Bungie regresa con su buen hacer y su perspectiva del género shooter, ¡tenemos entre nosotros el esperado Destiny 2!
Una de las compañías que más expectativas levanta en verso a sus franquicias o nuevos proyectos es Bungie. La hacedora de los mejores shooters del sector del videojuego está de vuelta con otra de sus adictivas y completas propuestas, sí, ya tenemos entre nosotros la ansiada y esperada segunda entrega de la última saga de la compañía, Destiny 2.
Sin embargo, la llegada de Destiny 2 al mercado no ha supuesto otra cosa que la ida y venida de rumores infundados, así como opiniones de detractores de la licencia que no ven con muy buenos ojos esta nueva entrega al tratarse de lo que ellos mismos tildan como “más de lo mismo” o “es un más y mejor”. Pero, ni mucho menos. Destiny 2 es una de las propuestas del género shooter más completas y redondas que recordamos hasta la fecha, no por revolucionar ni invitar la rueda, sino por acertar en su propuesta y ejecución.
Por ello, a lo largo de las próximas líneas vamos a ir desgranando uno a uno todos los detalles y apartados de este Destiny 2 en su análisis. Aunque antes de empezar tan solo queremos aclarar o matizar un pequeño detalle, y es que este título requiere de cierta dedicación para experimentar todo lo que nos puede ofrecer, debido a ello los análisis de este título han tardado en salir a luz en todos los medios. Es un videojuego que merece ser jugado con calma, y así poder disfrutar de todo el contenido que nos ofrece que no es poco. Además, el juego no termina con los créditos al culminar este mismo, sino que más allá de esto, cuenta con un end-game extenso y amplio. Sin más dilación, poneros cómodos y enfundar vuestras armas para acompañarnos en nuestra lucha por salvar a la vanguardia.
Antes de comenzar, saber que esta secuela no aporta grandes novedades ni innovaciones, así que si estabais buscando eso quizás no lo encontréis. Por otra parte, si lo que queréis es una experiencia única en su género y Destiny os gustó, preparos porque vais a quemar horas en esta nueva entrega como si de cigarrillos se tratase. No obstante, si podemos deciros que Bungie ha aprendido mucho de sus errores del pasado, los ha solventado y con muy buena nota, todo hay que decirlo. La presentación de este Destiny 2 es impecable y cuenta con unas cotas de calidad sobresalientes, por lo que gana en espectacularidad y puesta en escena.
Para empezar a construir esta obra, Bungie se ha valido de un pilar muy especial, aunque vapuleado en la primera entrega. Se trata de la campaña, la cual ha sido mejorada con muchas creces. En su antecesor, la compañía no supo encontrar el enfoque correcto para tratar este modo como es merecido, por lo que los usuarios de Destiny claramente destacaron este aspecto para mal. Pero, como hemos dicho Bungie aprende, y en esta ocasión deja atrás la confusión de la historia de la obra original para ofrecernos una aventura muy bien construida a la par que atractiva. Sin contar con un guion particularmente profundo o complejo, la historia es capaz de atrapar al jugador desde un buen principio y llevarlo en volandas hasta el final de esta misma.
El argumento de esta segunda entrega da comienzo cuando la Legión Roja asedia La Torre y se hace con su control, arrasan la ciudad y privan de su poder a los guardianes, dejando de esta forma muy pocas esperanzas a la salvación del universo por parte de nuestros héroes. De esta forma, emprenderemos un viaje con las pocas fuerzas que nos quedan, reuniendo según avancemos a una resistencia con la que trataremos de afrontar la restauración de la luz y la recuperación de La Torre. Parece un argumento un tanto típico, procedente de las películas más taquilleras de Hollywood, pero la verdad es que funciona muy bien y Bungie se las ha apañado para que de verdad nos interese lo que se cuenta en él.
Lo cierto es que contar con unas bases y unos pilares ya establecidos por la primera entrega, ha ayudado a la propia compañía a centrarse en desarrollar un argumento mejor y de una forma más cómoda. Ya conocemos mínimamente los orígenes de los guardianes, su función, el poder, el viajero, las clases, así como las distintas facciones. Por ello, pueden permitirse el lujo de saltarse las presentaciones, los tutoriales y meterse de lleno en unas mecánicas que funcionan como si de un engranaje de reloj se tratará. Además, han sabido dotar a la historia de un empaque extra, consiguiendo una narrativa más amena y fluida. Y eso lo consigue gracias a unas cinemáticas creadas con el propio motor del juego, donde los distintos representantes de las clases nos narran los acontecimientos y nos ponen en situación. Por otro lado, refuerzan estas cinemáticas con una serie de diálogos entre personajes, o bien manteniendo comunicaciones por el intercomunicador que tienen como medio nuestro Espectro.
Destiny 2 es un videojuego vasto y generoso en contenido, que con la finalización del modo campaña tan solo damos salida al arranque del verdadero juego. Aunque como siempre en este tipo de juegos, está el listillo que salta alegando: “ya puede durar lo que dura, haciendo uso de la reiteración de misiones o actividades”, y sí, se repiten misiones, eventos o actividades, pero en esta ocasión Bungie se las ha ingeniado para que el jugador o jugadora no note esa sensación de monotonía o aburrimiento que se dejaba notar a las primeras de cambio en la primera entrega.
En esta entrega se ha diseñado un esquema o patrón de misiones similar al de la entrega original, pero con algunos cambios que aportan dinamismo y variedad a las actividades. Por un lado, tenemos las misiones principales que se encargan de guiarnos a lo largo de toda la historia de la campaña. Y por otro lado, tenemos una serie de misiones secundarias que complementan las principales, las cuales son conocidas como Aventuras. Estas nos propondrán una sucesión de objetivos adicionales que nos permitirán obtener engramas, equipamiento o medallas para subir nuestra reputación de personaje. Además, las Aventuras, a veces, esconden secretos o detalles bastante satisfactorios de ser jugados, así como botines bastante suculentos. A este tipo de misiones se le suma un montón de contenido más, como: los eventos, las patrullas, los asaltos, la Raid y el crisol (la faceta multijugador competitivo del título), entre otras tareas diversas más.
Como podéis ver el título va sobrado de contenido y tiene planeado una gran cantidad más mediante actualizaciones constantes gratuitas, más las expansiones de pago claro está. Este es un hecho que no se le ha podido echar nunca en cara, pero que en Destiny no se supo gestionar como fue debido, tardando meses en introducir el primer contenido realmente de interés para los jugadores. No obstante, es obvio que tarde o temprano notaremos la sensación de repetición, es irremediable, puesto que a todo videojuego que le dediquemos cientos de horas, por muy bueno que sea, acabará cayendo en este factor. Al fin y al cabo, los juegos son sistemas programados cerrados, que se comportan de forma predefinida y tienen sus propios límites.
Sin embargo, esa sensación de cansancio se podría haber combatido de otra forma, no solamente cambiando el esquema de misiones. Nos referimos al hecho de que esta secuela no incorpora ninguna novedad sustancial; la inclusión de nuevas razas, facciones, razas o clases hubiera sido un atractivo extra, que sin lugar a dudas, habría supuesto un cambio de aires. Aun así, os podemos asegurar que enfrentar a los caídos, los poseídos, la Legión Roja o los Cabal sigue siendo igual de entretenido que siempre, y esa carencia no será tan presente como podría uno pensar.
En líneas anteriores hemos comentado que el juego realmente inicia tras finalizar la campaña de este mismo, la cual tiene una duración aproximada de doce horas. Tras esa cantidad orientativa de horas, dará comienzo lo que se conoce como el end-game del videojuego. En ese momento, podremos viajar por todos los mundos que conforman Destiny 2 (la Tierra, Titán, Ío, el Viajero o Nessus). A parte de subir a nuestro personaje hasta el nivel 20 (el máximo), ahora tendremos la misión de subir nuestro nivel de poder para poder participar en actividades y aventuras más difíciles y desafiantes que antes. Y la forma de subir nuestro poder no es otra que ir completando eventos públicos o partidas rápidas del crisol, es de esa manera que conseguiremos mejores armas, armaduras, cascos, perneras y guanteletes que aumentarán el índice de luz de nuestro Guardián, y creernos que esto es realmente adictivo.
En este sentido nos ha gustado la constante progresión de nuestro personaje, el cual es un factor que aporta satisfacción a la experiencia de juego, cosa que en el primer Destiny no estaba del todo bien equilibrado. En esta ocasión, Bungie ha pensado en todo el público potencial de esta segunda entrega, por lo que todos los jugadores podrán optar a realizar los eventos más codiciados del juego, como: las Raid, las Pruebas de los Nueve o los ocasos. Dichas pruebas eran tremendamente difíciles de llevar a cabo en el primero, puesto que el nivel de poder se estancaba en cierto momento y resultaba muy complicado seguir progresando, provocando así la frustración del jugador que no podía dedicar tantas horas al día. De esta forma, los requisitos para poder acceder a todo este contenido se ha bajado e incluso se ha introducido la posibilidad de que otros jugadores más avezados acompañen a otros no tan duchos, sirviendo así de guías en estas aventuras.
Por otro lado, antes de terminar con lo que es el contenido que ofrece el videojuego, nos gustaría parar en ciertos aspectos o características que merecen cierta atención especial al presentar alguna que otra novedad respecto al título original. En esta situación, están: los eventos públicos, los asaltos y las Raid.
El primero de todos, los eventos públicos, son actividades multitudinarias que surgen espontáneamente y aleatoriamente en distintas zonas públicas de los distintos planetas de la galaxia. Estas congregaciones de guardianes tienen como objetivo frustrar los planes de nuestros enemigos en una serie de misiones establecidas, como: evitar que extraigan lumen, eliminar holeadas de poseídos o acabar con otros tantos Cabal, por poner algunos ejemplos. Hasta aquí nada nuevo, sin embargo, cada evento público dispone de una nueva modalidad debutante con la cual se pueden afrontar. Se trata de objetivos secundarios que activan una dificultad añadida a estas actividades y convierten los eventos en heroicos. De esta forma, si cumplimos ciertos requisitos secretos, como: destruir ciertas naves, núcleos de energía o compuertas ventilación, conseguiremos activar esta modalidad que aporta un desafío mayor al que ya estamos completando, y creernos esto supone un reto bastante atractivo. Por último en lo referente a este tipo de misiones, comentar que se echa en falta más variedad en ellos, ya que completarlos supone una parte importante en la obtención de recompensas mayores.
En segundo lugar, tenemos los asaltos. Estas actividades ya estaban en la primera parte, se trata de misiones cooperativas de hasta tres jugadores que consisten en completar una mazmorra, la cual culmina con una batalla contra un jefe final bastante épica y costosa. Por lo general, no han sufrido cambios significantes, pero si nos ha gustado que su diseño y mecánicas hayan ganado protagonismo, ya que a pesar de ser recorridos lineales se sienten fluidos y dinámicos, aunque claro cuando ya los hayamos completado un par de veces pierden estas facetas.
Y en tercer lugar, nos encontramos la JcE o Raid, la cual en este caso es la incursión del Leviatán. Dicha actividad se ha añadido una semana después del lanzamiento del título, algo que es totalmente sorprendente, ya que como decíamos con la primera entrega tardaron mucho más. En esta incursión viajaremos al palacio del emperador Calus donde nos enfrentaremos a un entorno hostil lleno de enemigos y pruebas que superar. Es curioso como Bungie se la ha jugado en esta ocasión con el evento jugador contra entorno, puesto que nunca habían tomado la decisión de afrontar una raid como se una torre de pruebas se trata, según vamos derrotando jefes y holeadas de enemigos, obtendremos acceso a una nueva prueba que nos propondrá un nuevo puzle de sigilo, plataformas o combate. Sin lugar a dudas, todo un acierto por parte de la compañía, pero que puede que a los más puristas de la saga no acaben de encajar muy bien.
Si habéis llegado hasta aquí, os habréis podido percatar de todo el contenido, y todas las posibilidades que se pueden llegar a ofrecer en este Destiny 2. Sin embargo, todas estas horas de juego no tendrían sentido sin una jugabilidad acorde a la propuesta que estamos tratando. Y es que cuando Bungie está detrás de un título de este corte, es decir, un shooter no puede haber dudas de que en este aspecto nos vamos a encontrar ante una auténtica maravilla en cuanto al control se refiere. Por ello, gozamos de un control exquisito que responde y corresponde a las mil maravillas hasta para los jugadores más competitivos. En Bungie son auténticos maestros recreando y plasmando la sensación de disparar en los videojuegos, desde la recargar hasta las mismas físicas de impacto están tan bien trabajadas que con solo ver el título en movimiento atrae a ser jugado. Además, las distintas secuencias de acción, así como la gran cantidad de tormentas de tiros que nos encontraremos están muy bien llevadas a cabo, haciéndonos partícipes en todo momento de la acción.
En este sentido, es imposible jugar a Destiny 2 y no recordar otra gran saga de la compañía como Halo. De hecho, hay grandes alusiones a esta, e incluso la recta final de la campaña de esta secuela recuerda en gran parte a algunos finales de los más espectaculares del género, como el del propio Halo: Combat Evolved. Esas huidas en Warthog, en tanque o aviones que se quedaron grabadas en nuestras retinas, volverán a nuestras mentes al disfrutar de esta obra.
Otras de las facetas a tener en cuenta es la competitiva. Esta segunda entrega mantiene intactas las bases de este modo, aunque lo somete a varios cambios. El crisol, que es el nombre con el cual se conoce esta vertiente, ha sufrido un recorte en cuanto a los jugadores que puede albergar en una partida, pasando de seis a cuatro. Una reducción que parece negativa según el punto de vista desde la cual se analice. Por un lado, está claro que ahora las escuadras son más pequeñas, pero por otro nos encontramos con unos mapas mejor diseñados y unas partidas más tácticas que antes.
El cambio que se menciona anteriormente de las escuadras afecta directamente al modo más competitivo de todos, las Pruebas de los Nueve. Estas pruebas son eventos que suelen durar una semana, en los cuales tenemos que ganar siete de tres partidas de este tipo para tener acceso a una serie de zonas secretas que dan la posibilidad de conseguir armamento de gran categoría. Por otra parte, las modalidades de juego siguen siendo las mismas de siempre el duelo por equipos, el control de puntos, la baja confirmada, entre otros…
Entrando en materia gráfica, nos encontramos con uno de los aspectos que más expectativas tenía depositadas, ya que esta vez se ha abandonado el lastre de la anterior generación que tanto daño supuso en la primera entrega según distintos analistas. Además, la tecnología ha evolucionado bastante desde que se lanzara la entrega original en 2014, por lo que Destiny 2 se verá beneficiado de las mejoras graficas que PS4 Pro y Xbox One X puedan ofrecerle, como por ejemplo, la tecnología 4K.
De esta forma, el resultado obtenido es mucho mejor que el de la primera obra, ¿lógico no? No obstante, no sorprende ni alardea por encima de ningún referente visual. Pero, sí que es capaz de encandilar, maravillar y atraer a partes iguales por un acabado muy notable. Todos los entornos, efectos visuales o de partículas, así como la iluminación gozan de un acabado impecable, puesto que se han mejorado con creces para mostrarse más espectaculares si cabe. Por otra parte, es capaz de gestionar mejor el rendimiento cuando se saturan los escenarios de enemigos y se suceden una serie de explosiones o efectos, en esos casos ya no sufre tanto como en el original.
Como hemos dicho el apartado gráfico no es ningún alarde, pero en conjunto logra dar la talla con muy buena nota. Y eso es debido a una dirección artística merecedora de un premio, Destiny 2 es una obra de arte en cuanto diseño se refiere, y una vez más Bungie demuestra su buen hacer en este campo. Los mundos del videojuego están tan bien recreados y dotados de detalles que parece que tengan vida propia, son hermosos, bellos y fantásticos, lo que nos llevará a contemplarlos durante horas. En este sentido, cabe destacar la forma tan inteligente que ha tenido el estudio de utilizar la paleta de colores y la iluminación para lograr atraer en todo momento al jugador con la armonía cromática.
Por último, pero no menos importante, ya que en esta ocasión hay que quitarse el sombrero, la banda sonora y el audio. El apartado sonoro del título es sencillamente extraordinario, elegante y contundente por partes iguales. Michael Salvatori se ha encargado de dirigir la maravillosa banda sonora de la que Destiny 2 puede presumir, os lo decimos desde ya mismo, escucharla porque merece mucho la pena. De hecho, podéis hacerlo de forma totalmente gratuita, ya que el estudio ha compartido las casi dos horas de audio a través de su canal oficial de Youtube. La música acompaña en todo momento a la acción del videojuego hasta el punto que parece llevarla en volandas subiendo en los momentos álgidos de espectacularidad y amansando o aplacando el ritmo cuando es necesario. En resumir las cuentas, nos ha encantado el trabajo que se ha realizado en este apartado. Por otra parte, el doblaje sigue siendo de una calidad indiscutible contando con muchas de las voces que ya estuvieron presentes en la primera parte, no hace falta decir que todo el contenido del juego está localizado en un perfecto castellano.