Análisis de Dragon’s Dogma 2 para Xbox Series X. El dragón de Capcom domina los cielos y arrasa con todo a su paso.
Existe un dicho que afirma que las segundas partes nunca son buenas, pero la historia nos ha dado muchos ejemplos que demuestran que esto es totalmente falso. Terminator 2, Aliens: el regreso, El Imperio contraataca… todas son segundas partes que consiguieron superar a la obra principal. En el mundo de los videojuegos, por supuesto, también se dan este tipo de casos. El más reciente ha sido Helldivers 2. La secuela del juego original de 2015 se ha convertido en un auténtico fenómeno social. También tenemos títulos como Baldur’s Gate 3, una tercera entrega que arrasó completamente en ventas y fue el GOTY del pasado año.
Ahora Capcom, una de las compañías más en forma del momento, acaba de lanzar Dragon’s Dogma 2. El ARPG vuelve 12 años después tras ganar fama a base de pico y pala o, mejor dicho, de lanza y espada. Gracias a los fieles del Arisen, en este 2024 tenemos esta secuela que llega arrasando como un dragón que escupe fuego por sus fauces. Un juego que, aunque no se libra de polémicas, es candidato a ser uno de los mejores títulos del género.
Te puede interesar
El Arisen regresa para reclamar su trono
Cada vez que se lanza una secuela de un videojuego lo primero que se nos viene a la cabeza (sobre todo si somos iniciados en la saga) es: “¿Será necesario haber jugado al primero para enterarse de la historia?” En el caso de Dragon’s Dogma 2 la respuesta es NO. Además, la historia de Dragon’s Dogma 2 ni siquiera es su principal atractivo, luego os diré por qué.
Nuestro personaje es el Arisen, el elegido para acabar con la vida de un poderoso dragón que ha tomado y devorado nuestro corazón. Este suceso demuestra que hemos sido escogidos para ser su rival y acabar con el antes de que lo destruya todo a su paso. Carecer de corazón hace que nos encontremos en el limbo, un lugar que oscila entre la vida y la muerte. Para regresar por completo al mundo real, tendremos que encontrar y derrotar a la bestia. Solo así podremos reclamar lo que nos pertenece y devolverlo a nuestro pecho.

Por si fuera poco acabar con esta monstruosa criatura, también tendremos que reclamar nuestro trono como Sovran, o soberano de Vermund, el reino de los humanos. Y es que alguien se está haciendo pasar por el elegido del dragón, poniendo en peligro nuestra propia existencia.
La historia es solo el principio
Como comentaba antes, la historia principal de Dragon’s Dogma 2 es una escusa para que vivamos nuestra propia aventura. La trama no cuenta con momentos especialmente sorprendentes, hasta el punto de que se irá diluyendo por el camino. Pero esto no es algo malo, más bien al contrario, pues lo que pretende Capcom es que nos adentremos todo lo posible en este mundo de fantasía y nos aventuremos a explorar.

Nosotros somos dueños de nuestro destino y lo construiremos a base de las decisiones que tomemos por el camino. Dragon’s Dogma 2 no distingue entre misiones principales y secundarias, así que cualquiera nos puede sorprender al darnos cuenta de que se relaciona con la trama principal. Además, habrá misiones que variarán según la hora del día o que cambiarán el trascurso de la trama, por tanto, siempre tendremos alicientes para realizarlas y saber qué ocurre.
¿Cuál es tu vocación?
Respecto al combate, la obra de Capcom respeta el mismo sistema de la obra original con ciertos arreglillos. Esto se traduce en comandos sencillos de ataque y defensa que beben, en parte, de otros títulos como Monster Hunter. Aunque existen habilidades especiales, Dragon’s Dogma 2 no cuenta con un sistema de personalización excesivamente profundo de estas.

No obstante, podremos variar nuestro estilo de juego gracias a las vocaciones. Estás vendrían a ser las típicas clases de un RPG: luchador, arquero, ladrón y mago. Cada una de ellas cuenta con su propio sistema de combate, virtudes y flaquezas. A lo largo de la aventura encontraremos otras seis más, todavía más complejas. Podremos cambiar de vocación siempre que queremos en los gremios vocacionales que encontraremos en los poblados. Eso sí, a cambio de un precio.
Cuenta con mis dagas. Y con mi arco. ¡Y con mi magia!
Una de las mecánicas más características de Dragon’s Dogma, que vuelve en esta nueva entrega de la saga, es la presencia de los peones. Cualquier rey que se precie debe estar acompañado de sus fieles seguidores. Los peones son guerreros místicos que responden ante las órdenes del Arisen. Al principio de la aventura, crearemos a nuestro peón principal, al cual podremos personalizar como nos plazca. Más adelante, tendremos la posibilidad de invocar hasta a dos más a través de las piedras de falla ubicadas por el mundo.

Si activamos la función online del juego, los peones son creaciones de otros jugadores que se comparten a través de las mencionadas fallas mágicas. Cada peón cuenta con su propia vocación, nivel y hasta personalidad. Crear un grupo equilibrado con vocaciones diferentes es esencial para la batalla. Si, por ejemplo, nuestro Arisen es un guerrero, vendrá bien tener un mago que nos cure cuando nos lancemos de cabeza contra el enemigo. O un arquero que dispare a distancia y derribe enemigos voladores a los que no llegamos.
Además, los peones de creados por otros jugadores retienen información de las otras partidas donde les hayan invocado anteriormente. Esto se traduce en que si, por ejemplo, otro jugador ha descubierto un secreto que tú no, su peón lo conocerá y te guiará hasta allí. Si el peón que has invocado ha luchado alguna vez contra el monstruo que acabas de descubrir, conocerá sus debilidades y será más fácil derrotarlo. Alternar entre peones según la clase que llevemos o según su nivel, personalidad y naturaleza para determinadas ocasiones es la verdadera salsa de la obra de Hideaki Itsuno.
Un mundo enorme que se siente vivo
Dragon’s Dogma 2 tiene uno de los mundos abiertos más increíbles que he visto desde Elden Ring. Ya no es solo por el abrumador tamaño del mapa, sino porque puedes encontrar decenas de situaciones y eventos sorprendentes en su recorrido.

Tras el lanzamiento del juego, se ha generado un debate en Twitter sobre la ausencia de un viaje rápido como tal. Mucha gente se ha quejado de ello. La obra de Capcom cuenta con un objeto llamado “piedra transportadora” que realiza dicha función. El problema es que estas piedras son caras, escasas y de un solo uso. También existen otras formas de desplazamiento, como el carro de bueyes, pero es tan lento que no merece la pena. Por mi parte, después de haber estado jugando unas cuantas horas, puedo entender el porqué de esta decisión.
Viajar entre poblados en el título de Itsuno es una verdadera aventura y nunca sabes qué te puedes encontrar. En mi partida, por ejemplo, estaba luchando con una banda de goblins cuando, de repente, apareció un grifo que estaba merodeando por la zona y me toco lidiar con él. Tras matarlo con dificultad y seguir mi camino, llegué con mis compañeros peones a una aldea próxima. Allí un amable hombre me hablo sobre una bestia que estaba devorando y matando a su rebaño. Dicha bestia era el grifo al que acababa de dar caza, por lo tanto, el NPC me dio una suculenta recompensa sin haber aceptado siquiera la misión.
Este dinamismo y situaciones que fluyen de manera natural son una constante durante toda la aventura. La existencia de un viaje rápido acabaría con ellas y, sobre todo con lo más importante: el factor sorpresa. Eso sí, habría estado bien que la barra de estamina solo se consumiera en combate y no también en los desplazamientos.
La magia de Dragon’s Dogma 2
En cuanto a nivel técnico, Dragon’s Dogma 2 deja claro desde el primer momento que es una verdadera bestia. Nada más comenzar el juego nos toparemos con un editor de personajes increíblemente complejo que nos permitirá crear casi todo lo que se nos pase por la cabeza. Es muy probable que las primeras horas de juego las paséis creando a vuestro Arisen. Sobre todo, teniendo en cuenta que, una vez empezada la partida, no podréis crear otra nueva (un aspecto bastante negativo que abordaré en las conclusiones de este análisis).
Una vez tengamos a nuestro héroe o heroína, saldremos al mundo y contemplaremos la auténtica magia. A través de un mapa inmenso, descubriremos parajes de todo tipo, veremos noches estrelladas y combatiremos toda clase de criaturas. Monstruos que van desde tribus de goblins, hasta esqueletos vivientes que solo aparecen de noche, cíclopes enormes y, por supuesto, dragones. Capcom ha utilizado por primera vez el motor gráfico RE Engine (el de Resident Evil 7 o Devil May Cry 5) para un juego de mundo abierto y el resultado, en general, es bastante bueno. El título funciona a 30 fps en Series X, que son suficientes para tener una experiencia de juego fluida.
La iluminación también está muy conseguida. El juego ha sacrificado la calidad de ciertas texturas para regalarnos unas estampas muy bonitas, que juegan con el renderizado, las luces y sombras dependiendo de la hora del día.

Cabe destacar el excelente trabajo que ha realizado Capcom en el diseño de la IA. Dragon’s Dogma 2 tiene un mundo que está interactuando constantemente entre sí. Podremos ver criaturas en plenas disputas territoriales. Los peones tienen sus propias conversaciones entre ellos y en momentos dados hasta nos pueden salvar la vida. En este aspecto, la compañía japonesa me ha dejado muy sorprendido.
En definitiva
Dragon’s Dogma 2 es el regreso por todo lo alto del querido RPG de acción de Capcom. Pero se nota que es un título que busca más el afecto de los fieles del Arisen que el de los recién llegados. Hideaki Itsuno y su equipo han sido conservadores, hasta cierto punto, con mecánicas como el combate, el cual se siente algo anticuado. No obstante, el juego es una experiencia increíble para todos aquellos aventureros que disfruten perdiéndose en enormes mundos abiertos repletos de secretos. Además, los peones dan la sensación de estar jugando con una party de verdad en una partida de rol. Todos interactúan y tienen su propia personalidad, lo que da lugar a situaciones inesperadas.
Por desgracia, Capcom también ha cometido sus fallos y no podía acabar este análisis sin comentarlos brevemente. En primer lugar, Dragon’s Dogma 2 no cuenta con una segunda ranura de guardado. Es decir, si empezamos una partida no podremos iniciar otra nueva hasta haber acabado el juego. Esta controvertida decisión ha acabado generando tanta polémica que la propia Capcom comunicó en su página de Steam que lo arreglaría. De momento no sabemos si este cambio llegará también a consolas.
Otro aspecto que también ha causado revuelo han sido la inclusión de microtransacciones. La compañía japonesa a introducido un largo catálogo de objetos que se pueden conseguir por separado con dinero real. Hay que matizar que dichos objetos se pueden conseguir perfectamente a lo largo del juego y son pay to fast. Pero este tipo de políticas no dejan de ser molestas, especialmente en juegos caros.
Sea como fuere, es innegable que estamos ante uno de los grandes juegos del año. Una experiencia que encandilará a todos los amantes del rol y a aquellos que disfruten de la fantasía medieval más pura.
Dragon’s Dogma 2
74,99 €Pros
- Mundo abierto enorme que te motiva constantemente a explorar
- La construcción del mundo es orgánica y regala multitud de situaciones inesperadas
- El sistema de peones y su personalidad
- Su apartado técnico es excelente
Cons
- El sistema de combate, aunque es divertido, se siente algo anticuado
- La estamina se gasta durante el desplazamiento
- Por ahora, el juego solo cuenta con una ranura de guardado
- Microtransacciones pay to fast