Tras estar disponible en acceso anticipado y haber estado mejorando mes a mes gracias a las múltiples actualizaciones, Grounded se lanzó por fin al completo en Xbox y PC.

Un pequeño grupo de Obsidian ha tardado algo más de dos años en lanzar el juego en acceso anticipado, ajustarlo todo mediante múltiples actualizaciones y, finalmente, lanzar el juego completo tanto en Xbox como en PC, así como Game Pass.

Para aquellos que no estén familiarizados con lo que es Grounded, es un juego en el que nos ponemos en la piel de un adolescente, que ha sido encogido por la ciencia y que será soltado en un enorme jardín. Con las bases de un juego de supervivencia, Grounded ofrece la opción de explorar este jardín en grupo o en solitario. Descubriremos nuevos objetos y nuevos recursos, construiremos con materias primas disponibles en los escenarios y encontraremos recetas para crear armas, herramientas, etc.

Con todo esto, deberemos explorar el entorno a nuestro ritmo, pero preocupándonos por nuestras necesidades vitales como sern beber, comer, descansar y mantenernos vivos. Pero, como se ha mencionado, Grounded no es sólo un juego de supervivencia. Detrás de esto se esconde un juego con un fuerte componente de aventura. Tendrás que averiguar qué te ha pasado, encontrar al infame científico loco que te encogió y tratar de encontrar alguna forma de recuperar tu tamaño original. La investigación te llevará a viajar por diferentes zonas del jardín que son, en sí mismas, microuniversos. Una aventura de dimensiones épicas en la que cada zona ofrece una gran variedad de mecánicas y jugabilidad. Una simple zona cerca de un aspersor que no se ha secado podría ser, de hecho, un gigantesco estanque que atrae a los mosquitos, mientras que una zona con vallas de madera podría ser el hogar de gigantescas arañas que te atacarán en el acto.

Sinceramente, cuanto más juego a Grounded, más veo aquí la inspiración en aquella mítica película “Cariño, he encogido a los niños”. Yo diría que no es tanto por el aspecto del juego, si no por toda la cultura de la época que rodea al juego. Algunos de los juguetes y objetos que vemos recuerdan a los que había a finales de los 80 y principios de los 90.

Aunque aquí tú eres el protagonista de la aventura, en mi opinión, el verdadero personaje es todo el jardín. Repleto de zonas increíbles y llenas de vida, coloridas y con mecánicas muy originales que van hasta el rocío de la mañana que cuelga de una brizna de hierba. Todo está ahí para hacerte sonreír y darte más ganas de continuar la aventura. El jardín es un gran lugar para vivir grandes aventuras, tanto si estás solo como en equipo. El argumento sirve de telón de fondo y cobra vida en el juego de varias maneras. Sea cual sea la forma en que decidas afrontar el reto, tendrás que estar a la altura de lo que se te presenta. Como en la naturaleza, cada rincón esconde un peligro o una recompensa. Beber agua turbia te hará enfermar y comer pulgones crudos podría ser mortal. Esto hace que tengas que pensar en cada acción que vas a realizar y de la que depende tu supervivencia.

Una de las cosas que más me sorprendió fue cómo Grounded maneja todo el tema de la supervivencia. Todo está hecho con mucho cuidado y equilibra muy bien el aspecto del reto y la recompensa sin hacerlo demasiado intenso a riesgo de convertirse en algo imposible y arruinar así la experiencia. Si quieres comer, coge setas, pulgones, bayas e incluso algas. Para saciar tu sed, encuentra latas de refresco, cajas de zumo o rocío para no arriesgarte a enfermar. Incluso tendrás la posibilidad de transformar tu comida con una hoguera, una cubo de batidos y mucho más.

El sistema de construcción es sumamente intuitivo: coloca los objetos imaginarios en los lugares donde te gustaría construirlos y luego busca los ingredientes necesarios para completarlos en el lugar que hayas decidido. Para mejorar tus recetas o aprender otras nuevas, encontrarás en el jardín varios laboratorios y cabinas con estaciones para analizar diferentes objetos. Además, podrás encontrar orbes de color púrpura que te darán un aumento de la estadística llamada Ciencia Bruta. Esto transforma la búsqueda de nuevos recursos, algo que se convierte en una gran recompensa cuando finalmente analizas un objeto que te permitirá subir de nivel tus herramientas, armas y equipo.

Lo mejor de este sistema de supervivencia es que deja al jugador libre para elegir cómo vivir su aventura. Sí, tenemos la trama principal que deberemos seguir para terminar el juego, pero no nos vemos obligados a ir allí inmediatamente. Para los jugadores que prefieren construir, Grounded puede no terminar nunca y permitirte construir un lugar real en el que vivir el resto de tu vida.

Gracias a la vida cotidiana de su entorno, Grounded funciona especialmente bien a la hora de planificar la aventura. Tenemos aquí un jardín tradicional en el que los insectos son tanto una fuente de recursos como peligrosos enemigos. Aquí, el nivel de detalle de este pequeño universo cobra especial importancia con sus biomas y zonas que incluyen sus propias reglas y cambian la jugabilidad de un punto a otro del vasto mapa. La exploración cobra importancia en los distintos niveles del juego tanto como los enfrentamientos. Tu primera victoria contra una araña gigante te hará gritar de alegría. La simple curiosidad y la búsqueda de recursos más poderosos para construir armas y equipo permiten a Grounded superar el simple juego de supervivencia y convertirlo en un gigantesco juego sobresaliente, incluso para aquellos que buscan una gran aventura para un solo jugador como Obsidian sabe hacer tan bien.

Más allá de la diferencia de cada zona, la forma en que Grounded presenta su jardín hace que sea un placer explorarlo y hace que todo sea precioso en cada amanecer. La inspiración retro se nota y servirá como punto de referencia o fuente de recursos para la aventura. Una caja de caramelos de menta, un muñeco de Battletoad, galletas Oreo…cada nuevo descubrimiento es como un tesoro en sí mismo.

Aunque basta con explorar el jardín y analizar los recursos para obtener recetas, el juego también nos ayudará a acceder a nuevas construcciones y conocimientos. Por un lado, tenemos la Ciencia Bruta, como ya hemos mencionado. Esta ciencia se utiliza como moneda de cambio para obtener diversas recetas y alguna que otra mutación en el laboratorio de Brasabot. Por otro lado, también tenemos la fuerza del carácter de nuestro personaje, medida por su intelecto, que aumenta tras cada análisis de nuevos recursos y al completar ciertas misiones. A medida que subamos de nivel, desbloquearemos nuevas recetas.

Más allá de las misiones, que sirven más para animarnos a explorar y matar insectos, el juego incluye un objeto coleccionable que nos permitirá mejorar a nuestro personaje de forma más tradicional: los dientes de leche. Repartidos por el jardín, recogerlos nos permitirá usarlos en el laboratorio para desbloquear mejoras como más puntos de golpe, más daño, más resistencia, e incluso eliminar ciertos puntos débiles de sus mutaciones, etc.

Las mutaciones son sin duda el aspecto RPG que más me ha gustado del juego. A medida que avances por el jardín, aprenderás varias mutaciones relacionadas, como la posibilidad de aumentar tu resistencia si te dedicas a correr hasta que no puedas respirar, aumentar la agilidad bajo el agua si pasas mucho tiempo en el estanque gigante, etc.

Todo esto crea un enorme catálogo de posibilidades a la hora de evolucionar a tu personaje y a tu equipo para tener la mejor oportunidad para sobrevivir en este jardín. Algunas piezas de equipo evitan que ciertos insectos te ataquen, mientras que otras disminuirán tu hambre o tu sed. Por supuesto, cada pieza de equipo aumenta ciertas resistencias y atributos. Lo mismo ocurre con las armas, ya que algunas infligen daño contundente y otras atraviesan los caparazones más duros, etc.

Los insectos y arácnidos del jardín se comportan de forma diferente según su propia naturaleza, dependiendo de si es de día o de noche, y tu comportamiento hacia ellos y tus acciones tendrá que ser cuidadosamente calculadas. Por ejemplo, las mariquitas y las hormigas rojas trabajadoras no te atacarán a menos que las golpees primero. Por otro lado, las chinches, los ácaros del polvo, las hormigas soldado rojas y las arañas te atacarán a la primera de cambio. Sin embargo, lo que es realmente genial es que si te diviertes matando arañas bebé, tu campamento puede ser literalmente arrasado por una horda de arañas gigantes que te verán como un depredador. Lo mismo si te atreves a robar los huevos de las hormigas.

Confieso que Grounded me encantó desde el primer minuto que puse un pie en el jardín. La historia es divertida, el escenario del juego es increible, las misiones principales y los retos ofrecidos dan un toque de profundidad a este juego que lo hace único. Grounded es un juego especial, una aventura de calidad y un juego de supervivencia que hará que quieras jugarlo cuando y como quieras.

Grounded

39,99€
9

NOTA FINAL

9.0/10

Pros

  • Es increíblemente divertido explorar el jardín
  • Las dificultades más bajas y el modo creativo te permiten jugar con menos estrés
  • Buena variedad de materiales para descubrir y cosechar
  • El combate es divertido y emocionante
  • El modo cooperativo hace que todo lo anterior brille aún más...

Cons

  • ... y jugar en solitario puede no ser tan divertido y sencillo como en cooperativo
  • Las recompensas de las misiones diarias son tan escasas que ni siquiera te molestarás en hacerlas
  • Puede costar entrar al principio, sobre todo si no estás acostumbrado a juegos de supervivencia

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