Los fans de los juegos de rol para PC están de enhorabuena.

Pathfinder: Wrath of the Righteous es el tipo de juego que podrías estar jugando durante años y nunca serías capaz de ver el final. Sus complejas mecánicas, su atractivo combate y su interesante historia se combinan para crear una experiencia sumamente inmersiva, siempre que estés dispuesto a dedicar tiempo a aprender a jugar. Puede ser difícil de controlar, su profundidad y dificultad pueden asustar a los menos acostumbrados a este género, pero para los veteranos de los juegos de rol para ordenador (un género que en su día fue exclusivo de la plataforma que les da nombre) que busquen un título así en consola, no hay mucho parecido.

Ambientado en el mismo universo que el anterior título del desarrollador Owlcat Games, Pathfinder: Kingmaker, nuestra primera tarea en Wrath of the Righteous es la creación de un personaje. Con 25 clases básicas entre las que elegir (y cada una de ellas con entre cuatro y seis subclases para complicar aún más las cosas), 13 clases de prestigio a las que aspirar y la posibilidad de realizar mil y una combinaciones, nos enfrentamos aquí a posibilidades prácticamente ilimitadas en los primeros minutos del juego, algo que puede asustar incluso al jugador más versado.

Ambientado en los últimos días de un apocalipsis demoníaco, Wrath of the Righteous tiene lugar en la nación de Mendev, un país que ha sido desangrado por una serie de invasiones procedentes de la Herida del Mundo, un portal entre la realidad y el reino de los demonios, conocido como el Abismo. Estas guerras se conocen como Cruzadas y, por casualidad, el destino nos obligará a llevar a la Quinta Cruzada como su Comandante.

El juego es el clásico RPG basado en grupos, en el que diriges un grupo de seis aventureros a través de este mundo desolado. A lo largo del juego conocerás a más de diez compañeros, cada uno con sus propias motivaciones e historias propias. Tus decisiones en los momentos clave del juego tienen peso y pueden afectar a muchas cosas, así que deberemos elegir con cuidado, ya que incluso los amigos de confianza pueden convertirse en enemigos acérrimos, y no todos son lo que parecen. Incluso los veteranos de las franquicias Baldur’s Gate o Pillars of Eternity encontrarán algo diferente a lo visto anteriormente.

Además, tendremos que dirigir las fuerzas de la Cruzada, reclutando y gestionando nuestras fuerzas y comandándolas en combates por turnos contra ejércitos demoníacos. Puede llevar mucho tiempo y ser un poco engorroso en algunos momentos, por lo que aquí podremos automatizar este aspecto para hacerlo más amable.

Para ser un juego de rol para ordenador, Wrath of the Righteous se juega muy bien en consolas Xbox, todo sea dicho. El hecho de que un título como este pueda ser mapeado en un mando es mágico en sí mismo, con numerosos menús vinculados a los gatillos y botones que hacen doble función. El combate puede jugarse en el clásico tiempo real con pausa o en un verdadero modo por turnos (y puedes cambiar entre ambos con sólo pulsar un botón), lo que significa que puedes tomarte todo el tiempo que necesites para realizar una acción.

Lanzado originalmente en PC en septiembre de 2021, Wrath of the Righteous en consola se beneficia de un año de parches y mejoras, aunque ciertamente sigue teniendo algunos fallos. Experimentamos varios cuelgues, pero por suerte, el juego se autoguarda con frecuencia y se puede guardar rápidamente en cualquier momento, así que tenemos que imaginar que esto se solucionará con parches de estabilidad. Las mejoras en esta edición se enfocan en la interfaz de usuario, los gráficos y la jugabilidad.

El apartado visual del juego es sorprendente. El mundo de Wrath of the Righteous es oscuro, pero los efectos visuales del juego, llenos de detalles, así como su buen apartado sonoro, encajan perfectamente aquí. Los valores de producción son elevados en todos los aspectos, pese a que este juego comenzó como un proyecto de Kickstarter. Comentar además que el título está totalmente traducido al castellano.

Sin embargo, lo que realmente distingue a Wrath of the Righteous es el sistema de Sendas Míticas, que, francamente, añade una cantidad ridícula de incentivos de rejugabilidad a un juego que ya es largo (50 horas de historia principal, casi 200 para los completistas). Una senda mítica es una dirección que tu personaje puede tomar para convertirse en una leyenda (hay diez de ellas). Ponte del lado de los Ángeles y protege a la humanidad o abraza el Abismo, sigue el camino de un Demonio y busca el poder para ti mismo. Y así con otras ocho posibilidades distintas.

La profundidad que ofrece es una especie de arma de doble filo. La gran cantidad de habilidades que puedes utilizar para crear tu personaje puede ser un obstáculo si no sabes lo que estás haciendo. Además, este es un juego muy difícil, incluso en dificultad normal, lo que puede hacer que muchos se frustren rápidamente. Pathfinder: Wrath of the Righteous es uno de esos juegos eternos, como los legendarios títulos de PC que le precedieron, como Baldur’s Gate, en los que te encontrarás volviendo a él.

Pathfinder: Wrath of the Righteous es un juego imprescindible para aquellos que buscan perderse de verdad en un mundo de fantasía oscura donde las elecciones (tanto narrativas como mecánicas) importan. Para aquellos que estén indecisos, o para los no iniciados, pensaos bien si queréis meteros de lleno en un título de este tipo.

Pathfinder: Wrath of the Righteous

49,99€
8.5

NOTA FINAL

8.5/10

Pros

  • Trama argumental profunda y llena de sorpresas
  • Horas y horas de diversión
  • Combate con muchas posibilidades
  • Carisma de los personajes

Cons

  • No es el juego de rol más accesible para novatos
  • Algunos problemas técnicos
  • La dificultad en ocasiones hará que nos frustremos

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