Dragon Quest vuelve a la carga con sus clásicos remozados para el disfrute de nuevos usuarios y los amantes de la franquicia
Las modas cambian, se transforman y evolucionan. Lo hemos vivido en todo tipo de ámbitos, desde la manera de vestir, hasta la forma en la que se hacen series. Los videojuegos tampoco se salvan de esa transformación, y ahondando un poco más en materia, los JRPG también han sufrido ese cambio. Por suerte para nosotros, podemos volver a revivir esa jugabilidad y manera de entender el rol gracias a Dragon Quest III HD-2D Remake. Una reinvención que nos brinda Square-Enix y que recupera la esencia clásica que hizo grande a la franquicia, pero con un aspecto visual completamente renovado.
El destino del mundo sobre nuestros hombros
Han pasado la friolera de 36 años desde que apareció en Famicom esta tercera parte de la denominada Trilogía de Erdrick. Y aunque pueda parecer una continuación directa de las pasadas iteraciones, estamos ante una precuela en toda regla. Una buena manera de conocer todos los hechos que rodean a nuestros héroes, aparte de contar con otros lujos como un mundo abierto que se alejaba de la linealidad de la primera y segunda parte.
En Dragon Quest III HD-2D Remake controlaremos a un héroe destinado a cambiar el mundo. Nosotros encarnaremos al hijo o hija de Ortega, un héroe caído en combate en su misión de acabar con Baramos, el villano de turno. Al cumplir 16 años, estaremos destinados a acabar con la misión que empezó nuestro padre, y para ello deberá recorrer el mundo con la compañía de otros tres guerreros para poner fin al mal que asolan el reino.
Un camino plagado de gestas
Estamos ante un JRPG tradicional. Muy tradicional. Eso implica aspectos que a día de hoy pueden rechinar bastante. Montaremos una escuadra con cuatro guerreros con varios roles a nuestra disposición. Habrá desde el clásico guerrero o mago, hasta ladrones, paladines o incluso domadores de bestias. Con el equipo formado iremos recorriendo los pueblos, grutas y mazmorras en busca de pistas que nos lleven hasta el paradero del propio Baramos.
Una vez de lleno en la acción, tendremos combates aleatorios que los resolveremos a base de combates por turnos. El planteamiento inicial de estos combates, las animaciones, interfaz… todo tiene ese regustillo “retro” que no se oculta pese al impresionante lavado de cara que tiene Dragon Quest III HD-2D Remake. Un enfoque que puede no ser del todo amable para el usuario, especialmente debido a la ingente frecuencia de estos encontronazos. Hay veces que no pasan ni cinco segundos desde que finalizamos un encuentro y arrancamos con otro.
La experiencia es un grado
Hay mejoras de vida, evidentemente. Podemos hacer que los combates se resuelvan de manera automática, o incluso acelerar las animaciones para que todo sea más ameno. Pese a estas celeridades, siempre hay que estar atentos de lo que sucede en pantalla, ya que una mala jugada o un golpe crítico del rival puede dejar mermado a nuestro equipo. Lo dicho, es un rol clásico y eso implica acabar mal si uno de los miembros del equipo muerde el polvo. La mejor manera para solventar este problema será “leveleando” a nuestra escuadra. No han sido pocas las veces que he tenido que forzar combates para obtener experiencia. Una técnica que antes se usaba y que contrasta con el formato directo que tienen otros títulos actuales como el reciente Visions of Mana, el cual tuve también el gusto de analizar.
Dragon Quest III HD-2D Remake tiene elementos que llaman la atención debido a lo adelantado que estaba respecto a su época. Aparte de la posibilidad de escoger la clase de cada personaje, existe la posibilidad de capturar y combatir con los monstruos del juego. Como una especie de Pokémon muy rudimentario que alarga considerablemente las horas de juego. Aparte de ganar experiencia con los combates, también podremos mejorar sus estadísticas si los emparejamos con otros de su misma especie. Una idea chula si queremos pasar más tiempo en el mundo remodelado por Square-Enix.
Con la boca abierta
Y hablando de remodelación, es increíble el lavado visual que se ha conseguido con este juego de rol. Hay una simbiosis entre el pixelado de los personajes con los modelados tridimensionales de los escenarios que le sientan como anillo al dedo. No es como lo visto en Octopath Traveller… es incluso más detallado, orgánico e interactivo. Ya simplemente la primera escena, con las cascadas de fondo, la iluminación del bosque y el detalle de las hojas hace que estemos dentro desde el primer segundo.
Donde flaquea un poco más es en las secuencias de combate. Ahí se nota que no hay querido liarse tanto la manta a la cabeza en cuanto a rediseño o donde más se nota el salto generacional. Los fondos cuando estamos en plena acción, o las animaciones que ofrecen las trifulcas son meramente anecdóticas. Los menús tampoco se han visto modificados, y es que el modo de presentarlos es bastante austero y simple.
Para acabar, cabe mencionar el apartado sonoro de Dragon Quest III HD-2D Remake. El texto está traducido al castellano (y localizado, aspecto que siempre es importantísimo en esta saga) y las voces se pueden escuchar en inglés o japonés. Cómo no, seguiremos contando con las tonadillas típicas de la saga, las cuales son increíblemente buenas. Si has tenido un mal día, nada mejor que dar una vuelta por el mapamundi mientras suena la epicidad de las fanfarrias en todo sus esplendor.
Conclusión de Dragon Quest III 2D-HD Remake
Square-Enix quiere revolver nuestra nostalgia (aderezada con un toque de frescura) gracias a esta versión remozada de uno de sus joyas clásicas. Puede que a más de uno le pille muy lejano el lanzamiento de Dragon Quest III, pero gracias a esta reimaginación podremos disfrutar de uno de los mejores juegos que salió en su momento. Y pese a que contiene aspectos que chirrían a día de hoy como la frecuencia de combates aleatorios, o las toscas animaciones en las batallas, todo se compensa con un apartado sonoro increíble y un estilo visual muy llamativo. Si quieres un título de rol “a la vieja escuela”, no hay mejor manera de disfrutarlo que con este remake que tenemos ya en nuestras manos.