costa de hacerlos más poderosos.
Con un motor gráfico que exprime hasta el último jugo de las consolas Xbox 360 y PS3, disfrutaremos de un apartado gráfico nos sumerge de lleno en el juego, con efectos de iluminación increíbles y texturas más que decentes con la que se recubre este fantástico universo (a pesar de haber recibido un recorte gráfico en relación con lo que se nos enseñaba en vídeos anteriores). En comparación con Dark Souls, el agua y el fuego se ven mucho más reales, las armaduras y armas cuenta con un mayor detalle y apenas se ven texturas totalmente negras (como sí pasaba en Dark Souls), ya que podremos llevar una antorcha siempre encima para no perdernos nada. Todo con una tasa de frames por segundo que se mantiene estable durante todo el juego y en ningún momento nos lo ralentiza.
Con lo que respecta al plano sonoro vemos la necesidad de destacar lo bien que están compaginados los efectos de sonido junto a la música. Estos efectos de sonido nos permitirán escuchar pasos o respiraciones con las que deduciremos que un enemigo se encuentra cerca y nos darán ventaja a la hora de enfrentar el combate. La banda sonora es sublime, a cargo de Motoi Sakuraba, logra infundirnos la desesperación, ansiedad, o tranquilidad según el momento; solo con escucharla antes de enfrentarnos a un boss final puede hacernos sudar y acelerar nuestras pulsaciones para prepararnos a tan tenso momento.
Por último el apartado online, un elemento único en Dark Souls II, que incita a la cooperación entre jugadores y a los duelos. Mediante los mensajes y manchas de sangre podremos hacernos una idea de los que nos espera, tanto un tesoro oculto como una muerte rápida. A través de los ocho juramentos (se llamaban pactos en Dark Souls) estableceremos una serie de relaciones con el resto de la comunidad de jugadores; hay pactos de invasión, de defensa frente a invasiones o de cooperación, incluso hay uno que hace el juego más difícil aún, desactivando este apartado online y haciendo más duros a los enemigos, sinceramente, no lo recomendamos. Este apartado online le encontramos la única queja importante al juego, y es que a pesar de contar con servidores dedicados hay veces en las que el lag hace imposible el juego y juramentos como el de la senda azul no están bien implementados. Esperemos que con el paso del tiempo From Software vaya optimizando este aspecto del juego que lo hace tan especial y adictivo.
Conclusión:
Dark Souls II es una obra maestra que sin duda hará que la saga Souls sea recordada en la historia de los videojuegos. From Software ha realizado un trabajo increíble, sobre todo por no dejarse llevar con eso de “adaptar los juegos para que lleguen a más público” y ha logrado crear este Dark Souls II que es digno sucesor de la saga. Con una jugabilidad marca de la casa, que ha sido mejorada, incluyendo novedades que le dan frescor pero sin perder la esencia; un apartado gráfico que culmina esta generación de consolas, además de un motor de físicas que lo hacen mucho más real y fluido; una banda sonora que te estremece el alma y un online que no se ve en otros títulos lo convierten en el rey del género. Dark Souls II es un juego que debes al menos probar, pero en cuanto lo hagas ya no podrás soltarlo porque es esa relación amor-odio lo que lo hace tan adictivo, un reto a la altura de los más exigentes.
Gráficos: 9
Jugabilidad: 10
Sonido: 8.5
Multijugador: 8.5
Duración: 9.5
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