Odd Meter nos sumerge en una Rusia del siglo XIX desde el punto de vista de Indika, una monja que puede hablar con el diablo
En los últimos tiempos las compañías del sector del videojuego parece empeñadas en lanzar al mercado títulos de mundo abierto con una duración muy elevada. Por eso cuando recibimos propuestas como Indika los jugadores las recibimos con los brazos abiertos. El estudio ruso Odd Meter y la editora 11 bit studios nos brinda una emocionante aventura narrativa, con un apartado gráfico sobresaliente y que encantará a los jugadores que han disfrutado de títulos como A Plague Tale o Hellblade. Si quieres conocer todo sobre esta peculiar aventura, estás en el lugar idóneo.

La fe mueve montañas…
Somos Indika, una joven monja que vive en un convento en la Rusia del siglo XIX. Ella realiza las típicas actividades que realiza una monja, reza, cocina, ayuda a sus hermanas… pero Indika posee una peculiaridad que la hace única. En su cabeza se encuentra el mismísimo diablo. Esto sus hermanas lo desconocen, pero la odian por su extraño comportamiento. Tras pasar un largo tiempo sin poder salir del convento, un día Indika recibe una misión, entregar una misteriosa carta. Con esta premisa, se da rienda suelta a una memorable historia, que te enganchará de principio a fin, llena de simbolismos y que te hará reflexionar sobre la fe y las ataduras que esta conlleva. Sin lugar a dudas, su narrativa junto a sus personajes y ambientación, son lo mejor del título. Como punto negativo podemos comentar el final un tanto abrupto que tiene el juego, y que nos deja con ganas de más.

El pecado no está permitido
Indika es una aventura en 3ª persona que nos ha recordado a títulos como los de la saga A Plague Tale. En ella hay momentos de exploración, rompecabezas y algunos más centrados en la acción como persecuciones. Pese a que el estudio ha intentado dar cierta variedad al videojuego, en nuestra opinión la jugabilidad es un tanto simple y podría haber dado mucho más de sí. Los puzles están muy bien diseñados, y sin ser muy retadores, tendrás que pararte a pensar para poder superarlos. En cuanto ha exploración, pese que el título es bastante lineal, siempre habrá algunos caminos alternativos para encontrar coleccionables, secretos y logros. Pese a que no haya nada que desentone, el título se ha quedado algo corto en lo jugable, con mecánicas que están un tanto desaprovechadas.

Un espectáculo visual
Indika es una maravilla si hablamos de lo visual. La Rusia del siglo XIX está magníficamente representada, dejándonos unos planos y estampas que quitan el hipo. Todo roza lo sobresaliente, desde los escenarios, la iluminación y sus personajes. La verdad que es sorprendente el nivel que han conseguido desde Odd Meter tratándose de un indie desarrollado por un estudio tan pequeño. Las físicas y la forma que tiene el entorno al reaccionar ante nuestros actos también tiene un nivel sobresaliente, incluso superando a títulos con un presupuesto mucho mayor. Si hablamos de lo técnico, Indika en Series X funciona a las mil maravillas, todo va muy fluido y pese a alguna ralentización puntual, no nos hemos encontrado con ningún problema. Tan solo una vez tuvimos que reiniciar el juego porque nuestra protagonista se quedó atrapada entre dos objetos.
En cuanto a lo sonoro, el juego cumple con creces. Las voces se encuentran en inglés, contando con subtítulos al castellano. Los actores de voz son muy buenos, y la interpretación de estos nos ha parecido fantástica, con mención especial al diablo. La banda sonora también tiene un gran nivel, con melodías que en los momentos más álgidos nos pondrán en tensión. Lo que ha conseguido el estudio tanto en lo visual y lo sonoro es algo de lo que aplaudir.

Conclusiones de Indika
Indika ha resultado ser toda una sorpresa. El título de Odd Meter y 11 bit studios es una aventura que te enganchará de principio a fin. Con una duración de 4 horas que te deja con ganas de más, se da rienda suelta a una tragicomedia que te hará reflexionar sobre aspectos como el bien y el mal o la fe y la religión. Con un apartado gráfico apabullante, se nos sumerge en una Rusia del siglo XIX muy bien recreada, que deja unos personajes memorables. Tal vez no reinventa la rueda, y en su gameplay va sobre seguro, pero estamos ante un indie que hace las cosas muy bien, y que a los amantes de las aventuras narrativas encantará, desde su principio a su final.