Bioware se pone firme y nos brinda una obra de arte tan cuidada en todos los aspectos que se posiciona como un posible candidato a GOTY.
Hay compañías que tienen un feedback muy bueno con los usuarios, hay otras que aprenden de sus errores, y luego tenemos a Bioware que a sido capaz de redimirse y sacar un Dragon Age con las expectativas que sus más acérrimos jugadores esperaban. Al igual que hicieron con la saga Mass Effect, en este Dragon Age Inquisition tendremos la posibilidad de jugar como nosotros queramos, explorar vastos terrenos y un sinfín de actividades que nos mantendrán sitiados en el mundo de Thedas durante mucho, mucho tiempo.
La saga Dragon Age empezó con su primera entrega, llamada Dragon Age: Origins, el cual fue un sucesor espiritual del clásico Baldur´s Gate, con un rol estratégico de corte similar al visto en juegos como Caballeros de la Antigua República (KOTOR), donde primaba más la elección de acciones y gestión del equipo de una forma pausada antes que la acción directa. Esta mecánica, junto con ese universo medieval que sólo grandes como Bioware saben crear, generó una masa de fans mayor que los engendros tenebrosos que asolaron Ferelden. Las altas expectaciones creadas a raíz del título, junto con una mala gestión de la compañía al sacar su segunda parte de forma precipitada (solo tardaron en hacerlo un año y medio) generaron que Dragon Age II no fuese el juego deseado. Una propuesta de juego más directa, menor personalización de personajes y unos escenarios repetitivos no concordaban con lo visto con anterioridad. Por ese motivo, este Dragon Age Inquisition ha dado un puñetazo sobre la mesa, con mecánicas jugables que se adaptan a cualquier tipo de usuario. Por un lado, en esta tercera parte tendremos la posibilidad de escoger qué tipo de mecánicas querremos usar: la clásica por turnos y más estratégica o la moderna donde prima la acción directa. Sea de una forma u otra, lo que está claro es que es un producto hecho por y para los fans.
La historia de este Dragon Age Inquisition seguirá desarrollándose en el mundo de Thedas, pero ahora tendremos muchas más zonas de exploración. Thedas se divide en dos imperios, por supuesto enfrentados entre sí. Por un lado tenemos a Ferelden (ya conocido por el primer título de la franquicia) y también contaremos con Orlais. Toda la trama comienza en una reunión pacificadora entre magos y templarios que se celebra en un lugar llamado El templo de las Cenizas Sagradas. Esta reunión pretendía asegurar una tregua histórica entre ambas facciones, hasta que una fuerte explosión destruye dicho templo, acabando con las vidas de aquellos que se encontraban en su interior (templarios, magos, así como representantes de otras casas y religiones). Nuestro héroe será la única persona que sobrevive a tal explosión, con unos poderes extraños en nuestra mano que le permitirá cerrar brechas que amenazan con mezclar nuestro mundo con el de otros seres demoníacos. A partir de aquí, serán muchas las preguntas que se quedan sin resolver y que deberemos ir descifrando a medida que vayamos avanzando en la aventura. ¿Somos nosotros los culpables?, ¿se trata de un atentado para evitar la paz entre magos y templarios?, ¿podremos cerrar la gran brecha que amenaza todo Thedas?
Lo primero que tendremos que hacer será generar a nuestro héroe de batalla. La selección de personaje se divide en cuatro razas diferentes.
*Humanos: Con mayor técnica, es la raza con mayor población de Thedas.
*Elfos: en la actualidad un pueblo oprimido y castigado. Poseen mayor bonificación de defensa a distancia.
*Enanos: Rudos seres que habitan bajo el suelo o como mercaderes en la superficie. No tienen ninguna conexión con el Velo (la magia en Dragon Age) lo que les concede una bonificación de defense frente a la magia.
*Qunaris: es la primera vez que podremos hacernos un héroe Qunari. Estos gigantes cornudos tendrán una bonificación a la defensa contra ataques físicos.
Junto con los cambios en bonificación que hemos comentado, también cabe destacar el increíble trabajo de inmersión en el papel que se ha hecho en Dragon Age Inquisition. No será lo mismo jugar como un elfo o un enano, tanto por su forma de actuar, ni por la forma de hablar que tendrán el resto de personajes frente a nosotros. Sin ser un motivo justificado para rejugar la historia, si que ofrece varios puntos de vista que dan mayor credibilidad a la trama.
Aparte de esta elección de raza, deberemos elegir el tipo de clase que queremos ser: o pícaro (de dos armas o arquero), guerrero (con arma a dos manos o arma y escudo) o mago. La elección de clase será crucial para el devenir de nuestro éxito, así como contar con un equipo equilibrado que se adapte a nuestra forma de juego. Habrá gente que le guste más tener una escuadra de dos guerreros mientras un mago y arquero los apoyan desde lejos, o habrá a quien le guste jugar con dos magos (uno centrado en sanación y otro en ataques) mientras dos guerreros actúan de “tanque” atrayendo a los enemigos. Lo bueno en Dragon Age Inquisition es que todas las estrategias son válidas, por lo que pronto encontrarás tu formación ideal.
Como hemos mencionado anteriormente, el sistema de juego se divide en dos posibles vertientes. En la parte más pausada y clásica, la acción se detendrá y tendremos el control total del grupo. A nuestra disposición estará todo el elenco de hechizos y técnicas, así como otras acciones como mover a los personajes a puntos concretos de la batalla. El sistema de combate más moderno, estará más enfocado a la acción, y aunque podremos intercambiar el control de personajes como en el modo clásico, todo se desarrollará con un estilo de juego en tercera persona. Eso no quiere decir que un modo sea más difícil que otro, simplemente el título busca el mayor confort con el usuario, su mejor forma de jugar.
Para seguir mejorando la buena sensación que puede tener el usuario, todas las interfaces son intuitivas, con un fácil acceso y de una forma rápida. Será fundamental tener siempre en cuenta equipar con las mejores armas y armaduras a nuestro equipo, así como accesorios y anillos de forma individual. Además, cada personaje tendrá su propio inventario de pociones (que debemos crear en primer lugar). Tanto el “crafteo” de materiales, las tiendas donde comprar y vender objetos, el mapa señalando las misiones disponibles, los árboles de habilidades, etc…será siempre tan sencillo de interpretar que sólo por eso uno no se sentirá agobiado desde el principio como puede pasar en juegos del mismo calibre. Si algo malo podemos achacar a un título que lo borda en todos los aspectos, es la simpleza de algunas misiones. Ya hemos visto juegos como en The Witcher 2 o el mismo Skyrim con sus gremios unas misiones secundarias muy interesantes, donde el jugador puede seguir una “sub-trama” y realizamos tareas diferentes. Las misiones secundarias de Dragon Age Inquisition siguen el patrón habitual de este tipo de aventuras: entrega esto a tal persona, acaba con cierto número de monstruos, busca cierto material, etc. volviendo otra vez a una tónica habitual donde los desarrolladores tienen que esforzarse más para conseguir elementos originales.
No todo son combates a lo largo y ancho de la aventura, sino que también tendremos que entablar conversaciones con otros NPC´s que encontremos a lo largo y ancho de Thedas. Estas charlas nos facilitarán información, nos proporcionarán misiones secundarias y lo más importante: dependiendo de nuestras respuestas cambiarán el flujo de la historia. Como viene siendo habitual en la saga, dependiendo de nuestras acciones el juego tendrá un final u otro, por lo que tendremos que escoger sabiamente lo que más nos interesa. Aparte de estas decisiones conversacionales, en nuestra base principal contaremos con un tablero donde podremos gestionar recursos, mandar a facciones a cumplir tareas y mejorar el nivel del grupo inquisidor que estamos formando. Al final cada una de las partes que componen en juego, ya sea combates, ya sea gestión o cualquier otro elemento que implique mejorar nuestra base o nuestro grupo, es el culpable de que nos mantenga enganchados al mando mejorando cada estadística y desentrañando poco a poco la magnífica historia de la que hace gala.
Las zonas que podemos visitar en Dragon Age Inquisition son tan variadas de forma como diferentes en paisajes. Tendremos bosques, acantilados, ciudades variadas, torres, zonas nocturnas, nevadas, con lluvia, etc. Aunque no se trate de un mundo abierto como tal, ya que son espacios limitados, sí que son lo suficientemente grandes para tardar mucho en recorrerlo de punta a punta. Para que la travesía sea más amena, podremos montar campamentos que actuarán como centro para reponer pociones de salud y hacer viajes rápidos. También contaremos con otra novedad en la saga como el uso del caballo como medio de transporte para explorar áreas con mayor rapidez.
Aunque el nivel gráfico en cada zona es apabullante, con bastante vegetación y sin la sensación de repetición de cuevas como podía pasar por ejemplo en Dragon Age II, no podemos negar la presencia de cierto popping en los enemigos. También nos encontramos con algunos bugs, o texturas que no terminan de cargar, que aunque no empañan la jugabilidad del título, sí que dejan la sensación de que podía haberse pulido un poco más. Las expresiones faciales son asignatura pendiente en Dragon Age Inquisition, sobre todo en los NPC´s que no cambiarán su semblante en ningún momento ni bajo ninguna situación. En esta tercera entrega se ha querido transmitir un entorno y personajes menos realistas, con aspecto “cartoon” que puede que no guste a los puristas, pero bajo ese aspecto infantil y lleno de colorido no podemos olvidar que hay un gran juego.
Hay que alabar una de las diferencias que deberíamos encontrar en esta generación respecto a la anterior: los tiempos de carga. Aunque sí que tendremos tiempos de carga entre zonas, es increíble cuando nos metemos en una casa, edificio o cueva no sufrir ninguna incómoda. De esta forma, además de realizar investigaciones de forma más fluida, invitará al jugador a escudriñar cada rincón del escenario sin sentirse incómodo en ningún momento.
El apartado posiblemente más flojo de Dragon Age puede que sea su aspecto sonoro. Las voces están en inglés, con diferentes acentos dependiendo de la región por la que nos movamos (por ejemplo los ciudadanos de Orlais tendrán un tono más “afrancesado”), pero todas suenan bastante superficiales, poco creíbles y con una lentitud a la hora de hablar que no llega a ser del todo creíble. La música tampoco es que sea un aspecto que el jugador recuerde en exceso: en la mayor parte de la aventura (sobre todo en los momentos de exploración) solamente estaremos acompañados por los diversos efectos de sonido del lugar, como ruido de gente en las ciudades, cantar de los pajaros en los bosques o las olas por los acantilados. Las piezas musicales quedan reservadas para momentos de mayor epicidad, tales como batallas contra enemigos, o en algún momento puntual de la trama. Los textos estarán en completo castellano.
Si con las 100 horas que nos puede durar el juego y la posterior posibilidad de rejugarlo con otra clase os sabe a poco, podéis estar tranquilos, ya que Dragon Age Inquisition cuenta con un modo online cooperativo. Este añadido otorga al jugador la posibilidad de jugar con otros usuarios en pequeñas misiones en zonas muy concretas. Como pasa en la aventura principal, lo primero será escoger un héroe y nuestra clase preferida, para embarcarnos en una sucesión de tareas que, sin ser nada del otro mundo, puede ser un aliciente perfecto para jugar de forma cooperativa con algún amigo.Eliminar a los enemigos, rescatar a un prisionero o conseguir un artefacto son ejemplos de las misiones que nos podremos encontrar en esta vertiente online. La gracia de esta modalidad podríamos decir que es la posibilidad de ir mejorando nuestro personaje con nuevas armas, armaduras y habilidades, “picando” al usuario a seguir mejorando el status del héroe y adentrándose en fases cada vez más duras. Que no os asuste para nada que hayan implementado multijugador en Dragon Age, este aspecto no desmerece ni quita valor a la base principal del disco, que es su modo campaña individual.
No podíamos terminar el análisis comentando el buen hacer de Bioware con su aplicación Dragon Age Keep. A través de esta web (podéis entrar pulsando aquí) podemos revivir los acontecimientos sucedidos en los juegos anteriores (Dragon Age Origins y Dragon Age II) en forma de ilustraciones animadas. No es un elemento propiamente jugable, pero si no habéis disfrutado de sus primeras dos partes es bastante recomendable hacer una visita a esta página para conocer el transfondo de Dragon Age Inquisition. Además, las acciones que hayamos escogido en esta web se sincronizarán con nuestra partida para otorgar mayor congruencia y credibilidad a la aventura actual. Todo un detalle que vendrá bien a más de uno que no haya jugado a anteriores entregas o para quien tenga la historia un poco olvidada.
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