El mundo de las drogas y del menudeo más sórdido llega a consolas de la mano de Byterunners Game Studio con Drug Dealer Simulator.
Lanzado en 2020 para consolas, Drug Dealer Simulator llega a consolas para ponernos en la piel de un traficante de drogas. Dicho así, se trata y es, de una propuesta poco convencional dentro del género de simulación. En lugar de ponernos al frente de una granja o una empresa de transportes, nos metemos en la piel de un traficante de drogas callejero que aspira a convertirse en un capo del crimen. Bajo esta premisa tan llamativa, y controvertida, nos embarcamos en una aventura que se convierte en un vehículo para explorar muchas mecánicas distintas. Tendremos gestión, economía y estrategia en un entorno urbano hostil, opresivo y lleno de peligros. Con un tono crudo y un estilo visual sobrio, el juego ofrece una experiencia bastante inmersiva que sorprende por su profundidad en cuanto a jugabilidad.

Jugabilidad
La estructura jugable de Drug Dealer Simulator gira en torno a tres pilares fundamentales: distribución, producción y expansión. Al comenzar el juego, nuestro personaje operará desde un apartamento cutre y desvencijado. Iremos recibiendo pedidos a través de una darknet simulada y entregando la mercancía manualmente a sus primeros clientes. Cada pedido implica desplazamientos a pie, escondites en callejones y vigilancia constante para que la policía no nos pille y tengamos que tirar nuestra mochila o salir por pies. La tensión se siente desde el primer momento, y es precisamente eso lo que, como jugadores, nos mantiene enganchados.

Con el tiempo iremos evolucionado. Nuestro protagonista puede expandirse a otros barrios, establecer redes de distribuidores, desbloquear laboratorios clandestinos y mejorar sus escondites con equipamiento más profesional. Uno de los aspectos más interesantes de Drug Dealer Simulator es su sistema de mezcla de drogas. Comenzaremos practicando en una mesa cutre de nuestro apartamento. Esto nos permite alterar la composición del producto con aditivos que afectan su potencia y rentabilidad. Esta mecánica añade una capa estratégica que obliga a pensar no solo en el beneficio económico, sino también en la reputación y la fidelidad de los clientes.

Un bug que hemos encontrado es que las leyendas de los botones cambian en cada partida. Es decir, la A, una veces la llamaran Y, otras X y otras B… nunca de manera correcta, lo que dificulta ya de por sí un sistema tosco, sobre todo cuando estamos en la mesa de trabajo haciendo mezclas. Contamos con un árbol de talentos incluso, que nos permitirá mejorar nuestras habilidades como traficante. Mejorar la velocidad si tenemos que correr, la resistencia, la capacidad de gestionar económicamente, etc. Esto añade otra capa a la ya de por si extensa que posee Drug Dealer Simulator.

Apartado técnico y gráfico
Visualmente, Drug Dealer Simulator no destaca por su potencia gráfica. Como mucho simuladores la parte gráfica no es su fuerte. Pero en este título que necesita un componente de acción tan grande es más evidente estas lagunas. Y es que tendremos que saltar, correr, escondernos, y patear mucho las calles en primera persona. Y si el apartado gráfico no es bueno como es el caso, las costuras se evidencian mucho más. Lo que sí logra crear es una atmósfera opresiva y urbana adecuada para la temática. Las calles están llenas de basura, los edificios son grises y decadentes, y la iluminación juega un papel importante para transmitir inseguridad y clandestinidad. Parece que estemos en el mismo Baltimore, dentro de un capítulo de The Wire. Por el contrario, hay animaciones muy rígidas y modelados genéricos, el conjunto funciona, pero no destaca.

El apartado sonoro cumple su función con solvencia. La banda sonora es discreta pero adecuada, con tonos electrónicos oscuros que encajan bien con la ambientación callejera. Los efectos de sonido son funcionales, destacando las sirenas, pasos, puertas y llamadas telefónicas que contribuyen al realismo. No cuenta con voces dobladas, y la mayoría de las interacciones son textuales, lo cual puede restar algo de inmersión.
Historia y ambientación.
El juego no tiene una narrativa nada elaborada. Lo que sí está claro es el contexto y el fin: ascender en el mundo criminal sin ser atrapado. La historia se desarrolla a través de mensajes y llamadas con contactos clave. Tendremos un conocido que nos introduce en el mundo, pero será poco más que una mera excusa que un verdadero relato, pero arrancar la aventura. Es importante mencionar que, a pesar de su temática polémica, el juego no glorifica el narcotráfico, sino que se enfoca en mostrar su crudeza, riesgos y consecuencias. Su tono es serio y en ocasiones satírico, pero siempre mantiene una cierta distancia ética a la hora de tratar el tema, poniendo énfasis en la gestión.

Conclusión
Drug Dealer Simulator no es un juego para todo el mundo. Primero porque técnicamente es un juego bastante justo. Su jugabilidad puede por momentos hacerte perder la paciencia. Sin embargo, usar una temática que puede generar controversia, con un enfoque serio sobre el crimen puede atraer a algunos jugadores. Quienes busquen una experiencia de simulación distinta, con mecánicas profundas y progresión satisfactoria, encontrarán aquí un título sorprendentemente sólido. Es un ejemplo de cómo un concepto arriesgado puede ejecutarse con coherencia y convertir lo tabú en una mecánica desafiante y envolvente.
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Drug Dealer Simulator
---Pros
- Jugabilidad divertida y progresión bien medida.
- Sistema de mezcla de drogas complejo y realista.
- Ambientes opresivos que refuerzan el tono del juego.
- Varias formas de afrontar los desafíos (sigilo, velocidad, rutas).
Cons
- Gráficos y animaciones algo desfasados.
- Repetitividad en las misiones a mediano plazo.
- Ausencia de una narrativa más profunda.
- Falta de doblaje o personajes con más personalidad.
- Controles muy nefastos.