Jagged Alliance 3 nos propone unas intensas batallas por turnos donde la gestión y la estrategia serán fundamentales
Cuando uno habla de Haemimont Games sabe que son palabras mayores. Esta gente son los responsables de que tengamos en la actualidad sagas consagradas que han creado un nicho en el mercado. Ya no sólo por Jagged, sino por otros éxitos recientes como Surviving Mars o los últimos Tropico. Es por eso que la llegada de Jagged 3 Alliance 3 ha sido muy bien recibida por los fans asiduos a sus propuestas tan profundas y completas. Una entrega que pule más las gestiones y los combates como os contaremos a continuación en el siguiente análisis.

Lograr la paz a golpe de talonario
Aunque la última entrega que analizamos en la web con Jagged Alliance: Rage! nos devolvía a una época antigua con un spin-off que se salía de la tónica habitual, ahora volvemos a los conceptos clásicos y puristas. Nosotros controlaremos a una serie de mercenarios que deberán infiltrarse en Grand Chien, un país que sufre el acoso de los núcleos armados. No sólo eso, sino que estos terroristas han capturado al propio presidente, y será nuestra labor traerlo de vuelta y restaurar la paz en la región.
Para ello, no hay nada mejor que la pasta. Si amigos, aquí todo lo mueve el dinero, como sucede por desgracia en la actualidad fuera de los videojuegos. Nosotros seremos los encargados de reclutar a los mercenarios más adecuados para cada misión. Es más, tendremos que pagarles por semanas, teniendo que “renovar su contrato” si queremos que siga trabajando para nosotros. Eso ya nos ofrece una idea sobre toda la gestión que se lleva acabo dentro de esta propuesta.

El equipo A
A nuestra disposición tendremos varias clases de soldado para reclutar. Desde los médicos y francotiradores, a soldados aptos para armamento pesado. Cada uno de ellos contarán con sus virtudes y estadísticas, y en nuestra mano está el formar un equipo competente que nos permita ganar las batallas que vayamos librando.
Aunque Grand Chien no será un mundo abierto como tal, si que tenemos mucha libertad para explorar cada rincón. Esa libertad también estará presente cuando nos topemos con un grupo enemigo. Podremos ir ” a saco” a por ellos, pero lo mejor será flanquearlos sin que nos vean para tener una posición ventajosa. Eso, o directamente completar la misión sin ser vistos (siempre que se pueda). Las posibilidades son infinitas, ya que depende del terreno, nuestras armas y del número de soldados aliados disponibles.
La guerra sobre papel
Si habéis jugado a algún juego de corte similar, sabréis como funciona su sistema de combate. En Jagged Alliance 3 habrá puntos de acción que podremos gastar en cada turno de la manera que nosotros queramos. Podemos mover a nuestro personaje para buscar cobertura, disparar con nuestra pistola, usar cuchillos para el cuerpo a cuerpo o incluso utilizar habilidades especiales que algunos comandos de nuestro grupo tendrán. De hecho, hasta podremos gastar puntos de acción para agacharnos o incluso para apuntar con más precisión. Las posibilidades son enormes, por lo que habrá que sopesar bien cada estrategia que queramos tomar.
No es un juego fácil, ni mucho menos. Es una propuesta de puristas para puristas. Y aunque al comienzo todo sea liviano y asequible, pronto tendremos serios problemas. Ya no sólo por las hemorragias que sufrirán nuestros soldados, sino porque habrá que vigilar nuestras fuentes de ingresos o incluso tener cuidado para que no nos reconquisten zonas ya controladas. Por suerte, si queremos sufrir en buena compañía, el estudio ha habilitado un cooperativo que le sienta a gloria bendita.

Ninguna batalla será fácil
Parte de la dificultad de Jagged Alliance 3 puede que también se deba al control con el mando. No es que sea malo, pero hay algunas acciones que resultan toscas de ejecutar si lo comparamos con el control grácil y preciso de un PC con teclado y ratón. No se enfocan las opciones en formato radial como otras propuestas parecidas, y en más de una ocasión se hace poco intuitivo llevar a cabo nuestros planes. Si vemos la interfaz fuera de los propios combates, todo parece como si estuviéramos en un ordenador (algo desfasadete, todo hay que decirlo). Y eso resta si jugamos con el controlador de Xbox, por muy bueno que sea.
Como he comentado, no todo consistirá en llenar de plomo a los guerrilleros enemigos. Tendremos que mejorar nuestro armamento, contratar a más personal llegado el momento e incluso equipar a nuestros soldados con otros objetos como palancas, vendajes y cuchillos por si las moscas. Cada arma del juego tiene un calibre diferente, y también nos tocará adquirir la munición correspondiente. Ya digo, todo muy pensado para que nos sumerjamos de lleno es la infinidad de posibilidades que el juego nos ofrece.
¿Quién hay detrás de esos arbustos?
En cuanto a su apartado visual, Jagged Alliance 3 cumple con un apartado visual notorio. Los escenarios están muy detallados, con diferentes biomas o paisajes que deberemos explorar. Desde junglas verdes y frondosas, hasta ciudades con edificios a varias alturas e incluso desiertos donde seremos atacados por otra serie de animales. Y cuando ocurre una jugada destacada, la cámara cambiará completamente de posición para situarse detrás del hombro. De esa manera, contemplaremos nuestro disparo de una manera más contundente e impactante.
Que seas escenarios detallados puede ser un arma de doble filo. Esa frondosidad de la que hace gala puede ser una desventaja ya que ocultará enemigos e incluso posibles cajas con objetos curativos. Tampoco se perfilan de manera correcta algunas animaciones de nuestros protagonistas. No hay diferencias en la animación entre golpear o fallar el golpe con un cuchillo a corta distancia. Aunque los sonidos de las armas de fuego han sido grabados tal cual son en la realidad, luego no sentimos ni el peso del arma, ni que nuestras balan tengan un impacto contundente sobre el enemigo.

Conclusión de Jagged Alliance 3
Haemimont Games junto con THQ Nordic lo han vuelto a hacer. Han conseguido pulir una de sus sagas más vanagloriadas para ofrecer una tercera entrega llena de opciones y posibilidades. Su juego ya no sólo tiene un sistema de combate mucho más perfeccionado, con multitud de estrategias que seguir, si no que fuera de la batalla también tendremos que saber gestionar otras facetas. Una cascada de acciones que bajo mi punto personal se empañan un poco con el sistema de control que tendremos con nuestro controlador de la consola. Por suerte para nosotros, si nos quedamos atascados en algún punto de nuestra aventura, siempre podremos llamar a un colega para que nos eche un cable gracias a su sistema cooperativo.