Cuando Papers, Please conoció a Guybrush Threepwood

Y de repente te despiertas, eres una niña de 12 años y tu padre entra en la habitación. Te da los buenos días, demuestra afecto pero también quiere algo, esas cosas que una niña preadolescente reconoce. Te pide que le cubras en su turno de guardia. Una urgencia, asumes. Así es, hay partido de Goblinbol y llega tarde a apostar. ¿Moralmente reprobable? Si. ¿Harías lo que sea por tu padre? También.

Esta es la premisa del primer juego que plantea Hilltop Games. Presenta un mundo de fantasía medieval, con toques “actuales” (¿He visto una Gameboy?) donde encargas a Lil, la sustituta de su padre en la garita de entrada a la ciudad. Desde ese pequeño espacio dejarás pasar (o no) a los diferentes personajes que pueblan el Sprawl, que literalmente significa “extensión”, pero también es “una postura desgarbada”. Y esta segunda acepción acierta. Es la pose que debes adoptar. No todo es tan complejo, ni ninguna elección es relevante, aunque tengan sus repercusiones.

Pergaminos, por favor.

Lil Guardsman es un juego de decisiones y consecuencias. La mecánica principal es elegir el destino de las personas que pasan por la garita. En tres acciones hay que determinar si es beneficioso o no para la ciudad. Aquí bebe de Papers, Please a morro (Jugadlo, por favor) . Claro, que este no es tan denso como el juego de Lucas Pope.

Para tomar la elección adecuada hay que consultar el Tablón de Mandatos que cada día se modifica con nuevas reglas. También se pueden llamar a los consejeros reales o utilizar una serie de herramientas mágicas que funcionan gracias a unos cristales de poder que tienes que adquirir en la tienda a cambio de tu salario. Que serán mágicos pero no gratis. Pero sin duda, la acción más placentera es hablar con cada ser que desea entrar.

Si no sabes de lo que hablan, busca y juega. Ya me lo agradecerás.

Entendí esa referecia.

Más allá de mecánicas se nota que el punto fuerte del juego es la construcción de los personajes y de los diálogos que mantienen con Lil. Bebiendo directamente de las aventuras gráficas de LucasArts (no se esconden ni un momento) crean un ambiente cómico muy reconocible y reconfortante, rompiendo la cuarta pared con guiños, anacronismos y todo tipo de chistes propios del equipo de Ron Gilbert y Tim Schafer.

Pocas veces en un videojuego es tan placentero agotar todas las líneas de diálogo o esperar a que el radio-despertador repita el chiste para apagarlo. Las interacciones brillan gracias al casting de voces (siempre en inglés) tan trabajado. Lástima que la localización de los subtítulos no acompañe. Aunque a veces acierta adaptando el chiste, otras opta por el camino corto y rompe la magia.

Se acabó la guardia por hoy.

Se acaba el turno y Lil cierra la persiana.Hay más vida que el trabajo. Una mecánica más propia de aventura gráfica donde se desarrolla la historia y se plantean las consecuencias de las decisiones que se han tomado en la jornada laboral. En esta parte, que en un juego al uso primaría la exploración de todos los escenarios para la resolución de puzzles, se guía de forma directa al jugador a lo que puede hacer para que avance la trama y poco más. Por ejemplo, en ocasiones se puede ampliar el oro ganado apostando al Goblinbol, pero no deja acceder todos los días. Quizá de esta forma es un juego más compacto y poco repetitivo, pero pierde la frescura que se gana con su texto. Esta parte resulta más una visual novel donde se siguen tomando decisiones.

Como he dicho, es un juego de decisiones y consecuencias. Existen varios finales y muchas subtramas que varían en no pocos árboles de posibilidades para la duración del juego. A mi me ha durado 8 horas y no he repetido ninguna decisión. Pienso que estos juegos son para que cada uno elijamos nuestra aventura personalizada. No para ver todos los finales. Aún así hay decisiones que la trama del juego no las implementa bien o simplemente las pasa por algo para favorecer a la historia.

¿He comentado que tienes una máquina del tiempo? ¿No? Se supone es una de las mecánicas principales y piedra angular de la historia. Y a pesar de todo no le veo mucha mecánica dentro del juego a no ser que se sea completista. Resulta algo totalmente accesorio en las mecánicas para un objeto tan importante en la trama.

Conclusiones.

Lil’ Guadsman es un juego de juzgar a las personas. De decidir en pocos movimientos si la criatura es digna, nos favorece y prosperará, o por el contrario es malvada y no nos conviene ni personalmente ni a la sociedad. Su humor y diseño de no pocos personajes hace que interioricemos nuestras decisiones y nos importen. ¡Y encima que sea divertido! El tono es un acierto. Si los puzzles fuera de la garita no fueran tan lineales sería una aventura gráfica como las antiguas.

Lil' Guardsman

19,99€
7.2

7.2/10

Pros

  • Buenas Influencias.
  • Buen Humor.
  • Saber qué es de cada pesona que has juzgado al final de la jornada.

Cons

  • Puedes morir, pero realmente importa poco o nada.
  • Poca exploración
  • Tiene fallos de localización al Castellano

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